Uno escucha historias de gente que planifica su boda con más de un año de anticipación. Debo reconocer que me parecía una exageración, como los zapatos de 800 dólares de los que hablan en Sex & the City. Bueno, aparentemente ambas cosas son ciertas.
La fecha de nuestra boda es octubre. El 15 para ser exactos. Yo le propuse casamiento a mi FE (futura esposa) en diciembre, y recién en enero nos pusimos a buscar salón, el primer paso para organizar la fiesta. Queríamos algo con parque, con verde, para que se pueda hacer la ceremonia al aire libre.
Muchos quedaron descartados por no tener esto, otros por el precio… y otros nos descartaron a nosotros: no tenían nada para fines de septiembre, octubre o noviembre. Picante.
Voy a ser sincero: en esta parte la gestión estuvo principalmente a cargo de FE. Yo miraba un poco de reojo, chequeaba algunos de los links que me pasaba y listo. Pero después de haber ido a un par de salones que no nos convencieron para nada, y algunas desilusiones por haber perdido alguno que sí nos gustaban, sufrimos el primer ataque de Bridezilla. Llanto, crisis, y la frase letal de “¡no vamos a conseguir ningún lugar lindo!”.
No temáis (?), estimados lectores -sí, después de algunos comentarios decidí que no voy a escribirle solamente a lectorAs, sino también a los muchachos-, que todo llegó a un final feliz. Con FE y FC (futura cuñada, parte fundamental en varios aspectos de la boda) nos pusimos en campaña intensa, especialmente con un par de páginas Web de novias y casamientos que tienen más información que Wikipedia. En serio, son tremendas. Eso sí, algunas medio que fulminan a las novias con notificaciones que dicen “faltan seis meses y no tenés esto aquello y lo otro. Sos la peor novia del mundo”.
Después de una intensa búsqueda, llegamos a tres lugares por zona norte, Pilar y aledaños, que nos gustaron. En realidad, uno estaba bien, podía ser una buena opción C. Otro era MUY lindo… pero para casamiento diurno y con más gente de la que pensábamos nosotros. ¿Y el tercero? Se los resumo con lo que dijimos en el auto a la vuelta.
FE: “¿Y, te convenció?
Yo: “De 1 a 10 le pongo… ONCE PUNTOS”.
Sí, era “el elegido” y una vez más demostramos que al novio también le interesan estas cosas… o puede estar 100% convencido de un salón.
Así fue como encontramos el salón en el que vamos a empezar una nueva etapa en nuestras vidas.
Dato de color / tip para los que se vayan a casar: Si aprendí algo de esta búsqueda, y puedo compartirlo con ustedes, es lo siguiente: Si les gusta el salón, CIÉRRENLO en el momento. Siempre puede venir alguien atrás y ganarles de mano.
























Comentarios