Puerto Madryn supernatural

La ciudad es famosa por las ballenas, pero también invita al descanso, la aventura y el placer. Sumala a tus opciones este verano.

Por Majo Grillo. FOTOS: GENTILEZA DEL ENTE MIXTO TURÍSTICO DE PUERTO MADRYN. GUSTAVO SUÁREZ. ALEJANDRO AVAMPINI. MAXI JONAS. COSMO AGRADECE A CECILIA TORREJÓN Y A PAULA WACHS POR SU COLABORACIÓN ENESTA NOTA.

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¿POR QUÉ SE LLAMA MADRYN?

La localidad fue fundada por un contingente de galeses que arribaron a la zona en 1865 y que quisieron homenajear al barón Love Jones Parry, uno de los precursores de la migración galesa a nuestra Patagonia. Madryn era el castillo de Parry en su Gales natal.

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Puerto Madryn supernatural

El traje de neoprén, las patas de rana, el visor con el snorkel y la cámara sumergible enganchada en la muñeca. Con todo eso encima, me sentía un poco (bastante) torpe en la cubierta de la lancha, bajo el sol, pero el vientito sur que me pegaba en la cara me mantenía alerta y me regalaba un anticipo de la intensidad de lo que estaba por vivir. Al llegar a Punta Loma, salté al agua y caí como una profesional (bien por las indicaciones del guía), y una vez que me di cuenta de que, gracias al traje, flotaba y no tenía frío, lo único que necesité fue disfrutar de hacer snorkeling entre los lobos marinos, que jugaban a mi alrededor como chicos. Si te suena a que fue una aventura divertida, te quedás corta: fue fascinante. Y esa excursión es apenas una de las muchas actividades que podés hacer en Puerto Madryn en cualquier temporada del año. ¿Querés saber más? Te cuento todo.

Lo mejor, cerca
En Madryn se unen la meseta patagónica y el generoso mar Argentino. La ciudad se encuentra frente al golfo Nuevo, del lado sur de la península Valdés, en la provincia de Chubut, y la ubicación es privilegiada porque reúne características geográficas únicas: las aguas del golfo son más tranquilas que las del mar abierto, y por eso son las elegidas por los animales marinos para tener a sus crías (la península Valdés se convirtió en reserva natural en 1983 y a partir de 1999 es Patrimonio de la Humanidad reconocido por la Unesco, así que las especies están protegidas). En Madryn no necesitás visitar un parque temático para estar en contacto con los animales marinos ni subirte a un simulador para sentir el vértigo: las experiencias son 100% reales y naturales.
Los elefantes y los lobos marinos, las ballenas, las toninas overas, los delfines y las orcas (¿sabías que son delfines, no ballenas?) están en su hábitat natural. Además, los vientos permiten la práctica de deportes náuticos, y el terreno invita a la exploración y las travesías.
¿Un consejo? No importa cuál sea la opción que elijas para disfrutar del día al aire libre: siempre llevá el traje de baño, gorro, anteojos para el sol y calzado cómodo. Nunca sabés en qué playa vas a terminar, aunque hayas encarado rumbo a una travesía terrestre.

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Ponete en marcha
Hacia el norte podés acceder a la península Valdés. Ya que se trata de un área protegida, tenés que abonar el ingreso en el puesto de control El Desempeño y luego transitar por la franja de tierra (el istmo Ameghino) que une la península con el continente. Ese tramo a veces se angosta tanto que es posible contemplar el mar a la derecha y a la izquierda de los campos (golfos Nuevo y San José), y a medida que avances vas a cruzarte con maras (una especie de liebre patagónica rarísima), lechuzas, ovejas, guanacos y choiques (parecidos al ñandú).
Siguiendo por el camino asfaltado, se arriba a Puerto Pirámides, desde donde parten las excursiones en barco para ver de cerca las ballenas. Puerto Pirámides es un pueblo pequeño pero encantador. Hay lugares divinos para tomar algo o comprar cosas lindas. El local más bonito es El viento viene el viento se va: te vas a enamorar de su atmósfera colorida y bohemia.
Aprovechá el viaje a la península para ver, desde Punta Delgada (al sur) hasta la Punta Norte los elefantes marinos. Son criaturas imponentes y se llaman así porque los machos, al crecer, desarrollan una especie de trompa. En tierra cambian la piel y juntan energía para enfrentar el invierno en el mar.
Algunas de las playas favoritas de ellos son
las de Caleta Valdés y el área de Punta Bajos.
Si desde Madryn tomás la ruta en dirección sur, podés visitar el área protegida de Punta Tombo, la reserva continental de pingüinos de Magallanes más importante del mundo. Son unas 400.000 aves y podés verlas interactuar en comunidad, empollar sus huevos y cuidar a sus pichones, que nacen con un suave plumón gris. Se paga entrada y hay bar y sanitarios. En la península contás con una alternativa que combina la experiencia de los pingüinos con un riquísimo cordero patagónico al asador: es la estancia San Lorenzo, cerca de Punta Norte. También se paga entrada y el almuerzo es opcional. Vale la pena. (www.pinguinospuntanorte.com.ar).

