Cruzá el charco

Por su cercanía con nuestro país, sus atractivos culturales, sus espacios verdes y su movida gastronómica, Montevideo es un destino imperdible.

Por Jaime Clara. FOTOS: ENRIQUE PÉREZ, GENTILEZA DEL MINISTERIO DE TURISMO Y DEPORTE DE URUGUAY. EFE.

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Cruzá el charco

¿Tenés ganas de hacer una escapada fuera del país a un destino cercano? Montevideo, capital de Uruguay, es un lugar ideal, porque se encuentra a pocos kilómetros de la Argentina. Además, ofrece un amplio abanico de actividades: recorridos culturales, bellos paisajes, espacios verdes para disfrutar de un delicioso picnic y diversión nocturna. Descubrí en esta nota todos los atractivos de la ciudad.

En auto, en barco o en avión
Antes de partir, tené en cuenta que podés llegar a Montevideo por diferentes vías. Si elegís el avión, vas a aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Carrasco, uno de los más modernos de América Latina, que fue inaugurado en 2009 y diseñado por el prestigioso arquitecto uruguayo, Rafael Viñoly. Está a 20 kilómetros de la Plaza de Cagancha, en el centro de la ciudad, donde se encuentra el kilómetro cero. Un taxi hasta allí te sale USD 50 aproximadamente, pero también tenés alternativas más baratas, como ómnibus (USD 2) y remises (alrededor de USD 30).
Por otro lado, podés viajar por vía acuática, ya que el Río de la Plata baña la costa montevideana. Al puerto llegan barcos de todo el mundo. Desde la Argentina, tenés la posibilidad de desembarcar directamente en la capital o de ingresar por Colonia, bellísima ciudad ubicada a casi 180 kilómetros de Montevideo.
Si vas en auto, tenés que cruzar el puente internacional San Martín (para llegar a Paysandú) o el José Artigas (que une Gualeguaychú con Fray Bentos).
Por último, en el caso de elegir el ómnibus, recordá que vas a arribar en la céntrica terminal de Tres Cruces, que se encuentra frente a la Plaza de la Bandera.

Paseos por la playa y por la rambla
Uno de los puntos más bellos de la capital de Uruguay es la rambla. Se trata de una avenida que bordea las playas del Río de la Plata. Tiene una extensión aproximada de 20 kilómetros y une el puer to con el coqueto barrio de Carrasco. Ya sea con amigas o con tu chico, allí podés pasear, caminar y hacer deportes. Además, en varios tramos hay ciclovías, pistas de patinaje y de skate. Después de un día de paseo, disfrutá de las imperdibles puestas de sol en la playa Ramírez o en el Puerto del Buceo. En las inmediaciones de la rambla hay paradores y  restaurantes para tomar algo, además de un parque de diversiones y un club de golf.
La mayoría de las playas que bordean la ribera son ideales para darse un chapuzón o hacer actvidades acuáticas. Entre los balnearios más populares están Ramírez, Pocitos, Malvín, Honda, Verde, Punta Gorda, Carrasco y Miramar.
Definitivamente, la Rambla y sus playas son el primer stop obligatorio de Montevideo.

Compras y ferias
Para recuperar las energías, hacé un stop en el bar Fun Fun, escuchá música en vivo y disfrutá de una emblemática Uvita (USD 2). Se trata de una bebida alcohólica, a medio camino entre el vino y el vermouth, que puede deleitarse en dos sabores, amarga o dulce. Sin dudas, Fun Fun es el bar referente de la bohemia montevideana. Allí se encuentra uno de los pocos mostradores de estaño, donde se acodó Carlos Gardel.
Seguí recorriendo la Ciudad Vieja y caminá por la peatonal Sarandí para disfrutar de un entorno lleno de historia y de lugares representativos. Además de encontrar vendedores ambulantes y puestos callejeros en los que venden souvenirs y artesanías, hay una zona gastronómica muy atractiva, donde podés comer el típico chivito uruguayo (USD 15).
En el casco antiguo de Montevideo, se ubican dos plazas particularmente bellas que no debés pasar por alto: Matriz y Zabala. En la primera, varios días a la semana se desarrolla una pintoresca feria de antigüedades. La segunda, en cambio, se caracteriza por ser la única plaza pública que tiene un cerco, al mejor estilo europeo. Sentarse allí para hacer una pausa, en una tarde de primavera, es una experiencia reconfortante.

