Como en verano solo pretendemos permanecer inertes en una reposera sin ser molestados, acá  te informo cuáles son las frases más irritantes que podés decirnos (las otras 60, en próximas ediciones).

“Volvamos que quiero hacer pis”
Este anuncio se aplica especialmente cuando acabamos de iniciar el viaje e hicimos unas diez cuadras. En estos casos, vos tenés la capacidad de retención de un bebé de cinco meses y nos rogás que volvamos a casa o que busquemos una estación de servicio para ir al baño. Es arrancar las vacaciones con la pierna izquierda.

“Hoy viene mamá a tomar el té”
Sí, este anuncio es funesto durante todo el año, pero se potencia en el verano. La visita de la Bruja Mayor implica que uno tenga que poner el aire acondicionado en cinco grados bajo cero, luego de su comentario sobre el calor insoportable que hace en el país y, especialmente, en nuestra vivienda. Encima, a pesar de la temperatura ártica nada le impide resoplar, sentada en nuestro exclusivo sofá, como si fuera un búfalo de Texas.

“Vestite bien que tenemos una fiesta”
Nos habíamos hecho a la idea de andar todo el verano en musculosa y ojotas, pero avisás que tenemos que acompañarte a un evento ineludible. Esto implica ponernos un traje, con el calor que hace, y salir a transpirar con rumbo desconocido a un lugar lleno de sujetos con los que no tenemos ni ganas de comentar la campaña de nuestro equipo de fútbol. Para colmo, debemos soportar que vigiles qué nos ponemos para tan magno encuentro.

“Te acompaño”
Si tu novio te dice que quiere ir a caminar un rato por la playa, lo más probable es que desee hacerlo solo (y, de paso, mirar algunas colas). El método “te escolto a todos lados” es asfixiante y únicamente sirve para marcar a Messi. Dale libertad condicional.

“¡Aflojá con los postres!”
Arrojás ese comentario malicioso al tiempo que nos pellizcás la panza a la vista de seis personas. Lo peor es que si osamos devolverte el “elogio”, nos hacés una escena, te encerrás en el baño a llorar sobre el bidet y tenemos que pedirte disculpas detrás de la puerta, diciendo que estás más flaca que la sueca de Tinelli.

“Te dije: no era por acá”
Frase lanzada por el 75% de las mujeres que hacen de copiloto y que les rompen soberanamente los neumáticos al 98% de los hombres que manejan. Puede suceder: al buscar el hotel, nos perdemos y aparecemos en una inhóspita calle de tierra cruzada por vacas y gallinas, pero no significa que tengas que arrojarnos ese comentario. Nosotros jamás vamos a admitir que nos perdimos, así como vos nunca vas a reconocer que tenés cuatro kilos de más.

Colofón pacífico: Ya tenés la guía principal de frases desafortunadas. Está en vos evitarlas y ahorrarte nuestra cara de traste. Eso sí: seguramente, en más de una ocasión te vamos a reclamar: “¿Y por qué no me lo dijiste?”.