Es una realidad: tenés tantos compromisos y actividades que a veces no podés encerrarte en el cuarto con tu chico durante horas. Por suerte, existen los rapiditos. “Un encuentro sexual exprés ayuda a renovar la intimidad de una pareja”, afirma la psicóloga y sexóloga Sandra Lustgarten (intimisimasandra.com), de la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana y autora del libro De a tres.
Alcanzar el orgasmo en tiempo récord es más fácil de lo que te imaginás, pero primero tenés que dejarte llevar por el deseo. “Hay que saber aprovechar las circunstancias, sin enredarse en dudas ni en planteos”, aconseja la sexóloga. Te enseñamos algunos trucos de alto voltaje para usar en caso de emergencia erótica.
¿Por qué te encanta?
Seguramente te pasó que tu chico te besó el cuello cuando tu mejor amiga estaba por llegar a tu casa, o te miró de manera insinuante mientras te vestías para ir a trabajar. ¿Quién no tuvo ganas de tener sexo justo cuando menos tiempo tenía? “Esa situación atrae porque tiene el sello de lo prohibido, y eso provoca excitación. Muchas veces se genera al estar en lugares públicos o poco habituales (como el cine o el asiento trasero del auto): el miedo a ser descubiertos funciona como un estimulante erótico”, explica la psicóloga y sexóloga Celia Laniado (sexologacelia.com), de la Federación Sexológica Argentina.
Sin preámbulos
Esta variante erótica tiene muchas ventajas: te muestra como una chica salvaje (lo que te hace muy atractiva para cualquier varón) y te acerca más a tu hombre, ya que reafirma el deseo que uno siente por el otro. Además, lo vertiginoso de la situación obligará a tu mente a concentrarse en el momento que estás viviendo. O sea: no vas a distraerte con pensamientos “intrusos” (como los relacionados con cuestiones financieras o laborales).
El sexo exprés impide que la intimidad de la pareja se vuelva rutinaria y predecible. “Ayuda a recrear la fantasía, lejos del ámbito tradicional de la cama y de las posturas sexuales habituales”, asegura Lustgarten.
Un plus del rapidito: los especialistas afirman que te facilita un orgasmo superpoderoso ya que, al verlo a él tan excitado, vas a estimularte más y eso hará que tu clímax sea más intenso que lo usual. Y lo mismo le sucederá a tu chico.
Aprendé a identificar
“Hay que diferenciar el sexo exprés de esos encuentros rápidos a los que se accede ‘por compromiso’ o porque el hombre no deja de insistir. Por lo general, en esas situaciones la mujer no llega al clímax”, advierte Laniado.
Si el repertorio erótico de tu pareja solo incluye rapiditos y vos no estás conforme con eso, quizá deberías analizar por qué le dedican tan poco tiempo al sexo. “Puede tratarse de un caso de quinungolagnia: solo se da el goce erótico cuando hay peligro”, especifica la experta.
Lavarte los dientes, preparar un té o contestar un SMS: solo necesitás algunos minutos para hacer cualquiera de esas cosas. A continuación, te detallamos otras infinitamente más placenteras, que no requieren de mucho tiempo más.
Entre ollas y sartenes
Esta noche, esperalo en la cocina, luciendo un delantalcito lindo sobre tu ropa interior más sexy. Pedile que te ayude a alcanzar algo del estante más alto de la alacena: cuando él se acerque a vos, el roce será inevitable. Un par de movimientos estratégicos de tu parte harán que vos y tu hombre queden on fire.
También podés sujetarte de un mueble o de una puerta y permitir que él te “ataque” por detrás.
El gran temblor
Recreá la escena más hot de la película Amores Perros: cuando el lavarropas esté centrifugando, sentate encima del artefacto, con las piernas separadas, y llamá a tu chico. Explicale que no tienen mucho tiempo, porque ese ciclo del lavado dura pocos minutos. La urgencia y el vaivén del aparato van a transportarlos al paraíso sin escalas.
En el guardarropa
Arrastrá a tu hombre al interior del placard: la idea de esconderse para tener sexo le da a la situación un matiz de transgresión que la vuelve mucho más excitante. Una vez que estén adentro, pedile a él que se recueste de espalda contra una pared, con las piernas juntas y ligeramente flexionadas (sus caderas tienen que quedar apenas debajo de las tuyas). Para no perder el equilibrio, puede apoyar sus manos contra la pared de enfrente. Montate sobre él, colocando una pierna a cada lado de su cuerpo, y empiecen a moverse hacia arriba y hacia abajo, o trazando círculos con las caderas. ¿Te suena difícil o rebuscado? Primero, probalo y, si querés elevar la apuesta, hacé esta misma acción en el placard de una casa ajena.
