1. No hacer lo segundo.
Si tu organismo no se mueve, es muy probable que generes toxinas que se acumulen y terminen generándote acné. Como te dijimos anteriormente, la ingesta de fibras ayuda, y mucho.
2. El estrés.
Puede causar desórdenes en tus hormonas, elevar el nivel de andrógenos en sangre y debilitar tu sistema inmunológico, lo que se resume en: más acné.
Para bajar el estrés, podés meter los pies en agua tibia y agregarle sales de baño. Estas contienen magnesio, que es un gran calmante y ayuda a eliminar la tensión muscular. Como los pies tienen muchas terminaciones nerviosas, vas a transmitirle esa sensación de calma a tu cerebro.
3. Trabajar en una oficina.
La vitamina D mantiene la piel limpia y te ayuda a secar los granitos. Una de las fuentes más imporantes de este tipo de vitamina es la luz solar, así que, si te pasás todo el día encerrada, te damos un consejo: tratá de tomarte de 10 a 15 minutos de tu hora de almuerzo para salir afuera y tomar un poquito de sol.
4. Lavarte mucho la cara.
La gente suele asumir que, si te limpiás la piel muy seguido, vas a prevenir los granitos, pero no es cierto. Si te lavás demasiado modificás el pH de tu piel y, de esa manera, es más fácil que las bacterias invadan.
5. Demasiados peelings.
Los ácidos del tratamiento hacen que tengas más granitos y hasta dermatitis. ¡Ojo!





















Comentarios