Las cerezas son uno de esos alimentos que dividen a la población entre quienes las aman y los que las odian. Hoy, descubrimos que esos dos sentimientos pueden convivir en una misma persona cuando encontramos un video fantástico en YouTube.
Con mucha determinacion y gracia, un bebé intenta comerse una cereza al mismo tiempo que se da cuenta de que odia su sabor —pero después agarra una más. Y otra. Y otra.
Su reacción no tiene desperdicio: cierra los ojos, llora un poco, frunce los labios y después, en un acto de pura curiosidad, agarra otra cereza más.
Pero, en serio, aplausos para este chico que no deja de intentar alimentos nuevos —especialmente, un sabor tan intenso que hasta algunos adultos desprecian.



















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