SEPTIEMBRE 2012

Técnicas secretas para encender sus puntos más hot

Fotos: Cosmopolitan
Técnicas secretas para encender sus puntos más hot
Descubrimos formas inéditas de estimular las zonas erógenas masculinas. Flasheá a tu hombre con tu creatividad erótica y demostrale por qué sos la mejor.
Publicado el 26/09/12 por Annie Daly con aportes de Jorgelina Zamudio.

Poner a un varón en llamas no es una tarea demasiado compleja: alcanza con mover mecánicamente tu mano (o tu boca) para que su miembro esté listo para la acción. Pero si querés convertirte en la diosa sexual de tu hombre, tenés que volarle la cabeza. ¿Cómo? Sorprendiéndolo con movidas inéditas. Por supuesto: por más ingeniosa que seas, en algún momento tu repertorio sexual va a acabarse. Por eso, permanentemente investigamos para revelarte las técnicas más originales, y nos sorprendimos con el último descubrimiento, que explota las similitudes entre tus zonas erógenas y las de él. ¿Creés que no existe  ninguna? Error. En términos biológicos, los hombres y las mujeres partimos de una matriz idéntica: un núcleo de tejidos y de terminaciones nerviosas (a medida que avanza la gestación, adquiere diferencias, de acuerdo al género). Por eso, compartimos algunas características relacionadas con las funciones vitales. ¿Cómo funciona este conocimiento en materia erótica? Te permite darles un tratamiento especial a los puntos más sensibles de tu chico. Aprendé qué zona erógena femenina corresponde a cada una de las áreas masculinas más hot (porque los tejidos son similares o porque reacciona a un impulso de forma parecida) y qué debés hacer para desatar un tsunami de placer.

 

1- IMAGINÁ QUE SU PENE ES... EL CONTORNO DE TUS LOLAS

PENSÁ CÓMO TE SENTÍS cuando tu hombre acaricia lentamente la silueta de tus lolas durante el juego previo. Aunque no roce tus pezones, la excitación te domina. Él puede llegar a sentir algo parecido cuando te ocupás de su miembro. "Para eso, tenés que estimular la zona ventral del pene (es el lado dorsal del tronco: queda mirando hacia el torso cuando está erecto)", recomienda el psiquiatra y sexólogo clínico Adrián Sapetti (sexovida.com), titular del Centro Médico Sexológico. Empezá por acariciarlo suavemente (rozalo con las yemas de los dedos o con la punta de la lengua). Después de un rato, hacé una movida más intensa: podés envolverlo con tu mano y presionar con firmeza, ya que en la zona ventral no hay tantas terminaciones nerviosas como en otras áreas del pene, y el toque se sentirá genial. Otras variantes power:

? Ubicá las dos palmas sobre el tronco y realizá movimientos hacia arriba y hacia abajo, en sentidos opuestos. Aumentá gradualmente la velocidad y la intensidad de
la presión.

? Lamé los costados del tronco como si fuera un chupetín. Este estímulo parece ingenuo, pero es sumamente hot.

? Recostate sobre las piernas de tu chico y colocá su pene en tu escote. Después, movete suavemente, para que tus lolas lo ?amasen?.

? Mientras lamés el glande (el capuchón del pene), rodeá el tronco con tu mano y realizá movimientos ascendentes y descendentes (como los que hace él cuando se autoestimula).

? Sumergí una toalla de mano en agua caliente, retorcela y envolvé con ella el miembro de tu chico. Realizá diferentes movimientos, hasta que él te pida piedad.

? Untá con mucho lubricante las palmas de tus manos y envolvé con ellas el tronco (debe quedar un puño sobre el otro): giralas en direcciones opuestas.

 

2- IMAGINÁ QUE SUS TESTÍCULOS SON... TUS PEZONES

TUS TIMBRES SE PONEN MÁS TURGENTES a medida que tu excitación aumenta, y lo mismo sucede en la zona Sur de tu hombre. Así como los extremos de tus lolas se llenan de sangre y se vuelven hipersensibles durante la previa, también aumenta la irrigación y la sensibilidad en sus gemelos. Por eso, ni nosotras ni ellos gustamos del juego rudo en esas áreas específicas. "La suavidad es un factor clave. Hay que probar diferentes estímulos (besos, succiones, lamidas y mordiscos delicados), hasta alcanzar el máximo placer", propone la sexóloga Carolina Villalba (psicosex.com). Probá estas maniobras:

? Mientras besás a tu chico, colocá una de tus manos debajo de sus testículos y mecelos lentamente. No es necesario acariciarlos: el calor de tu mano alcanza para estimularlos.

