Uno se llama Rubén Galera y es un violador. El otro se llama Juan Galarreta y es un juez. En una sociedad ideal, uno solo de ellos sería un hombre abominable. En la nuestra, lo son los dos.
Galera violó a Juana*, una chica de 17 años, hace 13, en Miramar, provincia de Buenos Aires: amenazándola con un cuchillo en la garganta la sometió a abusos horribles durante seis horas, la golpeó y la dejó tirada en un arroyo.
Juana sobrevivió y tuvo coraje: hizo la denuncia, sentó a su violador en el banquillo y logró que la Justicia lo condenara a 16 años y medio de prisión.
Sin embargo, tres años y medio antes de que se cumpliera la condena, Galarreta, el juez, lo dejó en libertad condicional “por buena conducta”. Curioso que para el juez haya sido buena la conducta de un preso que, estando en la cárcel, en 2014 intentó violar a otra mujer, María, una radióloga del penal de Batán, donde él estaba detenido. Ese hecho, que debió haberle demostrado al juez que el criminal no estaba en condiciones de regresar a la calle, no impidió que Galera fuera liberado. Y este mes ocurrió lo que el juez debió haber evitado: Galera volvió a violar. Atacó a Josefina, de 22 años, en una parada de colectivo. Ella lo identificó hoy y se encontraron pruebas materiales que también lo relacionan con el hecho.
FINAL ANUNCIADO
En noviembre del año pasado, Juana se había enterado de la posibilidad de liberación de Galera y fue a verlo a Galarreta junto a la radióloga agredida en Batán. Trataron de convencer al juez de que no dejar salir de prisión a su agresor, pero el juez no tomó en consideración el pedido de las víctimas.
“Meses de lucha para que esto vuelva a pasar, ahora Galera es culpable, pagará, pero Galarreta lo es igual, él sabía que lo estaba dejando afuera y no le importó, lo soltó cerca de mi casa”, le dijo Juana al diario Clarín.
Al liberar a Galera, el juez Galarreta no tuvo en cuenta los derechos ni la seguridad de Juana y de María, y nos puso en riesgo a todas. Su actitud irresponsable propició que hubiera una nueva víctima, Josefina.
* No se publican los nombres completos de las víctimas para no exponerlas.

























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