MAMOGRAFÍA. La detección de tumores de forma precoz se realiza esencialmente a través de imágenes, por medio de la mamografía. Esto no solo aumenta tus posibilidades de curación, sino que también te asegura mejores resultados estéticos. Si tenés antecedentes familiares, debés comenzar a hacértela cerca de los 30 años.
CONSULTA CON UN MASTÓ LOGO. El profesional mastólogo es el especialista indicado para tratar este tipo de dolencias en las mamas. Reservá tu turno anual, aun si tus últimos exámenes clínicos fueron normales y no tenés antecedentes familiares de cáncer de mama.
AUTOEXAMEN FRECUENTE. Es útil como control individual de rutina durante el período que transcurre entre una visita al mastólogo y la siguiente. Por eso, es importante que conozcas tus mamas y que estés atenta a la aparición de nódulos, derrames de sangre a través del pezón, retracción de la piel o cualquier otro signo fuera de lo común.




















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