Muchas chicas admiten que sus mejores experiencias íntimas no fueron zarpadas, sino las más tranquis. ¿Querés vivir algo así? Te contamos lo que debés saber sobre el sexo “convencional” que se siente fabulosOH.
La urgencia del deseo
Cuando empiezan a besarse, ya no pueden parar más, todo se reduce al acá y ahora: no hay tiempo para disfraces de enfermerita hot ni para imitar la pose “Cangrejo ardiente” (o la pirueta que sea) del Kamasutra. Y, en definitiva, a eso se reduce el sexo inolvidable.
¿Qué otra cosa puede ser más excitante que las ganas de arrastrar al otro al cuarto ya, ya, ya?
Realmente podés enfocarte en lo que sentís
Cuando no hay “distracciones”, vos y él pueden estar atentos a lo que hacen, en vez de preocuparse por acomodar el anillo vibrador o por planificar la próxima movida.
Para disfrutar, es fundamental que los dos se sientan tranquilos y relajados. “Así pueden jugar y dar rienda suelta a las fantasías”, afirma Cruppi.
Además, de esa manera, pueden percibir las reacciones del otro. Lo que manifieste frente a un toque suave o a uno más intenso, lento o rápido o en un punto específico de su anatomía será una guía infalible al orgasmo.
Vas a comprobar que el sexo aparentemente convencional y tranquilo en realidad desata un tsunami de placer.
Te recuerda que el sexo hot no tiene que ser zarpado
“En las últimas décadas, hubo un cambio cultural muy fuerte. Hoy existe cierto empuje hacia una sexualidad ‘florida’”, asegura la psicoanalista Any Kriger, autora del libro Sexo a la carta.
¿Cuando estás en la cama con tu chico te sentís cómoda y la pasás genial? Entonces, no hay necesidad de tanta parafernalia ni puesta en escena. A veces, decirle a tu hombre “Me encanta cómo me acariciás” puede resultar tan excitante como leerle en voz alta un relato pornográfico.
Si te gusta experimentar, volver a las fuentes puede ser divertido
Después de haber probado todas las novedades en materia erótica, el sexo “básico” resulta una innovación. Al relajarte, das lugar a nuevas sensaciones.
Bonus track: “El erotismo convencional funciona como un pegamento, ya que une a la pareja. Y también es un lubricante, porque una vida sexual satisfactoria hace que todo parezca más fácil: suaviza los aspectos duros de la vida. Quizá hoy no fue un gran día, pero esta noche todo puede estar mejor”, asegura la terapeuta sexual Rosie King en su libro Good Loving, Great Sex (Buen amor, gran sexo).




















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