“Era nuestra primera cita a ciegas y él llegó con una remera manchada. Fuimos a su casa para que se cambiara y encontré un preservativo usado sobre su cama. Obviamente, se terminó la cita”.
—Carolina
“Trajo a su hermana, su cuñado y sus sobrinos a nuestra primera cita y aclaró que sus dos compañeros de cuarto no pudieron venir, lo mismo que su papá y su mamá”.
—Anita
“Se rompió el preservativo en la primera salida y tuve que tomar la pastilla del día después. Él tenía muchísimo miedo. Una vez que me vino, me dejó de hablar”.
—Martina
“Me quedé a dormir en su casa después de la primera cita y a la mañana necesitaba ir al baño. Me encerré e intenté que saliera algo, y no pude. Días más tarde, me enteré de que se lo había contado a los amigos. Un tonto”.
—Camila
“Organizamos para que viniera a dormir a casa y trajo algunas películas para que viéramos. Cuando puso la primera, era un video de fútbol… de sus goles en el torneíto de la facu”.
—Catalina
Después de nuestra cita, fuimos a un hotel alojamiento. Él acababa de volver de un viaje y su tarjeta no funcionaba en el país todavía (al menos, eso dijo), así que yo pagué. A la mañana siguiente, veo un mensaje: ‘Hola mi amor. Te estuve llamando. ¿Está todo bien?’. Tenía novia”.
—Erika
“Un chico me dijo que fuera a su casa porque iba a cocinar para mí. Cuando llegué, me confesó que no sabía cocinar y me preguntó si yo podía enseñarle. Empecé a hacer un pollo y se fue a tocar la batería a su cuarto. Me dejó trabajando sola. Al final, se justificó diciendo: ‘Quería probar si podíamos disfrutar estando separados en la misma casa’. Sí, claro. ¡Vago!”.
—Laura























Comentarios