En este espacio, suelo contarte algo que me pasó o te resumo en cinco puntos lo que aprendí en el mes. En esta oportunidad, quiero agradecerte por lo que vos me enseñás. Alguna vez te conté un poco sobre mi carrera previa a Cosmo: toda mi vida trabajé en medios gráficos de gran tirada y escribí, principalmente, sobre política e información general. Pero mi llegada a Cosmopolitan, hace ocho años, marcó un antes y un después en mí como periodista: nunca había tenido una relación tan estrecha con los lectores como la que tengo en esta revista. Vos y las más de 100.000 lectoras que nos acompañan en cada edición son fieles, exigentes, curiosas, agradecidas y muy generosas para compartir con nosotras sus opiniones, sus dudas y sus experiencias. El feedback es intenso, y con muchas de las chicas establecí una relación tan cercana que son mis contactos en mi espacio personal en Facebook, y me siguen y las sigo en Twitter. Me cuentan sobre sus estudios, sus parejas, sus hijos y también cuáles fueron las notas que les gustaron… y cuáles las que no les gustaron tanto.
Hay lectoras que, además, nos inspiran con las historias que nos envían a la casilla de e-mails de Cosmo (¡que colapsa todos los días por el aluvión de correo!). Una de ellas es Agustina Baigorria: hace tres años, nos mandó un mensaje para contarnos sobre su duro tratamiento para superar la leucemia. Desde entonces, María Fernanda, jefa de redacción, estuvo en contacto con ella, a la espera de que la enfermedad le diera a Agustina un respiro para poder conocerse en persona. El encuentro se concretó en diciembre y, el resultado de ese acercamiento es el Caso Real de esta edición. Gracias por estar, por participar, por acompañarnos, por marcarnos el camino y por enseñarnos a ser mejores. Que en 2013 (¡y por muchos años más!) sigamos juntas.





















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