Aguas benditas
Prepará tu bikini y el protector solar, porque Madryn tiene nueve balnearios accesibles y bien equipados, con espacio suficiente para todos y que te alquilan las sillas y las sombrillas (si es que no llevaste las tuyas). ¿Te preocupa la temperatura del agua? En verano es de 18º y no hay olas grandes, ya que se trata de un golfo de boca relativamente estrecha. Con las altas temperaturas ambientes del verano, que pueden superar los 35º, ¡por supuesto que vas a querer meterte al mar! Y no solo para librarte del calor o para tomar sol, sino para disfrutar de experiencias que son únicas en el mundo, como el snorkeling con lobos marinos, para lo que no es necesario saber nadar ni tener equipo propio.
Madryn es la capital argentina del buceo, así que no te pierdas esta actividad que es posible realizar durante todo el año. Si nunca buceaste, lo ideal es que hagas un bautismo submarino, luego de una instrucción elemental (es para mayores de 8 años, así que ¡vos podés!). Visitá los arrecifes de Punta Cuevas y de Parque Nuevo, Piedras Altas y Bajas, y el barco hundido Folias, y disfrutá de la vida submarina.
El viento que sopla en la costa de Madr yn (puede superar los 20 nudos) es ideal para hacer windsurf y kitesurf. El clima te garantiza salir a practicar todos los días, así que enseguida vas a notar tu progreso. Claro que no siempre tenés que depender del viento: una de las nuevas y más atractivas propuestas es hacer stand up pladdle, que consiste en impulsarte con remos parada sobre la tabla. Y, si es por remar, hay salidas en kayak de medio día o de jornada completa. El grado de intensidad o de complejidad lo definís vos, ya que podés combinar el kayak con otras actividades, porque el trekking, el mountainbike y las expediciones en camioneta o a pie son programas imperdibles en las afueras de la ciudad. En bici (tiene que ser una mountain bike, para poder aprovechar los desafíos del terreno) hay diferentes rutas recomendadas.

Navegando
Desde el muelle Luis Piedrabuena zarpa el Regina Australe, un catamarán que recorre las aguas del golfo Nuevo para que aprecies la belleza de la costa y la fauna. Podés almorzar a bordo, tomar sol en la cubierta y descansar en una de las reposeras. Averiguá también por los cruceros ecológicos que se contratan en las agencias del centro de Madryn.
Si, además de visitar la ciudad en el verano, volvés entre junio y diciembre, vas a estar tan cerca de las ballenas como nunca lo imaginaste. En esos meses, la ballena franca austral nada en el golfo Nuevo junto a su cría y es un placer verla salir a la superficie a respirar, observar sus saltos majestuosos o apreciar su silueta oscura y enorme debajo del agua, muy cerca de las embarcaciones que parten desde Puerto Pirámides. A veces, incluso, es posible verlas desde las playas frente a la ciudad o en El Doradillo, un área de 25 kilómetros de extensión entre Punta Arco y el cerro Prismático.
Para conocer más sobre estos mamíferos, es interesante visitar el Ecocentro de Madryn, que pertenece a una fundación privada y está dedicado al estudio y la interpretación de los ecosistemas marinos. Es didáctico y muy entretenido para público de todas las edades.

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Viaje en el tiempo
Nuestra Patagonia es rica en tesoros arqueológicos y paleontológicos. No vas a verlos vivos, pero los dinosaurios te esperan en el Museo Egidio Feruglio (o MEF, como lo llaman todos). No está en Madryn, sino en Trelew, pero no queda tan lejos y vale la pena conocerlo. Hay huesos y huevos de dinosaurios, y réplicas completas de enormes esqueletos encontrados en la región, además de otros objetos que te permiten reconstruir el trazado cronológico de las distinta eras. Está muy bien organizado y es moderno y didáctico.
¿Querés hacer un viaje a un pasado no tan lejano? Como la zona fue la elegida por los colonos galeses, en todos lados hay huellas de su cultura. Agendate una tarde en una casa de té de Gainman (cerca de Trelew) para probar los scones y las tortas típicas. Una de las más grandes es Ty Gwyn, que también vende delicias y souvenirs típicos.

Y mucho más
La ciudad tiene una oferta hotelera variada en calidad y precio. Si buscás un hotel bueno y bien ubicado, la mejor opción es el Península Valdés: está frente al mar y a solo 100 metros del muelle Piedrabuena. El restaurante es excelente y, además, tiene un spa. El Rayentray es un cinco estrellas enorme, y un favorito para grandes eventos. Otro top es el Territorio, un hotel boutique de solo 36 habitaciones y excelente vista y decoración. Agendate estos otros nombres: Yene Hue, Tolosa, Pirén y Gran Madryn, y el Resort Spa Samay Huasi.
Si vas por una semana o más, o viajás en grupo, contemplá la posibilidad de alquilar un depto o una cabaña. La oferta de propiedades para alquiler temporario es amplia. También hay dos campings, el del A.C.A. y el S.E.C., con buenas instalaciones. Para una experiencia patagónica completa, podés alojarte en una estancia (como La Elvira, Rincón Chico o San Guillermo) y hacer trekking, bicicleta o cabalgatas desde ahí, y aprovechar para tener encuentros cercanos con la fauna autóctona.
Un restó recomendado en la ciudad: El Almendro (pedite los crepes con camarones). Otro para comer en la playa: Bistró de Mar (la picada es premium). Y un bar para ir a divertirte por la noche: Margarita.
Madryn es el destino de los chubutenses para hacer sus compras, así que hay de todo. En verano, se arma una feria artesanal en la plaza principal. Sí o sí llevate una torta galesa (que puede durarte hasta un año en tu alacena y es deliciosa), conservas de frutos de mar, sal marina, tés de hierbas y frutos patagónicos, y las deliciosas colitas de ballena, que son bombones de chocolate rellenos de dulce de leche con forma de cola de ballena franca austral, un símbolo local. Claro que el mejor souvenir que vas a llevarte de Madryn es lo que hayas disfrutado con tus cinco sentidos durante unas vacaciones que, te lo aseguro, van a ser inolvidables.

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