Es horrible pensarlo, pero tenés que ser realista: tu mascota puede lastimarse, envenenarse o ser atacada por otro animal. En una instancia así, cada minuto que corre es crucial. Los especialistas te enseñan qué hacer con tu perro o tu gato mientras esperás la atención veterinaria.
Lo lastimó otro animal: Si lo mordieron, debés mantenerlo lo más quieto posible en un lugar tranquilo. “Cubrí la herida con una gasa esterilizada o con una toalla limpia, y hacé presión sobre ella. Si no sangra, lavá el área con agua y jabón, y luego aplicá una solución salina esterilizada para evitar infecciones. No utilices alcohol”, recomienda el veterinario Osvaldo Rinaldi, presidente del Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires. Dato: no te olvides de solicitar los datos y el comprobante de la vacuna antirrábica del otro animal.
Se dio un golpe contundente: “Aunque tu mascota no presente ninguna lesión visible, tenés que llevarla a una veterinaria para que la revisen, y así asegurarte de que no tiene ningún daño interno”, asegura Rinaldi. En caso de que se trate de un animal desconocido en la calle, procedé de la misma manera, pero tomá precauciones para que no te muerda.
Renguea: Si pisa mal porque tiene un objeto clavado, evaluá si vas a poder extraerlo sin provocar un daño mayor. “Al retirar un vidrio, un clavo u otro objeto cortopunzante quizá se produzca una hemorragia. En ese caso, debés detenerla con agua oxigenada y gasa, algodón o papel limpio. Presioná entre tres y cinco minutos”, especifica Sepiurka.
Se intoxicó: Según el doctor Rinaldi, un cuadro que incluya vómitos, diarrea, dificultad para respirar, convulsiones, temblor muscular o salivación excesiva puede ser un indicio de envenenamiento. Rinaldi recomienda llevarle al veterinario el producto en cuestión (el recipiente del insecticida, el alimento o la planta que supongas que le ocasionó el malestar).
No respira bien: ¿Tu mascota empieza a toser en forma violenta y se le dificulta la respiración? Es probable que algo le obstruya la garganta. Sujetá el animal por las patas traseras y levantalas como si se tratara de una carretilla para ver si lo expulsa por efecto de la gravedad. De no ser así, “realizá una compresión brusca en el pecho”, recomienda Sepiurka. Si nada surge efecto, abrile la boca con algún elemento con el que puedas hacer palanca (para evitar que te muerda) e intentá extraer el objeto con mucho cuidado. ¿No tenés idea de qué le sucedió? En ese caso, andá al veterinario de inmediato.
Se quemó: Aunque el tratamiento difiere según el origen de la quemadura: “Lavá la zona afectada con agua fría y cubrila con una gasa estéril (lo ideal sería una con crema antibiótica) hasta llegar al centro de atención más cercano”, indica Sepiurka.
Sufre convulsiones: Los especialistas afirman que lo único que podés hacer en estas circunstancias es ponerle una colchoneta a su alrededor para evitar que se golpee. No se te ocurra intentar abrirle la boca: solo debés esperar a que el cuadro ceda y hacer una consulta urgente con el veterinario. “Las convulsiones quizá se deban a una lesión cerebral, a una infección o a una intoxicación, entre otras causas”, explica Sepiurka. Es importante que vos permanezcas al lado de tu mascota porque cuando termina el episodio, el animal no suele ubicarse después de algo así.
Se desmayó: Quizá no lo sabías, pero tu mascota puede descompensarse y perder la conciencia. “Es probable que eso se deba al efecto de un medicamento, o a un golpe de calor, por ejemplo. Hay que contenerlo de la misma forma que con las convulsiones”, dice Rinaldi.
Está en una situación de riesgo o se escapó: Es normal que quieras gritarle o correrlo, pero tratá de mantener la calma: si te desesperás, vas a asustarlo. “Hablale suavemente para inducirlo a que regrese: llamalo por su nombre o usá las palabras a las que suele responder”, sugiere Sepiurka.





















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