Llevás más de tres horas adentro de la cocina, y cuando estás por sacar la fuente del horno, se te cae al piso. ¿Cómo reaccionás?
a Colapsás. Llorás como un recién nacido y te preguntás: “¿Por qué me sale todo mal?”.
b Respirás profundo para bajar un cambio y te ponés a limpiar.
c Encogés los hombros y llamás al delivery.
¿Qué es lo que no puede faltar en tu día libre?
a Una siesta de cuatro horas, como mínimo.
b Un brunch seguido por un paseo al aire libre.
c Pochoclos y un capítulo de Los Simpsons.
¿Cómo describirías tu vida sexual?
a Superactiva. Estás con un tipo distinto cada semana.
b Priorizás la calidad antes que la cantidad.
c Mmm… Deberías incluirla en tu lista de pendientes.
Revisar tu casilla de e-mail por la mañana equivale a:
a Temblar como un terremoto. Tu jefe te mandó tres correos a las 4 am.
b Lidiar con varios temas a la vez: desde un e-mail laboral hasta uno de tu mamá.
c Diversión garantizada. Solo te llegan notificaciones de Facebook e invitaciones a fiestas.
Al final del día, ¿te sentís realizada?
a Jamás. Estuviste despierta 14 horas y todavía no terminaste lo que te habías propuesto.
b Casi siempre. Excepto cuando se te pasa responder algún e-mail con asunto “URGENTE”.
c Siempre (aunque la cara de tu jefe no refleje lo mismo).
RESULTADOS:
MAYORÍA DE “A”
SIEMPRE AL BORDE DEL COLAPSO
Vivís irritada y en un estado de tensión permanente. Sí, estás tan pasada de rosca que dormir más de cuatro horas te parece una misión imposible. “Estar estresada permanentemente te impide disfrutar de la vida. Con la excusa de que no tenés tiempo, adquirís malos hábitos, como saltearte comidas o no descansar lo suficiente. ¿Conclusión? Tus defensas bajan y el cuerpo te pasa factura”, advierte la licenciada Cecilia Palozzo, psicóloga del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (www.ceeta.org). Si al final del día te queda un listado eterno de pendientes, en algo te equivocás. Tenés que bajar un cambio. ¿Cómo? “Anotá tus prioridades en una hoja y diferenciá las que tengas que resolver rápidamente de aquellas que pueden esperar. Tampoco te anticipes al futuro: viví el momento y hacete un tiempo para estar con tus amigas, salir a pasear o practicar una actividad física”, recomienda Santiago Gómez, psicólogo y director del Centro Decidir Vivir Mejor (www.decidirvivirmejor.com.ar).
MAYORÍA DE “B”
PODÉS MANTENER TODO BAJO CONTROL
Sos una mujer resolutiva y organizada. Al cumplir obligaciones, tenés la habilidad de equilibrar el deber con el placer. ¡Felicitaciones! “Eso se debe a que tenés un gran control de tus emociones. Por eso, cuando se te presenta un problema, en lugar de paralizarte o convertirlo en un drama, intentás resolverlo”, afirma Palozzo. Obvio que cada tanto te olvidás de responder un e-mail, pero te lo tomás con calma. “Para mantener esta actitud, seguí ejercitando el pensamiento resolutivo y conservá la flexibilidad frente a los conflictos”, aconseja Gómez. En resumen: acordate de que, en el fondo, los problemas pueden ser un gran desafío.
MAYORÍA DE “C”
TU VIDA ES DEMASIADO LIGHT
Sos una chica inmadura y jamás te hacés cargo de tus problemas. “Sos tan relajada que te acostumbraste a minimizar el conflicto, al punto de no poder resolverlo”, afirma Palozzo. Es hora de que lo sepas: tu falta de compromiso puede traerte más problemas de los que te imaginás. “Tenés que aprender a sostener tus responsabilidades, y a cumplir metas y objetivos. De lo contrario, vas a convertirte en una persona poco confiable para los demás”, asegura Gómez. ¿Cómo lograrlo? “Comenzá una actividad, como un curso de idioma, y procurá sostenerla en el tiempo”, recomienda Gómez. Conclusión: es genial que te tomes las cosas con calma pero, tal vez, tu lista de pendientes necesita un poco más de acción. Creenos, al final del día te sentirás más productiva. ν




















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