¡Qué mal la estoy pasando!

Él te encanta, pero es un desastre en la cama. En vez de frustrarte una y otra vez, usá estas estrategias para que el sexo entre ustedes sea explosivo

FOTOS: PHOTO DOLLAR CLUB. TEXTO: BARBARA DOS ANJOS LIMA, MARJORIE ZOPPEIY RAFAELA APOTO CON APORTES DE JORGELINA ZAMUDIO

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¡Qué mal la estoy pasando!

Todo viene genial entre ustedes (las salidas, la charla, las risas y los mimos), pero cuando tienen sexo, esa magia se diluye. Está comprobado: tu hombre viene flojito de papeles en la cama. En vez de oleadas de placer, lo único que sentís es desilusión y una gran confusión. Pensás: “¿Qué onda? ¿Va a ser siempre así? ¿Lo encaro o salgo corriendo?”.

PRIMER PROBLEMA
SU ESTILO: “PALO Y A LA BOLSA”
Te sonríe, te besa, te acaricia durante tres minutos, e inmediatamente empieza a desnudarte. Para muchos varones, la previa es una suerte de trámite que tratan de acelerar o, en algunos casos, de obviar. Gravísimo error. “Es importante romper con esa idea machista de que es el hombre el que ‘sabe’ y el que debe proponer. Las mujeres tenemos que hacernos cargo de nuestro disfrute y asumir un rol activo en él”, asegura la psicoanalista Ana Krieger, autora del libro Sexo a la carta.

Podés usar esta estrategia con distintas variantes. Por ejemplo: otro día contale que te morís de ganas de besarlo lentamente, desde los tobillos hasta la nuca, o de darle una sesión de masajes con final feliz. La idea es sugerirle distintas movidas para incorporar a la previa.

SEGUNDO PROBLEMA

TE ACARICIA HORRIBLE 

Tu hombre no es un corredor de rally erótico. Él le dedica mucho, muchísimo tiempo a la franela. ¿En qué quedamos: eso no era genial? Bueno, depende, porque lamentablemente él lo hace de la manera incorrecta, con demasiada intensidad o tan suavemente que no llegás a excitarte.

“Mostrale cómo te gusta ser estimulada”, propone el sexólogo Adrián Sapetti. Tené en cuenta que los varones tienden a imitar el comportamiento de su pareja en la intimidad. Empezá por darle un beso que lo deje sin respiración: enroscá tu lengua alrededor de la suya, succioná o lamé su labio inferior o dale mordidas ultrasuaves. Después, guiá su mano hacia tus zonas más sensibles y hacé que te acaricie como a vos te encanta. El recorrido puede iniciarse en la cara interna de los muslos y ascender hacia tu zona Sur, realizando una parada “técnica” en tu clítoris.

El siguiente objetivo son tus lolas. Caricias sobre la remera, movimientos suaves y en círculos, pellizcos: enseñale lo que realmente te enciende. Cuando estés excitada (y por eso, más deshinibida) animate a pedirle que las bese, lama o muerda (sin zarparse, obvio). Para que todo se disfrute más, contale en voz alta y de manera sexy qué sentís. Él va a convertirse en el megacampeón de la franela.

TERCER PROBLEMA

SE LLEVÓ ORAL A MARZO

Una realidad: “Muchos varones se resisten al sexo oral y optan por eliminar esta variante de su menú erótico. Algunos lo hacen porque tienen miedo a practicarlo mal”, asegura Sapetti. Ellos ignoran que la boca tiene ventajas sobre otras partes del cuerpo: “La lengua nunca sufre impotencia y no necesita un tiempo de recuperación. Es tan ágil como habilidosa, y proporciona humedad”, explica el sexólogo Ian Kerner en el libro She comes first (Ella acaba primero).

Un detalle para delirar de placer: mientras te da sexo oral, pedile que roce con un dedo tu Punto G. ¿Cómo localizarlo? Con la palma de la mano mirando hacia arriba, debe introducir el índice en tu vagina y, con ese dedo, hacer el gesto que usaría para llamar a alguien.

CUARTO PROBLEMA

ESTÁN DESINCRONIZADOS

¿Tu idea de Gran Final es llegar al clímax al mismo tiempo que él? Los ritmos de excitación de las mujeres y los varones son diferentes, y eso complica que puedan cruzar la línea juntos. La mayoría de los hombres prefiere que su pareja acabe antes que ellos, porque necesitan un tiempo de recuperación después del orgasmo, y eso enfría la situación.

Algunas movidas y trucos ayudan a demorar el clímax de él. “La pose del perrito intensifica la excitación masculina, así que conviene evitarla y optar por el misionero. Él debe quedarse quieto o moverse muy lentamente una vez que está dentro de vos”, aconseja Sapetti.

Si ves que él está por llegar a la meta antes, pueden tomarse un “recreo” para que tu chico desacelere y para que su clímax se demore un poco.

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