Mi viaje de “iniciación” fue a los 20 años: recorrí Israel y Europa con una mochila. Fue una experiencia importante para mí porque era la primera vez que estaba sola lejos de casa. Además, descubrí algo que cambiaría mi vida para siempre: viajar es una de las cosas que más me gustan.
Hoy mi compañero de aventuras es mi novio Rodrigo: juntos recorrimos paisajes desérticos y montañosos, bosques, playas y ciudades de todo el mundo. En 2015 decidimos hacer nuestro primer road trip por la costa oeste de los Estados Unidos. Algunas semanas y miles de kilómetros después, tengo algunas experiencias para compartir.
Miss Calculator
Así me llama mi novio cuando me pongo ansiosa al programar un viaje. Lo que sucede es que, en comparación con él, soy la organización hecha persona. Rodrigo es un aventurero de alma y, como odia hacer planes, me pide que improvisemos. ¿El pasaje? Para él, se compra algunas semanas antes. ¿El alojamiento? Lo reservamos el día anterior desde un lugar con wifi. ¿Excursiones? Lo vemos in situ. Rodrigo tiene una respuesta para todo.
Debo admitir que las veces que improvisamos la pasamos genial. Como cuando tomó un camino alternativo para ir desde Mammoth Lakes (un pueblo que está en la cordillera de Sierra Nevada, en los Estados Unidos), hasta la costa californiana: vimos paisajes espectaculares. O la vez que no teníamos dónde dormir en San Diego y terminamos en un motel de película, gracias a una oferta de última hora.
Claro que hubo veces en las que no nos fue tan bien. Cuando un sábado a las diez de la noche llegamos al centro de Los Ángeles, con el auto repleto de cosas, luego de estar en la ruta por más de ocho horas, y no encontrábamos ningún lugar donde alojarnos, mi humor no era el mejor.
Entonces, mi consejo es: 50% de organización y 50% de emoción. Trazar una hoja de ruta y hacer algunas reservas puede sonar muy “Miss Calculator” para algunos, pero te hará ahorrar algunos momentos irremontables.
Pese a mi sobrenombre, suelo ser bastante relajada con el timing del viaje. Siempre armo una guía del lugar que visitaremos con los hot spots pero no soy muy estricta: no pretendo que visitemos todas las atracciones del lugar.
“Ir con todo reservado o lanzarte a la aventura dependerá del destino. Si tu idea es recorrer la Argentina en auto, no necesitás planificar demasiado. En el caso de un país que ya conocés, podés ir solo con el aéreo y el auto contratados. Pero si se trata de un sitio en el que las costumbres y el idioma te son desconocidos (Europa del Este, por ejemplo), te conviene tener todo organizado de antemano”, recomienda el agente de viajes Fernando Casas, de TourShopViajes (www.tourshopviajes.com.ar).
Adventure style
No es lo mismo ser turista que viajera. Ser turista tiene ventajas maravillosas (¿a quién no le gusta empezar el día con un superdesayuno buffet?), pero con Rodrigo coincidimos en que queremos ser viajeros. No nos importa resignar comodidad o pasar por alto varios puntos turísticos: preferimos dormir en casas de lugareños, hacer amigos y conocer cada cultura desde adentro. Solemos hacer la reserva de habitaciones en el site Airbnb (es.airbnb.com) y, aunque viajamos en auto entre ciudades, una vez que llegamos a destino tratamos de caminar, así no nos perdemos ningún callejón, esquina o rincón fabuloso.
Si, como a nosotros, lo que más te interesa es familiarizarte con las tradiciones, las costumbres y las comidas típicas de los lugares que visitás, lo mejor es integrarte a su gente. Eso implica, entre otras cosas, comer en los elegidos del barrio o descubrir la cerveza más barata y rica de la ciudad.
Lo que yo aprendí en cada viaje es la importancia de hacerle lugar al factor sorpresa y dejar que la realidad se imponga. No hay nada más gratificante que volver a casa con una valija llena de souvenirs y de momentos en los que se movilizaron diferentes emociones. A veces, las sorpresas se encuentran en un paisaje majestuoso; otras, en el encuentro con un desconocido que nos hace cambiar el punto de vista sobre algo. En algunas ocasiones, te las da tu compañero de viaje. Eso fue lo que me pasó a mí la última noche de mi road trip por California y Nevada: mi novio me sorprendió con un anillo y con una propuesta que no imaginaba que llegaría.





















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