En el fondo, se cree Messi
¿Él juega al fútbol? Tenés ahí a un hombre que hace deporte por decantación, porque es “lo que juegan todos”. Es probable que vaya más interesado en la cena pospartido que en otra cosa. Al regreso, agarrate con todos los dolores que va a traer, porque él solo agita las piernas una vez por semana. No descartes que no pueda agacharse y que hasta te pida que le ates los cordones.
Run Forrest
Imaginate si un día te dice que quiere hacer running, una disciplina bastante adictiva. Quizá empieza corriendo siete minutos hasta tirarse al pasto con un ataque de asma, y termina anotándose en una megamaratón en la Patagonia. Ventaja: va a estar flaquiiito. Contra: las carreras suelen ser los domingos a las nueve de la matina… Adiviná quién va a tener que acompañarlo.
Match point
Compartir tu vida con un aficionado al tenis tampoco te asegura bienestar. El jugador de tenis es muy individualista: que no te extrañe si le presta más atención al encordado de su raqueta que a tu fecha de cumpleaños. Y si una pelota se le queda en la red, puede insultar a todo el gabinete nacional. Como remate, puede suceder lo peor: que te llene toda la casa de polvo de ladrillo.
Adicto a la bici
Tal vez puedas convencerlo de dedicarse a una actividad más tranquila –por no decir monocorde– como el ciclismo. Seguramente, su carácter se aplacará con el andar de las dos ruedas. El peligro es que se vuelva un aburrido o que, gracias a las bicisendas, quiera ir a todos lados con ese vehículo, incluso al casamiento de tu mejor amiga.
Peloteo fuera de moda
Si insiste en jugar al pádel, estás en presencia de un hombre del siglo pasado. Elegiste a un sujeto demodé, lamento decirte. Mejor, que se suba a su cupé Fuego y que viaje de regreso a la época del secundario de los chicos de Graduados.
Polos opuestos
Ponele que se anota en Pilates: se trata del típico vago que pretende que otro haga gimnasia por él. Ojo, también le puede gustar estar cerca de las cincuentonas. Distinto es si se zambulle en el boxeo… Quizá quiera descargar tensiones, hacer que le pega al jefe o emular a Maravilla Martínez. El boxing es muy completo y va a darle un lindo físico… aunque su cara quede irreconocible.
Artes marciales
En este caso, lo más probable es ue tu chico se la pase en kimono por toda la casa, lanzando patadas a los veladores. Vos lo querés matar, pero él te responde con frases sacadas de la vieja serie Kung Fu. Ah, pequeño saltamontes, probá ahorcarlo con el cinturón amarillo (obviamente, ni siquiera llegó al negro).
Conclusión: Si te hartás de tu homo-sportivus, tenés un remedio casero: una potente picadita, unos mimos y un partido de fútbol por tevé. Así vas a cortarle las piernas…. Eeeh, mejor dicho, así vas a cortarle cualquier ímpetu olímpico.























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