1 / ¡Bajate esta app!
Aprovechá los beneficios de la tecnología.
“La aplicación Mint es una plataforma para administrar las finanzas personales. Es muy buena por su forma sencilla de ingresar los datos de tus gastos y porque genera gráficos muy claros. Otra gran app para el orden financiero se llama Wallet (en inglés, significa billetera): te permite realizar cualquier tipo de pago desde tu smartphone, ‘trackear’ minuto a minuto tus gastos y compartir esa información con quien desees ”, explica el economista Andy Freire, presidente de la Fundación
Argentina Emprendedora
(www. Argentinaemprendedora.org). Las dos apps están disponibles para iOS y Android.
2 / Revisá tus movimientos
¿Venís bien con el presupuesto o hubo alguna sorpresa?
“Es fundamental que lleves un control de tus gastos y tus deudas. Si sos ordenada, podés hacerlo solo una vez por mes; en caso contrario, es mejor que realices un seguimiento diario”, recomienda Freire.
Bajate la aplicación LearnVest y ubicá el ícono de acceso al lado del de Instagram, así va a ser más fácil que te acuerdes de echar un vistazo a tus gastos antes o después de chusmear fotos.
3 / Recurrí a las alarmas
Seguramente usás el calendario de tu smartphone para lo social y lo laboral, ¿por qué no hacerlo para lo financiero? Incluí alertas para no olvidarte de los vencimientos o para revisar tus movimientos financieros, como te recomendamos antes.
4 / Establecé un límite de gastos
“Para armar una suerte de presupuesto, debés determinar el porcentaje que vas a gastar en cada rubro. Por ejemplo: alquiler, entre 30% y 35%; alimentos, entre 15% y 20%, transporte, entre 3% y 10%”, detalla Freire. Según el experto, la pregunta del millón es cómo hacer para no exceder esos porcentajes. “Ajustarse a los topes y tener un control del dinero es parecido a hacer una dieta. Se necesitan dos cosas: cambiar los hábitos diarios y tener objetivos claros”, asegura Freire.
5 / Encontrá una “money buddy”
Compartir el manejo de tus finanzas con una amiga que esté en una situación financiera similar a la tuya puede ser una gran ayuda. Seguramente, al principio les resulte difícil blanquear los números (pueden tener miedo a ser juzgadas por sus gastos), pero una vez que superen ese pudor inicial, solo tienen que establecer sus metas y juntarse todos los meses para compartir los logros y charlar de sus dificultades.
Si no te sentís cómoda al hablar de tus deudas con tu amiga, podés recurrir a un contador o a un asesor financiero de confianza.
6 / Un “permitido” está OK
No podés dedicarte únicamente a ahorrar: de vez en cuando, tenés que gratificarte. Freire recomienda evitar los gastos superfluos, pero sin llegar al extremo de renunciar a todo lo que te resulta placentero: además de pasarla mal, no vas a sostener eso durante mucho tiempo. La idea es que el ahorro sea un hábito .
Para no zarparte, establecé dos o tres reglas de gastos y aferrate a ellas. Por ejemplo: “Solo compro ropa en las liquidaciones”, “No voy a viajar en taxi más de tres veces por semana”, “Cada 15 voy a comer en un restaurante”.






















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