Una presentación hecha en PowerPoint, musicalizada con la canción “Hollywood”, de Madonna, (cuya letra hace alusión a que todos quieren triunfar en esta fascinante ciudad), le bastó a Emma para convencer a sus papás de que la dejaran viajar a Los Ángeles, con el objetivo de ser actriz. Tenía apenas 15. Y mientras sus amigas debatían qué carrera universitaria seguir, ella reunió a su familia en el living de su casa, en Arizona, y les explicó con lujo de detalles por qué no iba a parar hasta cumplir su sueño de llegar a la pantalla grande. Tanta insistencia dio sus resultados: al poco tiempo armó las valijas y se mudó con su mamá a California en busca de audiciones. Lo que no estaba en sus planes ni detallado en el PowerPoint era que en el set de filmación también encontraría a su gran amor.

LA VARITA DEL ÉXITO… Y LA FLECHA DE CUPIDO
Los primeros trabajos de Emma fueron para la televisión, hasta que debutó en cine con la comedia Supercool (2007). También, actuó en Tierra de zombis, Historias cruzadas y Amigos con beneficios. Después de sus roles en comedias, asombró al público y a sus fans con el drama Criadas y señoras. Fue su carta de presentación en Hollywood para protagonizar la  remake del El sorprendente Hombre Araña, con el personaje principal de Gwen Stacy, el primer amor de Peter Parker (Spiderman), interpretado por Andrew Garfield (famoso por su trabajo en La red social). Lo más interesante de esta historia es que el superhéroe no solo atrapó a la bella Emma en sus redes de la ficción, sino que el romance traspasó la pantalla y ambos actores se pusieron de novios en el rodaje.

La chica de spiderman
Este mes, Emma regresa a las salas con la segunda parte de El sorprendente Hombre Araña, en la que vuelve a actuar con Andrew. El noviazgo está tan afianzado que, probablemente, esta vez le haya resultado más divertido meterse en la piel de Gwen Stacy. “Siempre comparo las relaciones con los guiones. A veces, buscás una cosa y, de repente, aparece otra… Y nunca sabés realmente lo que te va a convenir. Tenés que elegir lo que te haga sentir bien”, reveló la actriz. Dicen que en las escenas románticas, Emma y Andrew no se despegaban. ¡Auuu! “En el momento en el que hice la prueba de cámara con Emma, supe que era alguien especial. Es una chica divertida y con una mirada muy profunda. Trabajar con ella es genial”, confesó el actor.
Si bien son una de las parejas favoritas de Hollywood, ambos son ultrarecelosos de su vida íntima y es raro que emitan declaraciones sobre su relación. Tampoco se suben a la fiebre de Twitter para mandarse mensajes de amor, ni postean fotos en Instagram para mostrarle al mundo que se adoran. “Es raro verme todos los días en las revistas o en los portales de Internet comprando un café con Andrew en la calle. Son esas partes grises que tiene este trabajo, que no me divierten, pero que debo atravesarlas”, fue lo único que acotó Emma en los medios respecto a su romance.
Son jóvenes, ricos y exitosos, aunque no soportan a los paparazzi. Pese a eso, los fotógrafos los siguen a sol y a sombra. Así se supo que son fanáticos de la comida japonesa y que uno de sus mejores planes cuando no trabajan es ir a cenar sushi a los restós de Beverly Hills. También, los encontraron celebrando el Año Nuevo en las playas de Hawai donde, además de renovar su amor, se animaron a desafiar las olas y a tomar clases de surf.

NO ES SOLO UNA CARA BONITA
A pesar de querer mantener un perfil bajo a toda costa, Emma hace frente al acoso de las cámaras de manera original. Por ejemplo, cuando la descubren saliendo de la casa de su novio o de un restó, ella muestra carteles escritos a mano, donde recomienda ayudar a organizaciones sociales. Sabe que su imagen es popular, no solo por sus protagónicos en el cine, sino por las campañas que realiza para Revlon, marca de la que es embajadora.
“Recuerdo que mi mamá era fanática de los maquillajes de Revlon y yo ansiaba llegar a tener su edad para poder usarlos. Estoy contenta de estar asociada a una compañía que ayuda a las mujeres, como en el conocimiento del cáncer de mama. Para mí, nada es más importante que la belleza interna. Me identifico con las mujeres multifacéticas que se sienten magníficas con su propia manera de ser”, expresó la actriz, quien sufrió de cerca el tema del cáncer de mama, ya que su madre logró superar esa enfermedad. De hecho, Emma tiene un tatuaje en su muñeca como testimonio de aquel triunfo. “Fue diseñado por Paul McCartney (N. de la R.: a quien conoció gracias a Woody Harrelson durante el rodaje de Tierra de zombis). Es que la canción favorita de mi mamá es “Blackbird”, de los Beatles, y Paul dibujó las dos patitas de mirlo que me tatué en la cara interna de la muñeca, hace cuatro años”, cuenta.
Atención, chicas: aunque ella gana fortunas, sus secretos para verse atractiva parecen ser sencillos. En primer lugar, derriba el mito de que las rubias son las que más llaman la atención de los hombres. De hecho, ella es rubia natural, pero cuando no está filmando una película, se tiñe de colorado porque, según afirma, ese color la hace ver más simpática y sexy. Para mantener el pelo saludable por tanta tintura, suele ponerse aceite de coco antes del champú. Además, elige tratamientos caseros para tener una cara radiante. “Cuando quiero exfoliarme la piel, solo me froto un poco de bicarbonato en el rostro”, confesó. Tampoco está en el grupo de las celebrities que se internan en el gym para lograr un cuerpo divino. “Prefiero hacer yoga y meditación, porque me hacen sentir bien internamente”. Y jamás hizo dietas drásticas… Su guilty pleasure es la comida rápida.

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