PULÍ EN LA DUCHA
Tapá la bañadera y dejá que el agua cubra tus pies. Masajealos con un scrub exfoliante, sobre todo los talones y alrededor de los dedos para eliminar las asperezas.
SUAVIZÁ TUS PLANTAS
Luego del baño, quitá tus callos suavemente con una lima de pies. A continuación aplicá una crema de rápida absorción (ideal para no resbalarte con las sandalias) para hidratar y suavizar.
REMOVÉ LAS CUTÍCULAS
Aplicá un removedor de cutículas durante 15 segundos y después empujá esa piel hacia atrás con un palito de naranjo o con una herramienta de set de manicuría especial para cutículas. Envolvé las uñas con un algodón embebido en quitaesmalte y preparalas para el color.
PERFECCIONÁ CON ESMALTE
Ponete las sandalias antes de aplicar el esmalte (de esa forma no tenés que esperar a que se sequen tus uñas). Optá por una fórmula completa (que incluya base, color y top coat). ¿No tenés buen pulso? Corregí errores con un hisopo embebido en quitaesmalte.
SECÁ Y ¡A BRILLAR!
Aplicá un acelerador de secado en cada uña para sellar el color, darles brillo y prevenir manchas.


















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