Según datos oficiales de la Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del Es t ado (CEAMSE), en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires cada persona genera dos kilos de basura por día. Quizá no estés al tanto, pero más del 70% de lo que desechás puede reciclarse o reutilizarse. Según un estudio de la consultora TNS Argentina, dos de cada diez argentinos tienen el hábito de clasificar la basura y organizarla en bolsas separadas. Pero, de acuerdo a los datos de la cooperativa Creando Conciencia, el 30% de los residuos hogareños están mal separados. No caigas en ese error: aprendé el paso a paso del reciclado.
Primero, lo primero
Tan importante como reciclar es reducir la cantidad de residuos que generás. Una regla de oro: tomá conciencia de lo que comprás. Por ejemplo, muchos comercios ofrecen frutas o verduras en una bandeja envuelta en papel film, pero es preferible optar por las que se venden sueltas. “La clave está en elegir productos con poco packaging, sustituir el plástico por el vidrio y llevar tu propio chango o bolsa de tela”, explica Consuelo Bilbao, coordinadora de la unidad política de Greenpeace (greenpeace.org.ar).
Los residuos se clasifican en orgánicos e inorgánicos. Los primeros tienen la característica de poder desintegrarse naturalmente, como las cáscaras de fruta, de verdura y de huevo; los huesos de pollo y los restos de comida, de café o de yerba. Los inorgánicos (el papel, el cartón, el plástico, las botellas de politereftalato de etileno o PET, el aluminio, el vidrio y la madera), en cambio, deben reciclarse. “A partir de ellos se puede volver a generar materia prima para crear nuevos productos. De esta manera, no solo se disminuye el impacto ambiental, sino que también se ahorran recursos naturales. Al reciclar papel, por ejemplo, se utiliza solo el 10% del agua y el 50% de energía eléctrica que se necesita para fabricarlo. Además, se reduce un 75% la contaminación del aire que produce ese proceso de elaboración”, revela Verena Boehme, directora de la Fundación Manos Verdes (manos-verdes.org).
Qué y cómo
Acostumbrate a clasificar los residuos en tu casa, antes de depositarlos en los contenedores negros (para la basura) y verdes (para lo reciclable) que hay en las calles. “Los desechos inorgánicos suelen ser los más voluminosos. En vez de tirarlos, lavalos, dejá que se sequen y guardalos en una bolsa aparte. Así, además de disminuir considerablemente la cantidad de basura que sacás por día, colaborás con la higiene del espacio público”, explica Consuelo Bilbao.
Quizá creas que separar los residuos hogareños no tiene sentido, porque en el camión recolector vuelven a juntarse. “Ese es uno de los preconceptos más frecuentes. Si hacés correctamente la división en tu casa, es posible realizar una recolección diferenciada”, asegura Boehme. Te conviene colocar en bolsas verdes las botellas, los recipientes de plástico, de vidrio, los tetrabricks, los cartones, los papeles y las latas de aluminio. “Es fundamental que todo esté bien enjuagado y seco, porque si el papel o el cartón se humedecen, se desarman y no pueden recuperarse”, advierte Bilbao. En las bolsas negras incluí los otros residuos (algodones, toallas íntimas, pañales, restos de comida, bolsas de plástico o de celofán, sachets y envoltorios de galletitas, de papas fritas o de alfajores). “El material reciclable puede ser entregado a un recuperador urbano del barrio o ser depositado en los contenedores verdes. La basura debe ser dispuesta en bolsas negras y colocada en los contenedores de ese color”, afirma Diego Santilli, ministro de Ambiente y Espacio Público de la ciudad de Buenos Aires. Como verás, separar los residuos no implica un gran trabajo, lo difícil es cambiar el hábito de desecharlos indiscriminadamente.
Reutilizá la basura
Si tenés un jardín o un balcón amplio, podés aprovechar los residuos orgánicos para hacer compost o abono. Lo único que necesitás es una compostera (también podés usar un tacho de pintura de 20 litros). “A medida que tirás los residuos adentro, cubrilos con alguna capa de tierra, de hojas secas o de papel de diario para no generar olor. Hacé algunos orificios en la tapa. Al cabo de tres o cuatro meses, esos restos de comida se transforman en un fertilizante muy nutritivo para tus plantas”, explica Bilbao.
* Otros residuos que pueden ser reutilizados:
Envases de plástico. Tardan de 150 a 400 años en degradarse. Pueden ser fundidos y transformados en caños, macetas y baldes.
Bolsas y envoltorios plásticos. Fabricar una bolsa toma un segundo, pero su descomposición puede demorar hasta 400 años. Sirven para crear nuevas bolsas y caños.
Envases de aluminio (latas de reciclado, gaseosa o de cerveza). Con el reciclado de 670 latas de aluminio es posible fabricar una bicicleta.
Telgopor (vasos descartables, recipientes de helados y soportes de embalaje). Este material está fabricado a partir del petróleo y tiene mucho aire en sus celdas, lo cual hace que flote en el agua y obstruya los desagües. Puede utilizarse como aislante en la construcción de viviendas.
¡Atención! En MÁS INFO enterate cómo reciclar las pilas y el daño que le hacen al medio ambiente.





















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