Como todo en la vida, las citas requieren cierto equilibrio. Cuando abusás de ellas, corrés el riesgo de que esos encuentros se conviertan en algo tan rutinario como cepillarte los dientes. Aunque, por el contrario, si tenés muy pocas, reducís las posibilidades de conocer a tu candidato ideal. ¿Cómo darte cuenta de si tu vida amorosa necesita un ajuste?Prestá atención a ciertas evidencias.
5 SEÑALES DE QUE NO TENÉS SUFICIENTES CITAS
El 50% de las calorías de tu dieta proviene del alcohol. Tu mejor programa: beber vino blanco mientras mirás tu serie favorita junto a tu gato (olvidate: esto no cuenta como un “Ya tengo planes para hoy”).
Tu mamá, tu jefe, tu mejor amiga, tu compañero de trabajo y el chico del delivery se ofrecieron para presentarte a un conocido. Tu madre y tus amigos solo quieren lo mejor para vos. En la pizzería saben que pasaste las últimas noches junto a un tal “Fugazzeta”.
No podés recordar los nombres de los úlltimos cinco chicos con los que saliste. Y no porque tengas mala memoria, sino porque ya pasaron varios meses desde la última vez que apretaste con uno de ellos en la disco o un bar, después de un par de Margaritas. No te preocuparon ciertas “formalidades”, como agendar su número de teléfono o preguntarle cómo se llamaba.
Tenés la certeza de que el amor llegará a vos en algún momento. Solo las heroínas románticas tropiezan en la calle y caen en los brazos de su príncipe azul. El resto tenemos que hacer algo para encontrarlo. Aunque esto signifique que debamos bajar una app o suscribirnos a un sitio de citas on-line y tener cientos de encuentros fallidos.
La experiencia más romántica que tuviste fue hace meses. Sí, cuando el cajero del supermercado rozó tu mano al darte el vuelto.
5 SEÑALES DE QUE TENÉS DEMASIADAS CITAS
El 50% de tus calorías diarias proviene de alcohol. Vas a un bar cada noche con los que conocés en Tinder, como Javi35, el de la selfie en cueros que incluyó “suplemento de proteínas” en su lista de favoritos.
Agendar una cita es lo más parecido a una obligación laboral. “¿El viernes? Mmm, dejame chequear la agenda porque vengo un poquito complicada. Tengo un almuerzo con Juan y ya quedé para el after con Martín. ¿Y si desayunamos juntos el sábado? Más tarde se complica porque voy al río con un amigo”.
Contaste la misma anécdota 60 veces. Al principio te divertís recordar la vez que te perdiste en Nueva York, pero después de repetirla por vigésima vez, tu voz adquirió un tono monocorde. Últimamente en lugar de una chica feliz de hablar de su vida, parecés una actriz que repite de memoria un libreto.
Tu mejor amiga está enojadísima con vos. Tenés tantas citas que ya no te queda tiempo para el resto de las relaciones importantes de tu vida. ¿Con quién desearías pasar más tiempo de acá a cinco años? ¿Rodeada de tus afectos o esperando que un nabo cancherito de un portal de citas se digne a responderte un mensaje?
Ya no te pone nerviosa ni te emociona salir con un chico. Agendás las citas como si se tratara de un turno para hacerte las manos. A veces, un poco de ansiedad significa que es importante para vos.




















Comentarios