Cada día tenés la posibilidad de conectar con vos y con tu cuerpo. Un ejemplo: cuando conducís el auto y el semáforo se pone en rojo podés hacer cinco respiraciones profundas que te conecten con la intención del inicio del día, te ayuden a bajar un cambio y te permitan escucharte. “Para convertirte en una mujer Alfa debés pasar por un ritual, una graduación. Hay que tener en cuenta la astrología, aprender a meditar en tiempos complicados, seguir pautas de nutrición saludables, habilitar espacios de gratitud (como son las reuniones con amigas) y darte motivos para reír”, detalla Mia.
Estos son las cinco pautas para llegar a ser una Mujer Alfa:
Tiempo
Usualmente, cuando realizás un cambio (ya sea físico o interno) querés ver los resultados de inmediato, pero hay que aceptar que se trata de un proceso.
Paciencia
La frustración de no tener resultados inmediatos hace que regreses a esa instancia de la que querías salir.
Dedicación
Al adquirir un hábito nuevo segregás sustancias (serotonina, dopamina) que te hacen sentir mejor. Un ejemplo: al empezar spinning, las tres primeras semanas te sentís bien, en la cuarta ya no querés ir más. Justo cuando el cambio está listo para ingresar a tu disco duro, tus células dicen: “No conozco esto”. Un compromiso no es el furor del inicio, sino lo que sucede cuando ese entusiasmo se diluye.
Cuidá tu salud
Alimentate de manera saludable y consumí comida orgánica: te vas a sentir bien.
Enamorate locamente de vos
La crisis de la mediana edad sobreviene cuando te das cuenta de que te pasaste años ocupándote de cosas que no te hacían feliz. Una mujer Alfa no tiene que llegar a los 40 para aceptarse y ocuparse de sí misma. Viví el hoy, planificá cómo vas a hacer cada cosa y amá locamente el momento actual por más difícil que sea.























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