Marieke Vervoort tiene 37 años, el cabello rubio y dos medallas olímpicas en su historial deportivo. En menos de un mes, tras su participación en los Juegos Paralímpicos de Río 2016 (tendrán lugar entre el 7 y el 18 de septiembre), la atleta belga se despedirá del deporte y de su vida. Su decisión de someterse a una eutanasia es inamovible.
Todo comenzó cuando tenía 14 años y pensó que tenía una inflamación en el pie. Tras varios estudios, le diagnosticaron tetraplejia progresiva: una enfermedad degenerativa que la somete diariamente a dolores insoportables e interminables.
“La gente siempre me ve sonriendo y haciendo deporte, pero no ve lo que pasa cuando estoy en casa. Río es mi último deseo, espero acabar mi carrera con un podio. Los papeles para la eutanasia están listos. Cuando quiera puedo decir: ‘¡Es suficiente! Quiero morir’. No quiero vivir como un vegetal”, explicó Vervoort en una entrevista al diario El País.
La belga también anticipó que desea ser cremada y que le gustaría que su funeral fuera alegre: con música y champán. “Quiero que lancen mis cenizas en Lanzarote, donde la lava se une con el mar. Un lugar que me transmite paz y tranquilidad. Quiero terminar allí”, confesó la atleta.





















Comentarios