Confesiones de ellas

“Un sábado a la noche me había quedado sola en casa mirando una peli romántica, cuando sonó la alarma de incendio y debí abandonar el edificio en piyama, llorando del susto, mientras todos mis vecinos estaban con amigos, lookeados como para salir. Me sentí patética”. —Sofía

“Luego de cenar en un restaurante, él hizo pis en el estacionamiento porque le daba fiaca entrar al baño”. —diana

“En nuestra primera cita, un chico me llevó a una casa en venta. Antes había llamado a  la inmobiliaria para avisar que él y su novia querían verla por dentro”. —mara

“Mi novio y yo estábamos teniendo sexo, y su perro entró a la habitación. En un momento, sentí una lamida en mi cola. Cuando me di vuelta y lo vi, ¡casi me muero!”. —Pamela

“Después de una fiesta, mientras volvía a casa, me dieron muchas ganas de vomitar. El conductor del taxi se enojó y me dijo que si llegaba a hacerlo, me cobraría $ 100 extra por el daño. Como no pude aguantar, terminé vomitando adentro de mi cartera. Fue asqueroso y, encima, arruiné mi celular”.  —Natalia

“Fui a un boliche totalmente borracha y el patovica me pidió mi documento, pero no lo tenía. Así que le agarré la mano, le di un beso en el cachete y le dije: ‘Estás hermoso esta noche’. Igual, no logré entrar”. —Ximena

“A veces, cuando me río mucho, me hago un poco de pis”. —Andrea

Confesiones de ellos

“Choqué contra un auto estacionado porque una chica me estaba haciendo sexo oral. Obviamente, no podía prestar atención mientras manejaba”.   —Jonathan

“Mi novia y yo fuimos al cine. Para impresionarla, la alcé en brazos, pero en el camino me tropecé y nos caímos al piso. Todos los que estaban por entrar al cine estallaron de risa”.   —Maxi

“Tengo una banda de rock y desde hace tiempo tocamos en varios lugares. Sin embargo, aún vomito de los nervios antes de cada recital”.  —Matías

“Una chica se quedó a dormir en casa y me olvidé de que mis papás venían al otro día. Cuando ellos llegaron, tuve que pedirle que se escapara por la ventana”. —Pablo

“Estaba totalmente borracho intentando tener sexo con una chica que acababa de conocer. En un momento sentí una sensación de ardor en mi pene. Miré hacia abajo y había estado frotándome contra el colchón y no contra ella, como yo creía. Lo peor de todo es que la chica no dijo ni mu”.  —Esteban