La ventana indiscreta
¿Te excita ser observada mientras tenés sexo? Acercate a un ventanal y, mientras te dedicás a mirar el pulmón de manzana y el contrafrente de los edificios, él se ubica detrás de vos. Es preferible que hagan esto en un espacio ajeno (pueden ir a un hotel), para evitar una denuncia del consorcio o la vergüenza de cruzarte a los vecinos que pudieran reconocerte. Consejo: tratá de que no se vea tu cara ni la de tu chico.
Acción oral
¿Hace horas que estás estudiando o redactando un informe en la compu? Tu novio puede darte una mano para aliviar tu tensión. Él tiene que arrodillarse frente a vos, separar tus muslos con las manos, sumergir su cabeza bajo tu pollera y trazar con su lengua todas las letras del abecedario en la parte más sensible de tu zona V.
Placer sobre cuatro ruedas
Cuando vuelvan a tu casa en el auto, estacionen en un lugar discreto, ubicate en el espacio que hay entre los dos asientos delanteros, mirando hacia delante, y recostate hasta apoyar los codos en el de atrás. Él tiene que ubicarse sobre vos… ¡y acelerar su máquina!
Triple X
¿Están en el cine? Con mucha delicadeza, bajale el cierre del pantalón y acariciá su paquete. Al mismo tiempo, él debe ubicar su mano entre tus muslos y presionar tu clítoris, aumentando progresivamente la intensidad. Tocarse en público es terriblemente excitante, pero tienen que ser discretos: siéntense en la última fila y traten de no hacer ruido.
Espejito espejito…
Probate una pollera frente al espejo y pedile a tu chico que opine cómo te queda. Cuando empiece a hablar, inclinate hacia delante y mostrale que no llevás puesta tu ropa interior. Le va a encantar verte así reflejada en el espejo.
Regla de tres simple
Pedile a él que use sus dedos pulgar, índice y anular para acariciarte el clítoris, los labios y el perineo (la zona comprendida entre la vagina y el ano), en ese orden. Intensifiquen la presión y el ritmo mientras se besan apasionadamente.
Masaje sorpresa
Arrodillate frente a tu hombre y colocá su miembro entre tus lolas. Si tenés una delantera power, juntalas para crear fricción. Si tus pechos son pequeños, sujetalos con una sola mano y, con la otra, guiá su pene.
Acción mágica
Cuando tu hombre esté hablando por teléfono con un amigo, sorprendelo: arrodillate frente a él, abrile el cierre del pantalón y empezá a mimar su miembro con tu boca. Cuando veas que este empieza a erguirse, pedile a tu chico que corte la comunicación: llegó el turno de recostarse. Subí tus piernas sobre sus hombros, así él podrá acariciar tu zona V.
¡Buen día!
Programá la alarma del despertador para que suene diez minutos antes de lo habitual. Aprovechá la erección matinal de tu chico: apenas sienta tu lengua recorriendo su pene, va a despabilarse.¡Y cómo!
Caricias picantes
Dedicale unos minutos a tus lolas. Pedile a tu pareja que las acaricie alrededor del pezón, trazando círculos cada vez más pequeños. Luego debe hacer lo mismo, pero con su lengua.
Táctica magistral
Descendé a su zona Sur. Besá su abdomen y sus muslos durante cinco minutos, luego sujetá el pene por la base y lamé el glande (la cabeza) con la lengua blanda. Después, empezá a mover el tronco hacia arriba y hacia abajo. Por último, introducilo en tu boca, manteniendo tus labios firmes.
Humedad intensa
Si tenés un duchador de mano, usalo para estimular las zonas erógenas de los dos. Luego, frotá el cuerpo de él y el tuyo con una esponja: la sangre se acumulará en la superficie de la piel y eso aumentará la sensibilidad.
Fin de fiesta
¿Intercambiaste miradas y SMS hot con tu novio durante toda la noche? Antes de irse de la fiesta, pueden aprovechar y pasar por el baño. ¿La estrategia? Que él entre primero y vos después. Subite al vanitory o al lavabo y dejá que te penetre. Guiá sus movimientos presionando sus glúteos con tus talones (o tus tacos).
Horas extra
¿Tu chico tiene que quedarse (otra vez) terminando un proyecto de noche? Preparale algo para cenar y decile que haga un break de 15 minutos. Sentate en su regazo y montalo como una vaquerita super hot.
TEXTO: BERTA LÓPEZ CON APORTES DE FLORENCIA ILLBELE.
FOTOS: CHRIS CLINTON.





















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