Cada vez que salgo con un chico me doy cuenta de que muchas de las cosas que hace, las aprendí cuando tenía cinco años o menos. Y sí, hay cosas que nunca cambian.
1. Nunca, NUNCA, se van a dar cuenta cuando querés conquistarlos. Estoy saliendo con un chico hace tres meses, pero me gusta hace un año. Cuando empezamos a salir, me contó que yo le encantaba desde dos años antes, pero que nunca había notado onda de mi parte. Chicas, les juro que fui muy explícita.
2. Son irónicos cuando gustan de vos. No importa si tienen 5 o 25, si te toman de punto para las bromas (nunca demasiado pesadas como para lastimarte en serio) o te pelean por tonterías. Definitivamente, están interesados.
3. Son chanchos. Sí, se meten el dedo en la nariz. Sí, eructan y sí, les encanta.
4. Se ríen cuando se tiran gases. ¿Cómo te das cuenta de que un chico entró en confianza con vos? Cuando te dice “tengo un pedito atravesado” y se lo tira y se muere de risa después. Ahí, hay confianza. Horrible, sí, pero confianza.
5. No saben qué hacer con la ropa sucia. A los cinco les lava la ropa mami y cuando viven solos entran en crisis cada vez que tienen que lavar una mancha.
6. Son malos haciendo regalos. Si no le piden ayuda a tu círculo (léase amigas, hermanas, madre) son capaces de comprarte una Barbie.
7. Son malos combinando. A los cinco eso significa combinar camuflaje con una remera azul brillante de los Powerr Rangers. Ahora, usan medias blancas con pantalones negros.
8. Tienen olor. Al principio de la cita, todo es color de rosas (o más bien olor a rosas). Ahora, después de acostarte con él…¿Alguien puede explicarme por qué huelen mucho peor que nosotras?
9. Se enojan mucho por cosas tontas. Por ejemplo, por perder en un juego contra vos, y si ese juego es la Play, despedite de sus besos por dos días.
10. No saben qué hacer cuando les gustás. Tratan de que te des cuenta con cosas mínimas como que te dieron un caramelo de más o que se les escapó un “linda” -una vez, en voz muy bajita-.





















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