Verde que te quiero verde
Además de la rambla, Montevideo cuenta con espacios verdes excepcionales.
El Parque Batlle y Ordóñez –o Parque de los Aliados– se encuentra detrás del Obelisco y es uno de más grandes de la ciudad, ya que supera las 70 hectáreas. En su interior se ubican el monumento La Carreta, el Velódromo Municipal, la pista de atletismo y el emblemático Estadio Carrasco. Ya sea con amigas o con tu chico, allí podés pasear, caminar y hacer deportes. Además, en varios tramos hay ciclovías, pistas de patinaje y de skate. Después de un día de paseo, disfrutá de las imperdibles puestas de sol en la playa Ramírez o en el Puerto del Buceo.
En las inmediaciones de la rambla hay paradores y restaurantes para tomar algo, además de un parque de diversiones y un club de golf.
La mayoría de las playas que bordean la ribera son ideales para darse un chapuzón o hacer actvidades acuáticas. Entre los balnearios más populares están Ramírez, Pocitos, Malvín, Honda, Verde, Punta Gorda, Carrasco y Miramar.
Definitivamente, la Rambla y sus playas son el primer stop obligatorio de Montevideo.

Momento de hacer compras
Otro elemento distintivo de la ciudad son las ferias. La más grande y popular es la de Tristán Narvaja, llamada así por la calle en la que se ubica. La oferta de productos es amplia, curiosa y original. Al l í podés comprar desde frutas, verduras, pastas, carnes, fiambres, libros, discos ant igüedades, adornos y juegos, hasta mascotas. Todos los domingos, a partir de las nueve de la mañana y hasta las cuatro de la tarde, se convierte en la más concurrida de Montevideo. ¡Una fiesta!
Otras ferias típicas son las de Villa Biarritz, La Teja, Parque Rodó, Piedras Blancas y Belvedere.
Por otro lado, los shoppings más importantes son cuatro: Montevideo, Punta Carretas, Tres Cruces y Portones. En ellos, además de tiendas de ropa, se concentra la mayoría de los cines.

Final de recorrido
Antes de irte de Montevideo, no dejés de ir al lugar de comidas más famoso de la ciudad: el Mercado del Puerto. Ubicado frente al edificio de la Aduana, tiene más de 130 años de historia. Allí, podés deleitarte con la gastronomía internacional más sofisticada, pero también, con imponentes parrillas. Pedí un “brasero”, que trae una variedad de carnes y achuras que van perfecto con una rica ensalada. Acompañá con un buen vino, en especial la cepa Tannat, considerada por los uruguayos como patrimonio nacional. Si bien el Mercado es el típico lugar al que van los turistas, los precios son variados, por lo que podés encontrar desde platos muy económicos hasta otros más sofisticados. Para que te guíes, el costo de una entrada, más plato principal, vino y postre, por comensal, ronda los USD 50.
Si querés salir a la noche, tanto en la Ciudad Vieja como en los barrios Pocitos, Punta Gorda, Buceo y Carrasco, hay boliches para bailar hasta la madrugada.
Montevideo se destaca por una fuerte tradición teatral. Para una capital relativamente pequeña, la cartelera llega casi a los 50 espectáculos por fin de semana.
No hay pretextos para pasarla mal en la ciudad. Además, los montevideanos son muy amables y, si necesitás ayuda, siempre van a aconsejarte. Te vas a hacer fan de Uruguay.

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