Está claro: tu vida necesita un upgrade. Sin embargo, aunque te encantaría mejorar un aspecto de vos, algo te frena. “Después de todo, no estoy tan mal”, te conformás. Los especialistas llaman “zona de confort” a esas instancias (pueden ser circunstancias, relaciones o ámbitos) en las que te sentís cómoda solo porque son conocidas. “Esa actitud genera una sensación inmediata de seguridad en el corto plazo, pero tiene un efecto completamente adverso en el tiempo, ya que debilita tu autoestima, te devuelve una imagen frágil de vos misma y te hace
muy dependiente del entorno”, explica el
psicólogo Pablo Barraza,
del Instituto Sincronía (institutosincronia.com.ar). Entonces, llegó el momento de superar tus propias barreras.
¡A volar!
Terminaste la facu y tenés un buen empleo. Pero aunque hace mucho tiempo que fantaseás con tu espacio propio, no abandonás la casa de tus padres.
Qué te frena: “La idea de irte a vivir sola puede generarte ansiedad por todo lo nuevo que conlleva, como manejarte sola con el dinero o administrar una casa”, asegura Barraza. O sea: no te sentís preparada para asumir un rol adulto que exige que tengas mayores responsabilidades.
Ponete en acción: Así como hay una zona de confort en la mente humana, también existe una de aprendizaje, y es la que te permite asumir riesgos y desafíos, o acceder a lugares inexplorados. Según Barraza, “cuando actuás desde esa zona de aprendizaje, tenés plena conciencia de lo que hacés, y entonces podés sentir miedo. En cambio, el inconsciente no teme”.
¿Qué debés hacer para superar tu recelo y tomar una gran decisión? Según los especialistas, lo primero es reconocer tu estancamiento como un conflicto: no abandonar el nido familiar es un problema que debés resolver. “Una vez que puedas identificarlo, vas a ser capaz de encontrar soluciones concretas”, afirma Barraza.
En vez de darle vueltas al asunto, sacá cuentas: hacé un presupuesto mensual para saber cuánto dinero tenés disponible para afrontar los gastos de una casa (alquiler, impuestos y expensas, si las hubiera). Después, pedile a una amiga que te acompañe a visitar departamentos.
No nos une el amor, sino el confort
Estás de novia desde hace años y todo está bien entre vos y él. Sin embargo, ninguno de los dos da el paso necesario para que la relación avance: no hablan de convivencia ni tienen planes para un futuro compartido.
Qué te frena: ¿Te suena la frase “mejor bueno conocido que malo por conocer”? Según los especialistas, a muchas mujeres la convivencia les genera miedo: temen que no funcione o que desgaste la pareja.
Ponete en acción: Te conviene hablar con él. “Es algo que deben resolver de a dos. Sé completamente honesta acerca de tus sentimientos, expresá tus dudas y tus miedos”, recomienda Barraza.
La psicóloga Rosina Duarte propone el siguiente ejercicio: “Imaginate tu relación dentro de un par de años: ¿cómo la ves? Es importante que puedas visualizar un futuro con él. Conectate con lo que sentís: no te autocensures ni te mientas”. ¿No estás segura de lo que sentís por él? “Lo más sano que podés hacer es soltar esa relación”, aconseja la especialista.
“Por lo menos, tengo un sueldo”
Estás estancada en un empleo que no te apasiona y que tampoco te permite hacer carrera: sentís que tocaste tu techo y, sin embargo, seguís aferrada a tu puesto. También puede pasar que te hayas planteado la posibilidad de lanzar tu propio emprendimiento más de una vez, pero que ni siquiera hayas averiguado qué pasos deberías seguir.
Qué te frena: “Tus miedos y la falta de confianza en vos tienen más poder que tu propio deseo. Seguramente hagas foco en lo que te falta, no en lo que tenés: y, mientras veas el vaso medio vacío, nunca podrás llenarlo con tus recursos”, advierte Duarte.
Ponete en acción: Organizate e investigá qué necesitarías hacer para cumplir tu anhelo. “Dejá de enroscarte con pensamientos, dudas y excusas. Si nunca te la jugás, es probable que termines sintiéndote muy frustrada”, dice la especialista.
¡Rescatate!
Ya no tenés tantas cosas en común con tu amiga de la infancia. Es más: a veces, te resulta infumable porque se queja de todo y te tira mala onda cuando te ilusionás con algo. Pero las dos están solteras, y ella es la única que te hace la gamba los sábados a la noche.
Qué te frena: “Probablemente no expandís tu círculo social porque no querés exponerte y mostrarte verdaderamente como sos”, asegura Duarte.
Ponete en acción: Los expertos sugieren que empieces a diferenciar la relación que tuviste en el pasado con esa amiga de la que mantenés hoy con ella: evaluá las emociones que te genera. “Es imprescindible que tengas vínculos que te nutran. Seguramente algunos te hacen bien: compartí con ellos más actividades para no sentirte sola”, aconseja Barraza.
Solteritis crónica
Decís que querés tener una pareja, pero considerás que Tinder “no es para vos”, y te cuesta ir a los lugares en los que podrías conocer chicos. Como sabrás, sería muy raro que el hombre de tu vida tocara el timbre de tu casa.
Qué te frena: “Es probable que estés muy cómoda en tu situación actual. Salir y mostrarte al mundo implica superar el miedo de cómo te pueden ver, si vas a gustar o no”, explica Duarte.
Ponete en acción: Es necesario que revises la mirada que tenés sobre vos misma y que te des permiso para exponerte más. Salir de tu zona de confort puede hacerte sentir incómoda e insegura por un tiempo, pero es el mejor riesgo que podés tomar.























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