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Pecas o manchas
Los melanocitos son las células que producen la melanina, un pigmento que tiene un papel fundamental en la protección frente a los efectos nocivos de la radiación solar. Estas células pueden producir color de manera uniforme o pueden hacerlo desordenadamente, creando pecas o manchas: consideralo como una señal de alerta.
Las manchas blancas
–llamadas melasmas– en frente, mejillas, labio superior y mandíbula son frecuentemente desarrolladas por problemas hormonales y agravadas por la luz UV.
Solucionalo: Antes que nada, evitá que tu condición empeore. La aplicación diaria de un protector FPS 30 o mayor ayuda a evitar que se sigan produciendo las pigmentaciones y que las manchas o pecas se vuelvan más profundas. “La hidroquinona es un agente despigmentante que se utiliza en el tratamiento de la hipermelanosis o producción excesiva de melanina. Es un activo excelente para el tratamiento de manchas”, dice la doctora Merien de la Hoz, dermatóloga de Halitus Salud y Estética. Encontrá un producto apto para tu tipo de piel y aplicalo según las indicaciones (tener constancia es clave) para conseguir un tono más parejo en un par de semanas. Si buscás resultados más rápidos, consultale a tu dermatólogo acerca del láser de despigmentación Q-switched, que en una o dos sesiones resuelve el problema. Ojo: en el caso de los melasmas, mejor evitarlo, ya que el calor puede hacer que empeore el cuadro.
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Rojeces
Aunque te apliques protector solar con mucha disciplina, puede que igual termines con las mejillas on fire. “Los rayos UV desencadenan brotes de rosácea y los empeoran hasta en el 30% de los casos”, explica la doctora Rosi Flom, miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología. “La rosácea es esporádica, pero a medida que evoluciona se hace permanente. Si se trata a tiempo, se puede controlar, aunque no se cura”, aclara de la Hoz. Además, las actividades veraniegas, como disfrutar la tarde en una pileta llena de cloro, pueden debilitar la barrera de protección de tu piel. Cuando eso pasa, todo a lo que estás expuesta (como la polución) puede atravesar esa barrera y causar inflamación.
Solucionalo: Buscá lociones que tengan té verde o aceite de argán. Estos antiinflamatorios naturales son como el ibuprofeno para la piel, calman las inflamaciones del cutis. A la noche, usá una crema rica en ceramidas, que son lípidos naturales que ayudan a reconstruir la barrera natural de la piel. Si después de eso la rojez continúa, Flom sugiere una serie de tratamientos con láser: “El láser V-Beam permite eliminar de forma eficaz los vasos más pequeños y superficiales. En efecto, estos vasos son tan pequeños que el paciente no los percibe como tales, sino como una rojez difusa”.
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Sequedad
Todo ese tiempo que pasaste en la pileta o en el mar puede deshidratar tu piel; el cloro y la sal atentan contra el manto protector hipolipídico, que actúa como una barrera para las bacterias y virus, y mantiene tu cutis humectado. Estar fuera del agua tampoco es una solución: la exposición solar y el aire acondicionado son las causas más comunes de que la piel se reseque en verano.
Solucionalo: Sumá una loción hidratante después de tu limpieza diaria, seguida de una loción liviana o de un gel que contenga ácido hialurónico o glicerina, que aportan agua a la piel. “El ácido hialurónico tiene la propiedad de retener gran cantidad de agua, por lo que resulta muy útil como activo hidratante. También podés optar por cremas que incluyan aloe vera, ginseng, fucus, jojoba, soja o urea”, aclara Flom.
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Líneas finas
La exposición solar y el aire seco pueden favorecer que las líneas de expresión sean más aparentes. “Este tipo de contextos hacen que la piel pierda su hidratación y, al deshidratarse, genera un aspecto apergaminado”, dice de la Hoz. Por otra parte, el daño oxidativo también puede disminuir el colágeno de tu piel, el cual le da su tensión natural y vitalidad.
Solucionalo: Es muy simple: retinoides. “Son los compuestos más eficaces para prevenir y combatir el fotoenvejecimiento. Los retinoides más usados en tratamientos tópicos son el ácido retinoico y el retinol”, explica Flom. La otra palabra mágica es “antioxidantes”, moléculas que neutralizan el daño oxidativo. La vitamina C es especialmente poderosa –revitaliza el cutis y ayuda a rellenar los surcos– mientras que otros antioxidantes como la vitamina E y el ácido ferúlico contribuyen a mejorar la apariencia de las líneas finas. Este tipo de tópicos pueden demorar hasta seis meses en mostrar resultados. Para cambios más radicales y rápidos, consultá a tu dermatóloga si podrías ser candidata para una aplicación de Botox o de relleno dérmico.



















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