Cuando el libro Cómo conseguir chicas llegó a la redacción de Cosmo, hubo diferentes reacciones: algunas se indignaron, otras coincidieron con el autor y más de una puso en duda las teorías polémicas de Joe Fernández (el autor del libro) sobre el universo femenino. Un ejemplo: él considera que todas las mujeres somos Susanitas (la amiga de Mafalda que tenía como única ambición casarse y tener hijos) en potencia.
Según Joe, el libro es un manual políticamente (muy) incorrecto, pero (tremendamente) útil para un varón soltero. Él lo considera una especie de guía solidaria con el género masculino: a partir de su experiencia, revela las claves para conquistar chicas (una o varias a la vez) según la edad y qué es lo que realmente deseamos las mujeres.
La pregunta que nos hicimos nosotras (y que seguramente te estarás haciendo vos) es: ¿con qué autoridad puede Joe generalizar sobre las mujeres y reducirnos a un cliché? Por eso, lo invitamos a pasar una tarde con el team de Cosmo y, después de una sesión de fotos muy divertida, nos calzamos los stilettos para “enjuiciarlo”.
El pirata Morgan se convierte en mi pobre angelito
“Siempre fui muy curioso de la mente femenina. Como tengo tres hermanas mujeres, me crié viendo de qué manera se relacionaban con los hombres y qué detalles las conmovían”, revela el músico y astrólogo. A los 37 años, Joe se define como un experto en seducción. “Empecé a levantarme minas a los 17 y después de 20 años siento que esa es mi especialidad. Me gusta tanto que disfruto más el camino que la meta”, dice.
Sus noviazgos con chicas famosas (como Magalí Moro, Flavia Palmiero o Rosario Ortega) lo convirtieron en un ídolo para su grupo de amigos. “Ellos querían que les revelara cómo me las había ganado. Les di algunos consejos y casi todos empezaron a ponerlos en práctica, aunque no estuvieran muy de acuerdo conmigo. Al ver que los resultados eran positivos, volvían con una sonrisa a contarme los detalles. Ellos me convencieron de que escribiera el libro”, asegura Joe.
Cosmo: ¿Realmente pensás que hay una fórmula universal para conquistar mujeres? ¿Para vos somos tan de manual?
Joe Fernández: Para nada. Sabemos que, en el terreno femenino, 2 + 2 nunca es 4. Creo que en la vida hay etapas y, a determinada edad, las chicas necesitan realizarse profesionalmente, casarse y tener hijos. Por eso digo que son todas una Susanita en potencia. El hombre, en cambio, es más básico, mucho más de manual que las mujeres. Le cuesta asumir el compromiso y tomar decisiones. Entonces, desde los 18 a los 45 vive como un eterno adolescente.
C: ¿Por qué creés que conocés tanto a las mujeres?
JF: Soy un fanático del universo femenino. Si me das a elegir entre ir a jugar a la pelota con los pibes o salir a cenar con una amiga, me quedo mil veces con la segunda opción. Aprendí a entender cómo piensan las mujeres conversando con ellas. Otra cosa que también me sirvió fue escuchar los fracasos que tenían en sus citas. Por ejemplo, cuando salían con hombres que no se ofrecían a pagar la cuenta.
Me di cuenta de que muchos tipos no tienen incorporados ciertos gestos de caballerosidad que para mí son básicos. Además, creo que el varón está un poco afeminado: en vez de preocuparse por seducir a una chica, está pendiente de cómo le queda la camisa o de que no se le corra el gel. Las mujeres tienen que aceptar que hoy el hombre es más histérico que ellas.
¿DE QUÉ HABLÁS, JOE?
El equipo de Cosmo seleccionó algunas de las afirmaciones más polémicas del libro Cómo conseguir chicas y le sacó tarjeta amarilla a Joe. Leé lo que él contestó.
“Las mujeres de 22 a 25 tienen ganas de enamorarse, de encontrar al hombre de su vida, de ser los dos jóvenes hermosos e inocentes de Antes del amanecer. Ilusión que, llegando a los 25, cambia: ella empieza a entender que la vida está más cerca de La guerra de los Roses que de Romeo y Julieta”.
