Parece no darse cuenta todavía. Entonces avanza. Y acelera sin darse vuelta. Como si hubiera sido un juego saltar a la tevé a los 11, o una broma cantar en escenarios del mundo a los 16, o un detalle comprar su propia casa a los 18, o una casualidad sacar un disco solista a los 22.
No se sienta a meditar en ese arco iris de realidades fantásticas que ya ocupó más de la mitad de su vida. Podría haberlo hecho, pero cuando lo intentó, le costó digerirlo: ya flotaba en el vértigo de la montaña rusa, apenas rompió el cascarón infantil…
LEÉ LA NOTA COMPLETA EN COSMO DE MAYO.
AQUÍ, EL VIDEO DE UNA PRODUCCIÓN A PURO RITMO.
Y las fotos de todo el back…





























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