Sin importar el tamaño de tu delantera, esta rutina te va a ayudar a lograr unos pectorales firmes y, de paso, a prevenir futuras caídas. ¿Una buena nueva? Tené en cuenta que debajo de las lolas hay músculos y, con el tratamiento adecuado, podés aumentar tu talle.
ABRAZOS PODEROSOS
Ponéte boca arriba con las rodillas flexionadas y la cintura apoyada en el piso. Agarrá una pesita (de 1,5 a 5 kilos) en cada mano y extendé los brazos sobre la cabeza, con las palmas enfrentadas. Hacé un leve movimiento con los codos, inhalá y lentamente bajá tus brazos hasta que los codos queden cerca del suelo. Sostené por un segundo y luego exhalá. Hacé de cuenta que estás abrazando a alguien, mientras volvés a la posición inicial. Repetí.
FLEXIONES EN SILLA
Apoyá tus manos (manteniendo la misma distancia que hay entre tus hombros) en el asiento de una silla. Sostené los brazos derechos y arqueá un poco tu espalda, hasta que tu torso quede perpendicular al piso. Balanceáte sobre los dedos del pie y, con tus piernas estiradas, bajá tu torso en forma suave hasta que tu pecho quede justo sobre tus manos. Retorná a la posición del principio y repetí.
PECTORALES ARRIBA
Recostáte sobre tu espalda con las rodillas flexionadas y la cintura apoyada en el piso, sosteniendo una pesa (de 1,5 a 5 kilos) en cada mano. Levantá el peso a la altura del pecho, con las palmas de las manos mirando hacia los pies y los codos afuera. Lentamente llevá el peso hacia arriba, sobre tu clavícula, hasta que tus codos estén derechos. Sostené por un segundo y volvé lentamente a la posición del comienzo. Repetí.


					


















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