Nos encontramos con Gonzalo a pocas cuadras del teatro Picadilly donde, luego de la entrevista con Cosmo, se subirá a las tablas para actuar en El don de la palabra. La cita es a las 16:30, pero él nos está esperando en el bar del hotel Broadway desde hace media hora. “Tengo el mal hábito de llegar temprano a todos lados”, se justifica, como si la virtud de su  puntualidad (inusual en el medio) fuera un defecto. Arrancamos hablando de su presente laboral, que es abrumador: además de estar en el teatro de miércoles a domingo, se prepara para regresar a la tevé con Farsantes (Canal 13), un unitario en el que interpretará a un abogado inescrupuloso, para el que planea un cambio de look. Como si fuera poco, en mayo   estrena la película Omisión, un policial negro que seguramente dará qué hablar. Inquieto y camaleónico, cuando se trata de su trabajo, el galán que robó el corazón de Brenda Gandini hace más de dos años, asegura que le fascina experimentar y buscar nuevos desafíos. “Preparar mis personajes es la parte que más me gusta de mi profesión. De hecho, para la última película que filmé tuve que aumentar unos cuantos kilos y dejarme la barba”, revela.
Cuando se acerca la camarera, él aprovecha para pedir un Campari con soda y para quitarle el sonido a su celular: clara señal de que quiere conversar relajado y sin interrupciones. “¿Estoy ahondando mucho en las respuestas?”, pregunta. Y es que para hablar de su faceta profesional, Gonzalo no escatima en palabras. Distinto es cuando se trata de charlar sobre Brenda, su pareja: “Acá voy a ser más monosilábico”, advierte en tono de chiste. No es que le moleste hablar de la actriz, con quien tuvo al pequeño Eloy (de un año y medio), pero hay ciertos detalles que prefiere guardar en la privacidad. Aun así, cuenta qué lo enamoró de ella y cuál es la clave para que la relación funcione.
P. Tenés 30 años y hace más de diez que te dedicás a la actuación. ¿Te gusta mirarte en la tele?
No. Igual lo hago en algunos casos para ver el resultado final, porque si bien puedo ensayar una escena y grabarla, después pasa por un proceso de edición y de musicalización que termina de completarla. Entonces, busco observarme para ver cómo quedó, pero no es algo que disfruto. Me resulta raro.
P. ¿Qué importancia le das al cuidado de tu imagen?
Mucha. Pero no a la imagen relacionada con la belleza, sino con el aspecto del personaje que me toca interpretar. Por ejemplo, para rodar la película Omisión, donde hago de sacerdote, engordé doce kilos. Me pareció que estaba bueno para mostrar el paso del tiempo en la historia. Me gusta mutar y cambiar de estilo, aunque eso implique tener que lidiar con ciertas cuestiones del personaje en mi vida cotidiana. De todas formas, una vez que concluye mi papel, trato de despegarme de él lo más rápido posible.
P. Cuando te tildan de galán, aceptás los elogios pero no te hacés cargo del rótulo. ¿Por qué?
No es que no me hago cargo, simplemente me parece que te adjudican el papel de sex symbol que, si bien está buenísimo, es fugaz. Una vez que pasás de moda, otro ocupa tu lugar. No es que no me sienta un galán o que le escape a ese rol, solo que no me gusta que me rotulen.
P. ¿Qué te sedujo de Brenda?
Nos conocimos en 2007, cuando hicimos la obra La jaula de las locas. Después de tres años, volvimos a coincidir como compañeros de elenco en Malparida y ahí empezamos a salir. Brenda me enamoró porque es supersimple, además de ser una mujer muy bella. Rubia o morocha, no podría decir qué look le queda mejor: es linda de las dos formas.
P. ¿Cuál es la fórmula para que la relación dure?
Creo que la pareja es una elección que se renueva todos los días, y eso es un trabajo que se hace de a dos. Para estar bien hay que innovar constantemente. También es fundamental quitarle dramatismo a las cosas. Esas podrían llegar a ser las claves.
P. Sos papá de Eloy, ¿te gustaría tener otro hijo?
Todavía no, pero más adelante, seguro. Por ahora me conformo con disfrutar de mi hijo todos los días y de inculcarle mi fanatismo por el fútbol (risas). El año pasado lo llevé por primera vez a la cancha… Me encantaría que sea hincha de Vélez, como yo.
PRODUCCIÓN: EMILIANO MILESCI. ESTILISMO: JONATHAN ROSALES. MAQUILLÓ: PAM FUNES. VESTUARIO: BENSIMON, FIUME, ONA SAEZ, CHYPRE, CONVERSE, GABRIELA CAPUCCI, INFINIT, SWATCH, TOMMY HILFIGUER, HUSH PUPPIES Y AY NOT DEAD. AGRADECIMIENTO: HOTEL BRODWAY SUITES.


					





















Comentarios