Single, copado y heterosexual. A veces creés que encontrar esas tres condiciones en un solo hombre es como ver un oasis en el desierto: de lejos parece real, pero a medida que te acercás te das cuenta de que es un espejismo. Después de una mala experencia (¡o de varias!) es lógico que supongas que todos los tipos están en cualquiera. Sin embargo, muchos hombres están dispuestos a vivir una historia de amor. ¿Entonces? Quizá el problema sea que vos solo salís con aquellos que responden a cierto prototipo masculino.
“Lo que llamamos ‘el hombre ideal’ siempre es una referencia consciente o inconsciente a un personaje construido, fantaseado, amado en la infancia… Alguien que te hace pensar que, a su lado, vos también vas a convertirte en una persona ideal”, explica la psicoanalista Lidia Pensa.
En el libro He’s Just Not Your Type (And That’s a Good Thing) (Él no es tu tipo –y eso es bueno–), la especialista en relaciones de pareja Andrea Syrtash alienta a las mujeres a salir con chicos que no coincidan con su modelo masculino. “Si bien no debés obligarte a estar con alguien que no te gusta, es bueno que te des la posibilidad de conocer a un hombre que, a simple vista, te haga pensar ‘no es para mí’. Quizá se genere un lazo de complicidad entre los dos que haga que lo veas diferente a lo que suponías”, asegura Pensa.
“Me enganché sin querer”
Fue después de escuchar esa frase que Syrtash resolvió escribir un libro sobre amores improbables. Una de sus amigas se enamoró de un hombre que, según ella explicaba, “no era su tipo”. Traducción: tenía algunos kilos de más. “A pesar del drama con el que lo planteaba, se la notaba feliz porque seguía a su corazón”, cuenta Syrtash. Lo mismo le sucedió a Charlotte, de la serie Sex and the City. Primero se casó con un hombre que parecía perfecto (aristócrata, buen mozo y elegante), pero en la cama era menos cero. Durante el proceso de divorcio, Charlotte se enganchó con su abogado, que era bajito, pelado y de otra religión. Al igual que ella, muchas mujeres se resisten en un primer momento a estar con hombres que las hacen felices solo porque no encajan en la imagen ideal proyectada. A veces, el “no tenemos nada en común” está basado en la apariencia física. “Aclaremos: el otro tiene que resultarte atractivo. Eso no significa que sea lindo ni que les guste a todas tus amigas, pero un aspecto de él debe resultarte apetecible ya que es imposible armar una relación desde el rechazo: nadie se puede enamorar de alguien a quien encuentra desagradable”, aclara la psicoanalista Iris Pugliese (www.irispugliese.com.ar).
No te confundas
Algunas mujeres flashean por cierto estilo de hombre, sin reflexionar si es el adecuado para ellas. La mayoría de las veces, todo termina en una recurrente sensación (o certeza) de haberse equivocado: una vez más, la vida les jugó una mala pasada. Para obtener resultados diferentes debés tener otra actitud y hacer nuevas elecciones. “A veces hay que dar más de una oportunidad, ir a varias citas para decidir si es posible o no armar algo con alguien. La primera impresión siempre es prejuiciosa, por eso hay que intentar superar esa instancia”, recomienda Pensa.
¿Tu candidato gana menos dinero que vos? ¿Tiene un look demasiado formal? ¿Es menor que vos? Antes de rechazarlo, detenete a pensar por qué te negás a salir con él. ¿De dónde salieron esas teorías que impulsan un pulgar para arriba o para abajo frente a un desconocido? Okay: es lógico que la opinión de tus amigos tenga cierto peso para vos, pero la verdad es que ninguno de ellos se hace cargo de tu angustia (ni siquiera, del medio kilo de helado que te comés durante el bajón) cuando una relación con el “hombre correcto” fracasa. La única persona que debe estar contenta por tus elecciones sos vos. “Cuando dejás tu felicidad en manos de otros, estás olvidando que sos vos (no ellos) la que se va a quedar sola en casa un domingo a la noche”, dice Syrtash.
¿Por qué dejás que la opinión de otros influya en tu elección sentimental? “Cuando alguien permite eso, después puede justificarse: ‘Me equivoqué porque seguí el consejo de otro’. Es bueno escuchar la opinión de los demás (quizá ellos perciban algo que vos no registrás), pero la vida amorosa no se rige por concenso grupal. A veces es imposible llevar adelante una pareja con el aplauso permanente de los que te rodean”, asegura Pugliese.
All You Need Is Love
Cuando apostás al candidato “perfecto”, tarde o temprano llegás a una conclusión: el príncipe no es ni azul ni príncipe. Para no volver a equivocarte, te conviene detenerte y observar a tu alrededor. Abrite a la posibilidad de que el amor de tu vida venga en un envoltorio diferente (no nos referimos solo al aspecto). La idea no es que te enganches con cualquiera, sino que aprendas a identificar hombres que podrían hacerte feliz (si les dieras la oportunidad, claro). “Si disminuís tus expectativas (eso no quiere decir que te tires a menos, sino ser más realista), vas a descubrir que dos personas aparentemente distintas pueden llegar a ser muy unidas”, asegura Syrtash. La clave: para darle una chance al otro, tiene que haber algún sentimiento de por medio: confianza, cariño o intuición.
Empezá por descartar tu lista de “cualidades del hombre ideal” (en la que figuran “abdominales tipo tabla de lavar”, “automóvil importado” y “rockero”), y pensá qué es lo que realmente te gusta y te hace bien. Luego, considerá qué necesitás de un hombre y qué aspectos o actitudes no tolerás. Por último, tenés que preguntarte algo muy simple: ¿con quién te gustaría estar si nadie te observara? Y darle una oportunidad.






















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