1 ¿Cómo me siento?
Analizá qué sensación te domina cuando vas a trabajar (por ejemplo, estrés, aburrimiento o ansiedad). Hacé una lista de lo que te hace sentir así y analizá cómo cambiar algo de eso. “Evaluá las tareas que hacés. Pensá cuáles te gratifican más y dales prioridad”, recomienda Martín Sandoval, director de MS Coach Sandoval (mscoach.com.ar) y autor del libro Cómo buscar trabajo en el siglo XXI. Conversá con tu jefe y proponele un cambio.
“Tratá de involucrarte en otras áreas, hacé contacto con otros departamentos, de manera que más personas conozcan tu potencial”, aconseja la licenciada en Recursos Humanos Ana María Gueli Enríquez, asesora en CVana Searching Techniques (www.cvana.com).
2 ¿Soy valorada?
Si tu respuesta es no, preguntate cómo podrías revertirlo. Tal vez seas demasiado humilde. “Mostrá tus logros, tus aportes y qué resultados sobresalientes obtuviste con tus responsabilidades”, propone Sandoval.
¿Elevaste tu perfil y siguen sin considerarte demasiado? “Planteáselo a tu jefe desde un lugar constructivo y positivo”, sugiere el coach.
Es normal que quieras que te den una palmada en el hombro cuando hacés algo bien, pero tal vez debas analizar y apreciar más tus logros. “El reconocimiento debe pasar por vos, por sentir satisfacción por lo que hacés. Un cambio de trabajo no te asegura un jefe motivador”, advierte Enríquez.
3 ¿Puedo permitírmelo?
Si odiás tanto tu trabajo como para querer renunciar, deberías tener en cuenta algo básico: el dinero. Seguramente tu sueldo te ayude a satisfacer tus necesidades básicas y a darte algunos gustos. Actualizá tu CV y ponete en movimiento. “Iniciá una búsqueda. Proponete ir a entrevistas y ver qué beneficios de otros trabajos pueden motivarte”, sugiere Sandoval.
Pensá que tu trabajo puede ser solo un medio para conseguir tus objetivos, ya sea ahorrar para iniciar un microemprendimiento o hacer contactos que puedan servirte a futuro.
4 ¿Qué voy a hacer después?
Pensá en el plan a seguir en caso de renunciar a tu puesto actual. ¿Qué tipo de trabajo buscarías? ¿Elegirías trabajar como freelance? ¿Cómo manejarías tu tiempo libre? Visualizá cómo sería tu rutina diaria: a qué hora te despertarías, qué harías a la mañana, a la tarde y a la noche.
¿No tenés muy en claro cómo quisieras que fuera tu futuro sin tu empleo actual? Tomate unos días libres, así mirás tu situación con un poco de perspectiva.
5 ¿Gano un buen salario?
Una mala remuneración puede desmotivarte. ¿Tenés la certeza de que deberían pagarte más por tu trabajo? “Si tu sueldo no se corresponde con tus tareas, intentá conversarlo con tu jefe o con Recursos Humanos. Manejate siempre en buenos términos”, advierte el coach.
6 ¿Te sentís fundida?
Según Sandoval, “las empresas suelen tener en cuenta una situación así, porque desean evitar que sus empleados sufran el síndrome de burn out: es decir, terminen ‘quemados’ por su trabajo. Tratá de tomarte unos días de descanso”, aconseja Sandoval. También podés acudir a un especialista para que te ayude a manejar el estrés.
Si tus intentos no dan buenos resultados y la situación se vuelve insostenible, quizá debas cambiar de empleo para preservar tu salud.
7 ¿Buscás el trabajo ideal?
En las redes sociales, pareciera que todos (menos vos) tienen un trabajo estimulante y divertido. Pero el empleo perfecto no existe: por mucho que te apasione, siempre habrá días malos y tareas que preferirías no hacer.
En vez de frustrarte y enviar el telegrama de renuncia, revisá tus expectativas y pensá qué querés y qué estás dispuesta a dar a cambio de eso. Si pretendés que te paguen más, probablemente debas asumir más responsabilidades. En caso de desear trabajar menos horas, quizá tengas que aceptar ganar menos dinero.
8 ¿Este es el mejor momento para renunciar?
No es una decisión que debas tomar de manera impulsiva. “No te conviene dar un salto al vacío, perder tu antigüedad y perspectivas para quedarte sin nada. Antes de renunciar, tratá de encontrar una opción laboral que satisfaga tus expectativas”, aconseja Sandoval.
9 ¿Quiero otra cosa?
Si pensás cambiar de rumbo para dedicarte a tu verdadera pasión, ¡genial! Pero hacelo de la manera más consciente posible. “Analizá los riesgos que eso implica”, enfatiza Sandoval. No es necesario que renuncies a tu empleo actual: durante algún tiempo podrías asumirlo como un hobby y, de a poco, agregarle mayor compromiso.
10 ¿Quemé todos los cartuchos?
Pensá si hiciste lo que estaba a tu alcance para mejorar tu situación laboral. Sandoval opina que, muchas veces, la solución está en cambiar la actitud.
¿Lo intentaste todo y seguís frustrada? Entonces, enfocate en tus objetivos y ¡dale para adelante! Eso sí, en caso de renunciar, no lo hagas de un día para el otro. “Eso cae muy mal en las empresas. Comunicalo con un mes de anticipación. El mercado laboral es relativamente chico y tu actitud podría jugarte en contra: dejá las puertas abierta a futuras oportunidades”, concluye Sandoval.






















Comentarios