Puede que tu novio se haya arrodillado en un restaurante divino, que te haya hecho subir a un globo aerostático o que se les haya ocurrido mientras preparaban la comida. No importa cómo decidieron casarse porque, una vez que hayan puesto la fecha, además de emoción vas a sentir un poco de vértigo y a llenarte de dudas: “¿Y si dejo de amarlo?”, “¿Será el hombre para compartir el resto de mi vida?”, “¿Y si me arrepiento a los dos meses?”. Según Adriana Martínez, psicóloga de la Fundación Buenos Aires (fundacionbsas.org), “casarse siempre genera temores y ansiedades. Esto tiene que ver con el hecho de imaginarse la vida entera junto a la misma persona”. Si querés saber qué otras cosas pueden inquietarte mientras preparás tu boda, seguí leyendo.
Manejá tu entorno
A medida que se acerca la fecha, tu mamá no deja de insistirte en que ella conoce a la mejor modista para hacer tu vestido, tu cuñada quiere diseñar las participaciones y tu papá y tu suegro ya te adelantaron que van a invitar a todos sus socios y clientes. ¿Te sentís invadida? Es lógico. “Lo mejor es que vayas poniendo límites. Claro que si necesitás ayuda de tus familiares y amigos, ya sea para que te recomienden salones o posibles destinos para la luna de miel, lo mejor es que se la pidas. Pero la idea es que los consejos o aportes de tu círculo colaboren y no te sumen presión”, explica Martínez.
Capitalizá la ansiedad
A veces, entre los nervios y la organización, te olvidás de lo más importante: disfrutar. “El día de la boda pasa tan rápido que, si no saboreás los preparativos, el casamiento puede dejarte con sabor a poco”, afirma Martínez. Para manejar la ansiedad es importante que te alimentes y descanses bien, que hagas actividad física y que le des espacio a tu vida social. Aunque, sin dudas, “lo mejor es conectarse con el amor y el compañerismo que existe entre vos y tu novio”, indica Gabriela Fernández, psicóloga de Hémera Centro de Estudios del Stress y la Ansiedad (hemera.com.ar).
Check-list para el “sí”
¿No sabés por dónde empezar? Definí el tipo de fiesta que querés (de día estilo campestre o de noche a puro dance) y tu presupuesto. “Lo más importante es que la boda tenga el ADN de cada pareja. Los novios no deben atarse a tradiciones, como la torta o el vals, ni llenar la fiesta de invitados por compromiso”, dice Bárbara Diez, event planner y autora del libro Arquitectura de una boda (barbaradiez.com.ar).
Lo antes posible
Salón, catering y bebida. Si ya fijaste la fecha y la hora de la boda, lo que sigue es reservar el salón. “Antes de hacerlo, asegurate de que realmente tenga la capacidad que te indican. Si hace falta, pedí un plano a escala del lugar con las mesas armadas y verificá los espacios. Prestá atención a la letra chica del contrato: hay muchos sitios que cobran una suma adicional en caso de que el evento se extienda más allá del horario pautado. Además, chequeá que no haya restricciones en cuanto al volumen de la música para evitar problemas durante los momentos de baile y los posibles shows”, advierte Diez. Si no disponés de mucho dinero, puede ser que te tiente la idea de pagar un salón que incluya el catering y la bebida, y no está mal. Por lo general es más económico y menos caótico.
Luna de miel. Decidí el destino para conseguir promociones y revisá tu pasaporte y si vas a necesitar visa, así no tenés que salir corriendo a tramitarlos a último momento.
Seis meses antes
Disc jockey. Buena parte del éxito de tu boda estará en la música. Antes de contratar al DJ, averiguá si el presupuesto incluye el pago a SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores). Se trata de una especie de impuesto por la música reproducida en la fiesta. Como varía según el tiempo de duración del evento, la superficie del salón y la cantidad de personas, el valor no es fijo. ¿Un dato más? Chequeá que la contratación del DJ incluya las luces para la pista y una o más pantallas, sobre todo si tenés planeado proyectar videos.
Foto y video. Pedí referencias a amigos, conocidos o familiares que ya se hayan casado y verificá la calidad del trabajo del proveedor que contrataron. Desconfiá de los que solo trabajan en blanco y negro o abusan de los filtros y de los efectos: suelen ser recursos para ocultar el fuera de foco y la mala iluminación. Es mejor si contratás un paquete de foto +
video + álbum + DVD con las imágenes.
Cuatro meses antes
Vestido y zapatos. Tenés varias opciones. “Podés comprar un vestido de novia usado o a estrenar, y luego llevarlo a que lo ajusten a tu cuerpo, o hacer el vestido con un diseñador a tu gusto y medidas. Si elegís este camino, tené en cuenta que entre la entrevista inicial y la prueba final probablemente tengas que hacerte entre tres y cinco pruebas”, explica Lucía Mancini, directora del sitio www.casamenteras. com. Para elegir los zapatos no solo tenés que considerar la comodidad, sino también la altura de tu novio. “Si él es igual o más petiso que vos, deben tener poco taco. Comprá los zapatos con tiempo para llevarlos a las pruebas de vestido pero, fundamentalmente, para amoldarlos a tu pie”, afirma la experta. Tip clave: llevá un par de chatitas para cambiarte a mitad de la fiesta y bailar sin incomodidades.
