Jamás compartirías tu cepillo de dientes o tu esponja de baño, pero ¿qué tal un labial o una toalla? Leé esto y para saber cuando decir “¡no!”.
Rasuradoras
El peor escenario Una infección por un virus o una bacteria.
¿Por qué? “Las rasuradoras pueden arrastrar sangre o fluidos que dejan bacterias en la hoja, sobre todo si no las enjuagás correctamente con agua tibia y jabón”, dice la dermatóloga Irene Bermejo, miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología. “Si al usar una rasuradora ajena te cortás, podés infectarte, incluso podés contagiarte el virus del VIH de esta manera”, advierte Bermejo.
Makeup de ojos
El peor escenario Conjuntivitis.
¿Por qué? Las membranas húmedas de las mucosas de tus ojos son como una entrada VIP para las bacterias. Entonces, “el maquillaje de ojos es la fuente de contagio de conjuntivitis viral y bacteriana más común que existe”, comenta la doctora Bermejo.
Cepillo facial
El peor escenario
Una infección en la piel.
¿Por qué?
Después de usar un cepillo para realizar una limpieza facial, las cerdas quedan cargadas de sebo y de células muertas, de las que se alimentan las bacterias. ¿Vas a exfoliar tus poros con los gérmenes de otra persona? Mejor pensalo. Pueden compartir un gel, pero que cada una use su propio cepillo. Y cámbienlo cada tres meses.
Cremas en pote
El peor escenario
Una infección en la piel.
¿Por qué? Cada vez que alguien mete sus dedos en un pote de crema o de base de maquillaje, las bacterias del exterior entran en la fórmula a través de la piel de las manos y se incuban dentro del producto (las bacterias adoran los ambientes húmedos y oscuros). Si usás una crema prestada, corrés el riesgo de transferir esas bacterias a tu piel. Para reducir estas posibilidades, usá siempre una crema propia y aplicala con las manos limpias.
Brochas de maquillaje
El peor escenario
Una infección en la piel.
¿Por qué?
A las bacterias les encanta esconderse entre las cerdas de los pinceles de makeup, porque suelen estar húmedas por los productos (como las bases fluidas) o por el ambiente. Si usás la brocha de otra persona, es muy probable que rocíes por tu cara gérmenes ajenos y que contamines tu propio producto.
Labiales
El peor escenario Un resfrío o un herpes labial.
¿Por qué? La boca no tiene la misma capa epidérmica exterior que el cutis, lo que la vuelve mucho más susceptible a infecciones (como el virus del herpes simple, VHS-1) o a un resfrío. “El virus del herpes se puede contagiar por contacto, por compartir un vaso, una toalla o un labial, incluso cuando está inactivo (cuando no hay ampolla)”, explica la doctora Irene Bermejo.





















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