COMPROMETETE CON LAS TAREAS: Tener buena disposición a aceptar órdenes y adaptarte a las circunstancias es tan importante como tu capacidad.
PENSÁ COMO SI FUERAS JEFA: Averiguá de qué forma se pueden optimizar los procedimientos de la compañía, y cómo ahorrar tiempo y dinero.
ASUMÍ MÁS RESPONSABILIDADES: Es básico que tu jefe sepa que cuenta con tu apoyo.
PROPONÉ SOLUCIONES: Al tener buenas ideas para mejorar situaciones, evaluá pros y contras al implementarlas, y considerá no solo tu área, sino el beneficio general de la empresa.
BUSCÁ UN PUESTO ALTERNATIVO: Si dudás sobre tu estabilidad, evaluá cuáles son las otras áreas que necesitan personal. Producción, Ventas y Atención al cliente son las últimas en ser recortadas. Además, tenés que estar abierta a aceptar algunos cambios, como el de tu horario, el de tus responsabilidades… o que congelen tu sueldo.
MANTENÉ BUENAS RELACIONES CON TUS COMPAÑEROS: No te enganches en discusiones. Necesitás la energía para otra cosa.























Comentarios