¿Cómo funciona?
El chip es una varilla del tamaño de un fósforo, que se coloca por debajo de la piel del antebrazo, con anestesia local y en menos de un minuto. Luego, el implante comienza a liberar en forma lenta una hormona llamada etonogestrel, que inhibe la ovulación y produce un espesamiento del moco cervical dentro del útero, lo cual impide el paso de los espermatozoides. Es ideal para mujeres de entre 18 y 40 años.
Pros y advertencias
Es un método poco invasivo, que no duele y desliga a la mujer de la ingesta diaria de las pastillas. Además, disminuye los dolores menstruales. Lo mejor: el efecto anticonceptivo dura tres años y la eficacia es superior al 99%. Entre los efectos adversos se destacan dolores de cabeza y cambios emocionales. Asimismo, durante el primer año, puede generar sangrado irregular, aunque luego se normaliza. Tampoco ofrece protección contra el VIH u otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
¿Cuándo y cómo se coloca?
La varilla se coloca entre el primer y el quinto día del período en el consultorio del ginecólogo. Si lo deseás, podés pedirle a tu médico que te la retire en cualquier momento, es decir, antes de los tres años. El implante más la colocación cuestan entre $ 7000 y $8000. En lo que va del año, solo en el mercado privado, el número de ventas aumentó un 84%.
Asesoró: Dra. Laura Fleider, ginecóloga del Hospital de Clínicas y docente de la Universidad de Buenos Aires.


















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