"No me considero cantante". Es una de las primeras frases que arroja Adele cuando nos sentamos a charlar con ella en una sala divina de la compañía discográfica XL Recordings, en Londres. Obviamente, esa declaración suena un poco absurda después del año que tuvo en 2011, en el que ganó seis premios Grammy, y en el que 21, su segundo álbum, se consagró como uno de los más vendidos con 12 millones de copias.
Inmediatamente, ella aclara: "Mis artistas favoritos son Etta James y Aretha Franklin. Si buscás la palabra ?cantante? en el diccionario, vas a encontrar sus nombres. No el mío", dice mientras mueve las manos, mostrando sus impecables uñas y sus anillos dorados.
Aunque su humildad no le permite compararse con las grandes leyendas de la música, hay muchas posibilidades de que en 30 años, la gente hable de Adele en los mismos términos. Sus conmovedoras letras y su inigualable voz trascienden las modas y le dan el poder para permanecer en la historia. Su atractivo se potencia por el hecho de que compone todas sus canciones y porque su tema favorito, el fracaso en el amor, se activa de manera dolorosa en cada una de sus letras. Si alguna vez tuviste una relación que terminó mal, entonces sabés exactamente lo que ella siente en cada verso: desde las ganas de volver con un chico hasta desear que se muera en el infierno.
Puede que sea la única solista que toque emociones tan profundas y tristes cuando canta, pero es estimulante saber que no es para nada seria ni introvertida: Adele habla rápido, se ríe muy fuerte y dice "fuck" más que Eminem y Lil?Wayne juntos. "Ah, seguro la gente cree que soy una depresiva, pero en verdad no es así. De hecho, soy muy divertida y estoy feliz la mayor parte del tiempo", sostiene. Quizá sea porque está tan alegre que no tiene problemas en hablar de su pasado, incluso de la operación de cuerdas vocales a la que se sometió en noviembre del año pasado, y de la cual su voz salió ilesa. Desde la manera increíblemente fácil en la que consiguió su primer contrato para grabar un disco, hasta los detalles que nunca había revelado sobre su ruptura amorosa más dolorosa, Adele nos cuenta todo en esta charla con Cosmo.
Empezó con la nota correcta
Criada en Londres, Adele Laurie Blue Adkins sabía que quería ser cantante profesional desde que tenía 12 años. "Veíamos el programa The X Factor, que buscaba nuevos talentos, y mi familia me decía que debía concursar", recuerda, mientras se acomoda el poncho color café by Stella McCartney sobre los leggins negros. "Pero después aparecía en el programa algún papá diciendo: ?Mi hija es la próxima Mariah Carey?, cuando la niña cantaba fatal, entonces yo pensaba: ?Que se vayan al diablo, solo quieren avergonzarme para reírse de mí?". En su adolescencia, decidió inscribirse en The BRIT School (Colegio Británico), una escuela focalizada en la enseñanza de las artes, donde una compañera la incentivó en su sueño de ser cantante y logró que su pasión por la música se potenciara. "Ese año, Amy Winehouse sacó su primer disco. Era lo máximo y aun es mi favorito", afirma.
Después de graduarse, planeó ir a la universidad y trabajar en una compañía discográfica para descubrir nuevos talentos. No es que hubiera abandonado su sueño de convertirse en cantante, simplemente pensó que las probabilidades apuntaban a que no sería tan buena. Sin embargo, mientras Adele estudiaba para sus exámenes y organizaba su fiesta de cumpleaños número 18, la llamaron de un estudio porque querían escucharla. "Una de mis amigas había hecho una página en Myspace con algunas de mis canciones", cuenta mientras se acomoda un largo mechón de pelo detrás de su oreja. "Así que un hombre me mandó un e-mail, en el que me comentaba que trabajaba en una compañía discográfica y que quería agendar una cita conmigo. Pensé que era un pervertido más de Internet, así que le respondí con un correo que decía: ?Dejame en paz, estoy armando mi fiesta de cumpleaños?. Me preguntó si tenía contrato con alguna compañía, y le contesté que no y que no podía escribirle hasta que no terminara la escuela", señala.
Resulta que ese "don nadie" trabajaba para XL Recordings, la discográfica que también representaba a Radiohead y a M.I.A. Pero Adele no tenía idea de eso cuando le respondió el e-mail. "Recién busqué su nombre en Google antes de concretar nuestra primera cita, y ahí vi a quién más representaba", dice. "Nos conocimos, le gusté y firmamos un contrato. Me siento mal de contar esta historia, porque en verdad fue todo así de fácil".
Por eso, en lugar de ir a la universidad, Adele comenzó a componer música para su nueva producción. "Ya tenía algunas canciones listas, como ?Hometown Glory?, que había escrito a los 16, cuando estaba triste porque pensaba irme de Londres para estudiar. Siempre me había gustado componer mis temas, pero cuando tuve que sentarme a hacerlo, de repente me quedé sin palabras. Estaba nerviosa porque sentía que la discográfica me iba a decir que no estaba lista", confiesa. Después, Adele conoció a un hombre.
Cayó dolorosamente
"Fue mi primer romance. Él fue infiel y yo quedé destrozada", dice mientras se da golpes en el pecho. "Era adolescente y nuestra relación no era muy sólida, ¿sabés? Pero, de repente, tenía material para componer", agrega. Ese álbum, llamado 19 (la edad que tenía cuando lo produjo), salió en enero de 2008. En muy poco tiempo, el simple "Chasing Pavementes" comenzó a sonar en todas las radios, y estrellas como Beyoncé confesaban su amor por Adele. Hizo tanto ruido con su primer disco, que fue nominada a los Grammy como Mejor Artista Nueva... ¡Y ganó! Después, se fue a vivir a Londres y pidió seis meses de vacaciones. Durante ese período conoció a su siguiente novio. "Fue una relación mucho más seria que la anterior, pero las cosas empezaron a funcionar mal entre nosotros y terminamos. Estoy bien sin él, aunque me gustaría volver, aun lo extraño", confiesa. Al día siguiente de romper con ese chico, entró a un estudio de grabación y escribió "Rolling in the Deep". "Tuvimos una pelea muy fuerte la noche anterior. Me gritó cosas horribles, como que mi vida sería una porquería sin él. Me dijo que era dependiente y me volví loca. Nunca fui una mujer dependiente", sostiene un poco enojada. "Al despertarme, fui al estudio de Paul Epworth, todavía furiosa, y canté el primer verso de esa canción. Al final del día, ya había terminado el tema. Ese fue mi momento de venganza", explica.
Epworth, un prestigioso productor que ganó varios premios, recuerda aquella anécdota. "Ella empezó a cantar y pensé: ?guau?. Te podías dar cuenta de que estaba sintiendo un alivio absoluto", cuenta. Fue así como Adele comenzó oficialmente a darle forma a 21, su segundo álbum. Escribió y grabó otras canciones sobre su ruptura, como "Set Fire to the Rain" y "Turning Tables". Sin embargo, ninguna logró quitarnos el aliento como su hit "Someone Like You", donde revela que ese chico siguió con su vida y ahora está con otra. "Aun hoy me pongo triste cuando canto ese tema. Me daba miedo porque lo que escribí fue muy honesto. Creo que nunca voy a componer una melodía mejor que esa. Siento que esa será mi canción", afirma.
