Contar calorías siempre fue un proceso muy aburrido. Anotar lo que comemos todos los días, sumar, restar, calcular. Parecía estar muy distante del disfrute de una buena comida.
Hoy por hoy, el proceso es mucho más sencillo, basta con cargar las comidas en una aplicación (MyFitnessPal, por ejemplo) y la cuenta la lleva otro. Puede tomarse como un juego y hasta ser divertido.
Sin embargo, las tendencias nutricionales pasan por otro lado. La autora del libro No Dieta, Mónica Katz, dice que no debemos medir lo que comenos en cantidad sino en calidad. “Más que contar calorías, lo que nos facilita una alimentación saludable es preocuparnos por elegir alimentos que tengan un perfil nutricional adecuado y completo“, asegura.
“La realidad es que contar calorías no nos asegura una correcta nutrición. Elegir sabores, texturas y nutrientes, sí”, declara Katz.
Los atletas consumen muchas calorías y no engordan. ¿Por qué? Porque las queman. Hacer atividad física, siempre ayuda a mantener el peso y hasta puede hacer que pierdas esos kilitos de más sin la necesidad de comer menos.
Una buena manera de abandonar las matemáticas, según Katz, es consumir productos que, por la forma en que están envasados, representen la porción justa. “Por ejemplo, como merienda, en lugar de ir en busca de un menú que contenga determinada cantidad de calorías, podemos optar por un pote o un vaso de yogur con cereales. También se lo puede combinar con alguna fruta y, por supuesto, elegir diferentes sabores y texturas e ir combinándolas. Consumir una unidad es una estrategia inteligente para estar saludable. En cambio, si contamos calorías (350 del desayuno + 500 del almuerzo, etcétera) dependemos de nuestra memoria y nuestra memoria muchas veces falla. Además, hay alimentos que son difíciles de medir. ¿Cómo estimamos cuánta mayonesa pusimos en el plato? Claro que también podemos llevar un diario de comidas y anotar todo, todito, todo. Pero ¿y si alguna vez nos olvidamos?”, pregunta la doctora Katz.




















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