1. Es la fiesta de fin de año de tu trabajo y te permiten ir con tu pareja. Lo primero que pensás es:
a. “¡Cómo me voy a lucir con él delante de los directivos de la empresa!”.
b. “¡Qué bueno! Puede ser una buena oportunidad para dar a conocer su emprendimiento”.
c. “Espero que no se pase de copas delante de mi jefe”.
2. Él llega media hora tarde a una cena de a cuatro. ¿Cómo se justifica?
a. Estaba en una reunión de negocios, con inversores chinos.
b. Se cruzó con un perro abandonado en la calle y lo llevó a un refugio.
c. Se quedó mirando la repetición de su film favorito.
3. Cuando le pedís una opinión sobre tu pareja a tu mejor amiga, ¿qué te contesta?
a. Que no lo conoce mucho. Cuando quiso interactuar con él, estaba ocupado hablando por celular.
b. Que le parece un buen chico, por momentos, medio infantil.
c. Que prefiere no darte su opinión. Lo que tiene para decirte puede poner en riesgo la amistad.
4. A él le gusta cobrar el aguinaldo porque:
a. Puede ahorrar dinero para cambiar el auto más adelante.
b. Puede darse un lujo sin llegar ajustado a fin de mes.
c. Puede comprarse más videojuegos para la consola.
5. La última vez que discutieron fue cuando…
a. Debatían sobre el tipo de sillón que quieren para el living.
b. Él no cambió la lamparita de la cocina, pese a que se lo recordaste varias veces.
c. Cenaba y miraba su serie favorita, mientras vos limpiabas el baño que ÉL dejó empapado.
RESULTADOS:
MAYORÍA DE “A”
te hace sentir inferior con su madurez
Sos una mujer segura y tenés una relación adulta, en la que priman la comunicación y el respeto. ¿El problema? Por momentos, ubicás a tu pareja en un pedestal. “Cuando la diferencia de madurez entre dos personas es muy marcada y vos sentís que no estás a la altura del otro, eso impacta negativamente en tu autoestima”, advierte la licenciada Cecilia Palozzo, psicóloga del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (ceeta.org). Que te quede claro: el problema no es que admires a tu novio, sino que te desmerezcas. “Vos también tenés cualidades positivas y aptitudes que te hacen única. Reafirmá tu propia singularidad para tener más confianza en vos”, dice Palozzo. ¿Conclusión? En una pareja, los dos integrantes deben estar en el mismo nivel y tratarse de igual a igual.
MAYORÍA DE “B”
por momentos,
es un niño
¿Tu realidad? Estás feliz con tu chico porque sabés reconocer las capacidades y limitaciones de ambos. ¡Aplausos! Entendiste que la relación crece y madura día a día, con el esfuerzo de cada uno. Hasta ahora, tu noviazgo va viento en popa, pero podés atravesar una crisis de pareja. ¿Qué te convendría hacer en ese caso? “Cuando él se comporte de manera infantil, en vez de enojarte, transmitile cómo querés ser tratada,” recomienda el psicólogo Santiago Gómez, director del Centro Decidir Vivir Mejor (decidirvivirmejor.com.ar). ¿Él llegó tarde a una salida de parejas? Keep calm. “Dejá que él se haga cargo de la situación a través de un pedido de disculpas. Antes de criticarlo, tratá de entender y respetar su manera de ver la realidad”, explica Palozzo.
MAYORÍA DE “C”
SÍ, ES UN CHIQUILÍN
Es hora de que lo sepas: parecés la madre de tu novio. No importa la situación: controlás cada paso que él da por temor a que se desubique y te haga pasar vergüenza. ¡Basta! “Por el grado de inmadurez de tu pareja, sos vos quien termina resolviendo conflictos que podrían evitarse con más comunicación, compromiso o respeto por parte de él”, explica Palozzo. Atenta: “Si seguís manejándote de esa manera, vas a desgastar tu relación”, advierte Gómez. ¿Cómo revertir la situación? “Evitá tomar siempre las decisiones y comprometelo a él para organizar salidas u ocuparse de los quehaceres domésticos. No pierdas la paciencia y, bajo ningún punto de vista, te propongas cambiar su forma de ser. Tenés que motivarlo para que pueda hacerlo él mismo”, concluye Palozzo. ν





















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