Invitaciones. Los invitados deben tener las participaciones un mes antes.
Lista de regalos. ¿Ya convivís con tu chico? Probablemente no necesites muebles o electrodomésticos, pero podría ser una buena ocasión para renovarlos. Otra alternativa es abrir una lista en una agencia de viajes para costear la luna de miel o dar los datos de una caja de ahorro y pedir dinero.
Dos meses antes
Alianzas. Si las compraron con anticipación, pruébenselas 20 días antes de la boda, así descartan que haya que ajustarlas.
Cotillón. Como mínimo, tiene que cubrir al 65% de los invitados. Si disponés del dinero, te conviene comprarlo con anticipación para congelar el precio.
Noche de bodas. El hotel tiene que quedar lo más cerca posible del salón.
Ambientación. Ojo, porque acá suelen aparecer gastos que no habías contemplado, como las fundas de las sillas, que se cobran aparte. Si vas a decorar con flores, asesorate en el mercado más cercano a tu ciudad, para comprarlas al por mayor y a menor precio.
Ramo. Si viste alguno que te gustó, imprimí una foto y llevásela a un diseñador de ramos.
Una semana antes
Distribución en las mesas. No desestimes este proceso porque suele llevar más tiempo del que te imaginás. Además, ahí se juegan las relaciones (buenas y malas) entre los invitados. Sé astuta para que nadie esté incómodo.
Confirmación de los invitados. Pasá al salón la lista definitiva.
Prepará las valijas para la luna de miel. Dejá los pasajes, los documentos y los papeles importantes a mano.
Beauty plan preboda
Es lógico que quieras llegar con el cutis perfecto al gran día y que desees estar firme y sin celulitis para deslumbrar a tu amor en la luna de miel. Estos tratamientos son perfectos para que logres tu objetivo.
Vela Shape II
Modela y combate adiposidades localizadas en la cintura, el abdomen, la cola y las piernas. Usa cuatro tecnologías ultramodernas y ofrece resultados notorios rápidamente.
Cuándo hacerlo: Dos meses antes.
Costo: Desde $ 700 la sesión.
Dónde: Centro Clider, de la doctora Laura Alfie, dermatóloga (www.clider.com.ar).
Cool Sculp ting
Reduce en frío los cúmulos de grasa. En tres meses, las células grasas cristalizadas se degeneran y son eliminadas del cuerpo de forma natural. Ideal para tratar abdomen, rollos y línea de corpiño.
Cuándo hacerlo: De cuatro a seis meses antes.
Costo: Desde $ 4500.
Dónde: Centro Vesalio, del doctor Fernando Felice, cirujano plástico (www.vesalioestetica. com.ar).
Si necesitás bajar de peso, visitá a una nutricionista lo antes posible para que te arme un plan a medida y pierdas los kilos de forma paulatina y saludable. “Evitá las dietas exprés que solo te quitan energía, alteran tu organismo, hacen que pierdas músculo y generan un efecto rebote”, destaca la nutricionista Ivana Chaika, del staff de Ysonut Argentina.
Mechas radiantes
“Los tiempos de tu melena son largos. Si querés tenerla sana y brillante, deberías empezar a cuidarla seis meses antes de la boda”, afirma Karolina Lozano, de Gino Lozano Hair Techniques. Lo ideal es que visites a tu estilista cada dos meses para hacer pequeños retoques, como corte de puntas, raíces o nutriciones, y cambios de color de manera gradual. “El último corte hacelo un mes antes, y si tenés flequillo, con una semana de anticipación está bien (nunca el mismo día)”, aconseja Lozano. Y agrega: “Quince días antes hacé el último retoque de color, sobre todo si te hacés reflejos o desgaste de puntas”. El día anterior o el mismo día de la fiesta podés usar ampollas nutritivas para tenerlo brillante. ¡No te hagas shock de keratina!, porque el peinado te va a quedar sin volumen y sin movimiento.
Piel de porcelana
“Si tenés acné, empezá un tratamiento por lo menos tres meses antes de la boda, ya que los resultados no suelen ser inmediatos”, dice la doctora Rita García Díaz, dermatóloga y asesora de Bagóvit. Además, cuanto antes lo hagas mejor, así tenés tiempo de eliminar por completo las cicatrices y rojeces que puedan quedarte. Una semana antes, hacete una limpieza de cutis para barrer en profundidad las impurezas de la superficie de la piel y tener la cara más luminosa.
¿Querés llegar bronceada? “Si tenés la posibilidad de tomar sol, comenzá a broncearte gradualmente entre un mes y 15 días antes, con la protección adecuada, claro. Una manera infalible de lograr un tono dorado para el día de tu boda es con la aplicación de autobronceante. Arrancá una semana antes del evento y reaplicá cada dos días hasta alcanzar el color deseado”, previene García Díaz. Pero no te excedas, porque podés quedar con un tono anaranjado. Evitá que esto suceda y esparcí una loción humectante sobre tu piel antes de pasar la crema tonalizadora.






















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