JF: No hablo desde la teoría: es algo que me enseñó la experiencia. Las chicas, cuanto más cerca de los 22 años están, más enamoradizas son. Las mujeres de esa edad fantasean con vidas perfectas: la casa, el marido, los hijos y el perro. A medida que se van acercando a los 25, se dan cuenta de que la realidad no es tan sencilla y de que probablemente terminen enamorándose de un tipo de 40 que tiene un hijo de ocho años. En ese momento, se rompe la ilusión del amor perfecto. Mi novia actual (Camila Trasitano) tiene 24 años: entonces, para evitar esa especie de desencantamiento, la técnica que yo aplico (la recomiendo en el libro) es marcar las pautas básicas de la relación desde el principio. Premisa N° 1: cada cual debe tener sus espacios. La simbiosis no es buena. Por eso, cuando mi chica sale con las amigas, le digo: “Divertite y pasala bien”.
“El 90% de las mujeres de target 30-35 años querrá compromiso, convivencia, hijos y vacaciones juntos. Es decir, la muerte”.
JF: El hombre que quiere conquistar a una mujer de esa edad debe saber que, en algún momento, ella se planteó o se planteará el tema de convivir con una pareja o de tener un hijo. Al menos, se le cruzó por la cabeza. Y eso es algo que una chica de 22 quizá no vivió. Para el hombre es “la muerte”, porque, si fuera por él, viviría como un adolescente que va a veranear a la costa con 15 amigo . La mujer, en cambio, tienela necesidad de proyectar, de armar una historia. Por eso jamás salí con una chica de mi edad. Cuando yo tenía 28, estuve en pareja con una mujer que me llevaba diez años y que tenía dos hijos. Lo bueno era que ella ya había pasado por la experiencia de ser madre y que no quería vivir en pareja. Juntos la pasábamos bárbaro porque hacíamos lo que nos venía bien a los dos.
“Después de los 30, las mujeres tienen una especie de resentimiento inconsciente con el género masculino. Es casi imperceptible, es el sello de agua de los billetes”.
JF: Para mí es simple: si una mujer tiene más de 30 años y está soltera, eso significa que los noviazgos que tuvo hasta ese momento no funcionaron. No importa si la dejaron o si fue ella la que rompió: se supone que, desde que fue una adolescente hasta ese momento, tuvo relaciones en las que le mintieron, le fueron infiel o la cambiaron por un partido de fútbol, y eso seguramente le haya generado cierto resentimiento con los tipos. A mí me podrán acusar de lo que sea, pero si hay algo que me caracteriza es que, cuando me pongo de novio, no hago la “Gran Nicolás Cabré”: sostengo la relación durante años. Amo estar en pareja, entre los 18 y los 25 estuve de novio. Y cuando me vi ante el abismo de la casa en Pinamar, el perro labrador, los chicos y la 4 x 4, salí corriendo.
“La mujer solo quiere que el hombre la cuide, la mime, le diga lo linda que es y cuánto le gusta estar con ella. El resto, se negocia”.
JF: Para mí, la pareja es como un trabajo: si vos entrás a horario y cumplís con tus tareas, no te van a despedir porque un día llegás media hora más tarde. Ahora, si sos un desastre y, encima, todos los días llegás tarde, hay más chances de que te echen. En las relaciones pasa exactamente lo mismo. Mientras vos la hagas reír, le propongas salidas diferentes y le digas que la querés, ella no va a preferir estar al lado del clon de David Beckham ni tampoco se va a enojar si, cada tanto, llegás con los botines embarrados de la cancha. Levantarse una mina no es complejo, lo difícil es remarla junto a esa persona a diario.
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FOTOS: HERNÁN PEPE . MAQUILLÓ: KARINA COTS. PEINÓ: ROGER COLOMBO DE AMBIENT HAIR. AGRADECIMIENTOS: CONVERSE.




















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