¿Les conté que los hombres tenemos MUCHAS ventajas en la vida? Podemos hacer pis parados, las colas en el baño son mucho más cortas y la ropa se resume a pantalón o jean, remera o camisa. No hay mucho más. Y yo lo agradezco, especialmente a la hora de casarme.
Para la novia es un tema. O mejor dicho, EL TEMA. El vestido con el que siempre soñó, que sea lindo, pero cómodo, que le calce perfecto, que no la haga gorda, que no la haga flaca. Pruebas al por mayor, zapatos, accesorios, ramo. Y que a ninguna loquita se le ocurra ir al casamiento con algo en un tono “cercano” al blanco porque la prende fuego. Creo que hasta escuché hablar a las amigas de mi novia sobre tirarle vino tinto encima a la que se atreva a ir de blanco… No quiero ni saber si era un chiste o en serio.
Para el hombre las opciones son mucho más acotadas. ¡Por suerte! Me habían recomendado un par de lugares y después de mandar tres mails, LITERAL, fui con mi cuñada al que nos quedaba más cómodo: el que estába ubicado a la vuelta de su oficina.
No me gusta ni el jaqué, ni el frac, así que las opciones quedaban drásticamente reducidas: smoking o traje “con onda”. Mi idea era ir por un tuxedo (lo más cercano que encontrara a James Bond o Bruce Wayne) y ver cómo me quedaba.
Llegamos a un departamento en un primer piso de la zona de Retiro y nos atendió -muy bien- Andrés. Me hizo varias preguntas a las que le respondí con cara de “no tengo idea de lo que me hablás”, y empezó a darme ropa para que me pruebe.
Las claves eran pocas: que no tuviera muchos brillos y que yo no me sienta un salame al ponérmelo. No fue complicado: a la segunda prueba habíamos encontrado un ganador. Después hay un par de detalles a los que prestarle atención, como dar en el blanco con el color del moño -me probé uno rojo y parecía un mozo- o si usar tiradores. Ah, y sepan que ponerse los gemelos es imposible… Voy a necesitar ayuda el día de la boda para ponerme estos RE cancheros que me compré en un viaje.
También hay múltiples opciones de camisas, con botones oscuros o claros, a la vista o con detalles, el cuello… Igual, no me quejo, lo mío no fue nada comparado con el “placentero sufrimiento” de la novia para elegir el vestido.
En total, con futura cuñada, estuvimos menos de una hora en ese lugar. ¡Y ya tengo mi smoking!
Dato de color: ahí, de canuto, aproveché para sacarme la foto que uso de perfil en esta querida página. Sí, en la redacción del canal de noticias les ENCANTÓ. A las pruebas me remito.





















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