¿Alguna vez pensaste en la cantidad de basura que se genera en una ciudad? En la de Buenos Aires, por ejemplo, se juntan unas 5000 toneladas diarias de residuos, lo que implica un promedio de casi un kilo por habitante (parece que ignoramos el concepto de “consumo responsable”). Y parte de esos desperdicios se encuentran tirados en las calles y las plazas: algunas esquinas son verdaderos basurales a cielo abierto. La buena noticia es que varias agrupaciones trabajan en forma voluntaria para solucionar esta situación. Conocelas y sumate a ellas.
Impulso verde
Plaga Positiva nació en febrero de 2013, gracias a la iniciativa de un grupo de amigos. El segundo domingo de cada mes, los voluntarios (que se identifican con remera verde y guantes) recorren distintos espacios verdes bonaerenses y levantan los residuos que encuentran a su paso. Estuvieron en Plaza Francia, Paseo Victorica, Parque Rivadavia, Plaza Monseñor D’Andrea, Plaza Nueva York, Plaza 1º de mayo y Plaza Arenales, entro otros lugares. “La acción tiene tres consecuencias concretas: la limpieza, el mensaje a los presentes (quienes seguramente lo transmitirán a otros) y la autopromoción del movimiento. Cuando nos ven, muchos se interesan por la iniciativa. Nosotros les contamos que no pertenecemos a ningún partido político ni empresa, y que nos interesa concientizar acerca del cuidado del espacio público. La gente recibe el mensaje muy bien. Nuestra intención es que esto se replique en otros puntos del país”, cuenta Julia Ras, una estudiante de Comunicación de 26 años que colabora con Plaga Positiva. Para ella, formar parte de esta organización es una doble apuesta: cuidar el espacio compartido y hacer algo a favor de la ecología. “No podemos juzgar lo que hacen los otros, pero sí involucrarnos y generar un cambio personal”, explica esta voluntaria.
Formar conciencia
Vamos a Hacerlo Argentina surgió por la inquietud de Jhon Ruiz Castaño, un colombiano que vino a la Argentina hace siete años para hacer un posgrado y terminó por radicarse en el país. Recién llegado, quedó impresionado por la suciedad que vio en Buenos Aires y no dejaba de pensar qué podía hacer al respecto. Un tiempo después, conoció Let’s do it!, una iniciativa internacional originada en Estonia en 2007, cuando un pequeño grupo de personas convocó a 50.000 voluntarios a limpiar distintas ciudades del país: en cinco horas lograron retirar 10.000 toneladas de desechos. Esa iniciativa hoy funciona en más de 90 países, y fue la que inspiró a Jhon para crear Vamos a Hacerlo Argentina en septiembre de 2012. “Buscamos que la gente sea parte de la solución al problema”, dice Jhon. Este movimiento organizó siete jornadas de limpieza en la ciudad de Buenos Aires, en Bragado y en Mendoza, en las que retiraron 2128 kilos de residuos.
El gran objetivo es generar conciencia para que consumamos menos y mejor y, de ese modo, disminuir la cantidad de desperdicios. Jhon asegura que, en los últimos años, la gente aprendió a separar la basura para reciclar. “La semilla va dando su fruto, pero falta el apoyo de los Gobiernos para darle otro impulso”, explica Jhon. En febrero de este año, se llevó adelante la Conferencia de Limpieza Mundial en la que organizadores de más de 40 países discutieron sobre problemas esenciales. “Es imposible cambiar comportamientos con solo decir ‘no lo hagas’. Únicamente las acciones reales, en las que las personas toman parte, pueden enseñar a actuar de manera diferente”, aseguró Rainer Nõlvak, iniciador y jefe motivador de Let’s do it!
Costas bonitas
Yo Amo mi Playa es una iniciativa que se impulsó en Pinamar, Villa Gesell, Mar del Plata, Partido de la Costa, Playa Unión, Necochea y Orense. La organización realiza otras acciones, además de la limpieza de los espacios públicos. En Pinamar, lograron que se reglamentara una ordenanza municipal que prohíbe la venta de bolsas de plástico de polietileno. También proponen que en los balnearios no se entreguen sorbetes plásticos y que se separen los residuos. “Apostamos a crear conciencia y a favorecer un consumo responsable que lleve a generar menos basura. Por eso, damos charlas en las escuelas y hacemos una campaña de cartelería en la ciudad”, cuenta Gastón Caminata, uno de los impulsores del movimiento.
océano, en el mundo flotan catorce islotes de plástico: el más grande es la llamada “Gran mancha de basura del Pacífico”, con una superficie de aproximadamente 1,5 millones de kilómetros cuadrados (casi equivalente a la Patagonia argentina). “Uno de nuestros desafíos es que todos comprendan que somos naturaleza: cuidamos el medio ambiente para que el ser humano pueda seguir viviendo”, asegura Caminata. En la playa, los voluntarios de esta organización invitan a otros a sumarse, les dan una breve charla y salen juntos a la acción. El objetivo no es solo que la gente deje de tirar residuos, sino también que se pregunte qué es esa basura, por qué está ahí y qué debería hacerse. Hace tres años se organizó un campeonato de pesca en Ostende, del que participaron 200 aficionados. Cuando terminó el torneo, Yo Amo mi Playa se ocupó de limpiar el área: los residuos recolectados llenaron la caja de una camioneta. Este verano volvió a hacerse y solo levantaron dos vasos de plástico. “Son pequeñas batallas ganadas que nos dan fuerza”, se entusiasma Gastón. Él se propone hacer de Pinamar una ciudad sustentable para que luego otras se acerquen a pedirles el know how. “Ya hablamos con gente de Cerro Bayo y de San Martín de los Andes para organizar Yo Amo mis Montañas y para que se realice la limpieza de los lagos. También estamos viendo cómo extenderlo a Yo Amo mi Río”, concluye Caminata.





















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