Llega el fin de semana y tu chico te propone que lo acompañes a la cancha o al autódromo. No lo pensás demasiado y aceptás el plan: suponés que el noviazgo implica compartir los intereses del otro, aunque te aburras como una ostra. Ojo: un estudio publicado en el Journal of Marriage and Family (Periódico del matrimonio y la familia) reveló que esa conducta atenta contra tu felicidad. La investigación también destacó que, cuando alguien te pide algo que no te entusiasma hacer, lo más conveniente es negarte. Te contamos los motivos y te enseñamos a decir “no” sin que eso genere un conflicto.

EL RIESGO OCULTO
¿Por qué hacés algo que no te da placer? “Muchas mujeres creen que, por aceptar los planes que propone su hombre, van a ganarse la aprobación de él. Entonces, soportan cosas que no les gustan y, tarde o temprano, eso les genera frustración”, explica la psicóloga Rosina Duarte, del Centro Clinicar.
Si llenás tu agenda con salidas que solo le divierten a tu chico, “quizá les dediques tanto tiempo y energía a esas actividades, que termines por descuidar tus propios gustos”, advierte la psicóloga Romina Centrone, del Hogar Sociabilizador para Especiales en Recuperación (hser.com.ar).
Tené en cuenta que, cuando lo que hacés no te copa, es muy difícil disimularlo. O sea: ya no vas a ser esa chica entusiasta y divertida de la que tu novio se enamoró. Además, al hacer algo solo por obligación, “podés empezar a sentir resentimiento hacia él, y eso puede generar peleas o enojos”, advierte Duarte.

LA MEJOR ESTRATEGIA
Si vos y tu novio están constantemente compartiendo las mismas actividades, no solo van a dejar de tener nuevos temas de conversación: probablemente, con el tiempo esas salidas se transformen en una rutina. “Es saludable y necesario que cada uno tenga sus propios espacios de entretenimiento. De esta manera, van a poder extrañarse, sentir deseo por el otro y convertir las salidas de pareja en un plan especial”, asegura Centrone.
¿Tenés miedo de lastimar los sentimientos de tu chico si empezás a decirle “no”? “Declinar una invitación no tiene por qué ser algo incómodo; sobre todo, si lo hacés de manera cariñosa”, dice Centrone.
Tratá de ser astuta: negociá. “Si el plan no te entusiasma, lo mejor es que seas sincera y se lo plantees de entrada. Él debería ser capaz de entenderte. Explicale que vos no te morís de ganas de hacer eso y sugerile que vaya con otra persona. También pueden buscar juntos alguna alternativa que les guste a los dos. No dejes pasar más tiempo, porque cada vez te resultará más difícil revertir la situación”, concluye Duarte.