Lo que empieza en la playa no tiene que terminar el último día de tus vacaciones. Conocé los secretos para que tu aventura se convierta en un noviazgo.
En las vacaciones todo resulta sexy y divertido. No es raro que te derritas por tipos a los que durante el resto del año no mirarías ni dos veces. Y como los varones están en la misma que vos, los romances surgen con la naturalidad con la que pedís un daiquiri de frutilla… y suelen durar apenas un poco más que un trago. ¿Te gustaría que esta nueva relación no fuera tan efímera? Te enseñamos todo lo que debés saber para que el invierno los encuentre a vos y a él unidos y enamorados.
Coordenadas reales
Cuando un bombonazo se te acerca en la playa, te sonríe y te encara, lo único que pensás es “Solo se vive una vez, ¿no?”. Sin demasiados cuestionamientos, empezás a salir con él. “Es necesario que tengas en claro si sos capaz de vivir una aventura pasajera o si en realidad anhelás una relación a largo plazo. Saber qué buscás en un vínculo te ayudará a no salir dañada”,  recomienda la psicólogaAdriana Martínez, de la Fundación Buenos Aires (fundacionbsas.org.ar).
Si lo que te interesa es pasar un buen rato, sé honesta: decile a él que buscás algo casual, sin compromiso alguno. De ese modo, ambos sabrán en qué lugar están parados.
¿No sabés si ese romance de verano tiene potencial para algo más? Tené presente las diferencias de estilos de vida (por ejemplo: vos sos naturista y él, carnívoro), los valores que sostiene cada uno y las expectativas respecto de la relación.
Qué pasa cuando vos, o él pretenden algo más
Es posible que uno de los dos termine enganchándose más que el otro. “Si eso sucede, siempre  conviene hablar para no generar ilusiones vanas. Esa es la mejor manera de prevenir situaciones embarazosas”, asegura la psicóloga Laura Ottone, de la Fundación Foro (fundacionforo. com).
Si sos vos: ¿Tenés ganas de pasar más que una sola noche con el chico que acabás de conocer? Hacele alguna pregunta casual para testear si hay agua antes de tirarte a esa pileta. Intentá con algo como: “Me contaron que en el restaurante mexicano del centro se comen los mejores tacos de la costa. Podríamos ir juntos y comprobar si es cierto, ¿no?”. Su reacción va a mostrarte si tiene intención de verte otra vez. No te bajonees si te da una respuesta evasiva. En ese caso, ¡next!
Si es él: Cuando un chico nuevo te da a entender que querría tener una historia más seria con vos, tenés que ser sincera. Explicale que fue genial conocerlo, pero que por el momento no buscás algo comprometido. Dejá en claro que lo considerás un tipo muy copado y que tu decisión no tiene que ver con él sino con una cuestión personal. Incluso, podés quedar para tomar algo juntos cuando vuelvan de las vacaciones. Eso sí, asegurate de que sea una salida en grupo, para que él no crea que se trata de una nueva cita.
Amor clase turista
Puede pasar: cuando llega el final de las vacaciones los dos descubren que lo que sienten es tan fuerte que no tiene fecha de vencimiento inmediata. ¡Genial! Salvo por un pequeño detalle: él vive en otra provincia (o, peor, en otro país). ¿Un romance de verano puede “crecer” en esas condiciones? Si bien la tecnología nos permite estar on-line todo el tiempo, la distancia es un gran obstáculo para la intimidad. “La relación de pareja se genera a partir de la cotidianidad”, advierte Martínez.
Por eso, antes de involucrarte en un romance de estas características, es necesario que tengas en claro lo que te espera: van a tener que bancarse la ausencia del otro en momentos clave. También deben estar dispuestos a viajar seguido. Evaluá si esa dinámica es adecuada para ustedes.
Cuando el gato no está…
Te fuiste una semana de vacaciones con amigas a Brasil y tu novio se quedó en Buenos Aires. La combinación de caipirinhas y la sensualidad carioca tuvo efectos impensados: por primera vez en tu vida, fuiste infiel. Estas “canitas al aire” son injustificables, salvo que tengas una relación abierta.
Si engañaste a tu hombre, tenés que hacerte cargo. Ojo: eso no quiere decir que la única opción sea sentarlo en un bar y confesarle lo que hiciste. “Esa decisión depende de cuán empática y celosa sea la pareja”, advierte Ottone.
Lo fundamental es que reflexiones acerca de lo que te motivó a tener ese encuentro ocasional y cuál es el grado de compromiso con tu chico. Pensá si esa infidelidad es el punto final del noviazgo o es una circunstancia personal que no afecta la relación. Después, analizá si tiene sentido que se lo cuentes a él. Imaginate cómo te sentirías si te enteraras de que te engañó en una salida de fin de semana con sus amigos: ¿estarías dispuesta a perdonarlo? Tené en cuenta que cualquier traición lastima la relación.
Si decidís sincerarte, sé muy cuidadosa en la forma en que le hablás. ¿Tu intención es que tu novio te perdone? Entonces, vas a tener que demostrarle que sos confiable.













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