Distintos estudios revelaron que el 25% de las mujeres alcanza el clímax cuando el hombre se ubica encima de ellas durante la relación sexual, mientras que tres de cuatro (¡el 75%!) lo logran si quedan arriba. O sea: ¡la jineta es una bomba! Esa pose favorece el roce de tu clítoris contra el hueso pélvico de él, lo que te garantiza un tsunami de placer. Además, estar arriba te permite manejar el ángulo, la intensidad y el ritmo de la acción. “La jineta le devuelve a la mujer el control de su propio placer (sin depender de lo que haga o no el otro), además de multiplicar los estímulos”, explica el sexólogo Adrián Sapetti, titular del Centro Médico Sexológico y autor del libro Sexo: un camino al placer compartido.
Los especialistas coinciden: es la pose recomendada para las mujeres a las que les cuesta acceder al orgasmo solo con la penetración. Él puede besarte y acariciarte las lolas y la cola, por ejemplo, mientras vos te dedicás a tocarte. “La jineta es la favorita de casi todas las parejas. Hay mucho contacto entre los cuerpos, y la idea de la sumisión masculina resulta muy estimulante para los dos”, asegura la psicoanalista Mónica Cruppi, de la Asociacion Psicoanalitica Argentina (APA). El factor psicológico juega un papel clave: al asumir el mando, tu actitud sexy y la confianza en vos misma se potencian. “Estar arriba te da libertad y te permite dominar a tu hombre. Pasás de la pasividad a la máxima actividad”, afirma la psicoanalista Any Krieger, autora del libro Sexo a la carta. Según una encuesta reciente de la revista Esquire de Estados Unidos, la chica arriba es una de las poses preferidas de los varones porque ellos disfrutan viendo los gestos de placer de sus compañeras y tienen una perspectiva maravillosa de sus lolas. Para darle a tu hombre un recuerdo inolvidable, sentate sobre el pubis de él y recostate sobre su torso hasta que lo sientas dentro de vos. Después, elevate (así él puede observar tus lolas) y empezá a acariciarte.
SUAVEMENTE: No saltes como una desaforada cuando estés sobre él. “Podrías romper los cuerpos cavernosos del pene o provocarle fisuras”, advierte Sapetti. Mejor, optá por los movimientos lentos y variá la profundidad de la penetración.
EL GRAN RODEO: En vez de las clásicas embestidas, girá tus caderas como si estuvieras dibujando un ocho con ellas: eso favorecerá el roce de tu botoncito contra el hueso púbico de él.
CHICA ENTRENADA: ¿Querés tener los cuádriceps de Anna Kournikova? Con las piernas extendidas, apoyate sobre el pecho de él. Luego,doblá tus rodillas y movete hacia arriba y hacia abajo.
DADA VUELTA: En la “jineta invertida” (vos te ubicás sobre él, pero mirando a sus pies), inclinate hacia atrás: eso hará que su miembro impacte contra la pared frontal de tu vagina, en la que se ubica el Punto G. ¿Hace falta que te recordemos lo que eso desencadena?
EL ASCENSOR ERÓTICO: Cedele el mando: hacé que él tome el control de la acción por un rato. Inclinate y dejá que él te sujete por la cintura o por la cola y que te haga subir y bajar.
SIT DOWN: Pedile que se siente en un sillón, y ubicate sobre él. Mientras vos rozás tu clítoris contra su pelvis, él puede ocuparse de tus lolas y de tu cola.
OLLA A PRESIÓN: En la jineta invertida, extendé tus piernas hacia adelante, y apretá los músculos vaginales: eso activará las terminaciones nerviosas que intervienen en el clímax. Esta sensación es conocida como “tensión orgásmica”.


					

















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