? Sostené un gemelo entre tu pulgar y tu dedo mayor, y masajealo con delicadeza, como si estuvieras palpando un objeto a través de su envoltorio.

? Acariciá el escroto (la bolsa que contiene los testículos) con los costados de tus uñas (¡nunca con el extremo!).

? De a uno, introducí sus gemelos en tu boca. El calor, la humedad y tu respiración funcionan como un mix arrasador.

? En la pose de la jineta (vos arriba de él), cuando sientas que su respiración está cada vez más agitada (señal de que está por alcanzar el clímax), estirá un brazo hacia atrás y levantá suavemente sus gemelos, como si quisieras separarlos del cuerpo. Eso lo llevará a un Mega O.

 

3- IMAGINÁ QUE LA BASE DE SU MIEMBRO ES... TU MONTE DE VENUS

UNA SESIÓN DE MIMOS muy intensos en tu clítoris no siempre te conduce al clímax: esa porción de tejido es muy sensible, y muchas veces se irrita cuando recibe estímulos puntuales. Por eso, conviene desviar la atención hacia el Monte de Venus (el tejido graso que cubre el hueso pélvico). ¿Por qué? Durante el juego erótico, esa área se llena de sangre y se pone más sensible, porque tiene conexiones tisulares (a nivel tejidos) con el clítoris, sin llegar a ser tan ?quisquillosa? como este órgano. A los varones les sucede algo similar con el pene. Entonces, después de un rato de estimular el glande, tenés que concentrarte en la base del miembro. Un dato clave: si después del sexo rozás con tus dedos esa zona, es probable que haya un segundo round. "A muchos hombres les gustan los estímulos intensos en la base, como los mordiscos y los pequeños golpecitos", asegura Sapetti. Algunas movidas recomendadas:

? Con tus dedos pulgar y mayor, formá un anillo en la base de su miembro. Ensayá distintas presiones (desde la más liviana a la más estrecha). De esta manera, el flujo sanguíneo invadirá la zona y hará que su erección se prolongue mucho más.

? Sujetá con una mano la base del tronco y empujala suavemente hacia su cuerpo. Ese movimiento lo pondrá en llamas.

? Tratá de rodear la base con tu lengua. Aunque no lo logres por completo, la movida le volará la cabeza.

? Con la punta de la lengua, dale pequeños golpecitos a la zona.

? Con la lengua floja, recorré tres o cuatro veces el área. Detené la acción durante unos segundos y, cuando él te ruegue que sigas, repetila.

? Después del clímax, dibujá pequeños círculos con las yemas de los dedos. Y preparate para un bis.

 

4- IMAGINÁ QUE EL GLANDE (LA CABEZA DE SU PENE) ES... TU CLÍTORIS

TU BOTONCITO ESTÁ REPLETO DE TERMINACIONES NERVIOSAS, igual que el glande. Por eso, debés ser cuidadosa al estimular la zona superior del pene: descartá las fricciones y las caricias intensas con la mano seca. Y no sostengas una acción durante mucho tiempo, ya que puede volverse irritante. Derretilo con los toques adecuados:

? Vos ya comprobaste lo excitante que es que él acaricie tu zona V con la ropa interior puesta. Devolvele el favor: envolvé su pene en una de tus tangas más sedosas y masajealo.

? Lamé su miembro desde la base hasta el extremo superior, y luego succioná suavemente la cabeza.

? Después de realizar la movida anterior, concentrate en el extremo: exhalá bocanadas de aire caliente sobre él.

? Introducí su miembro en tu boca, de forma tal que impacte contra la pared interna de tu mejilla.

? Cuando adoptes la pose de la jineta, subí tus caderas, para que solo la punta de su amiguito quede dentro de tu vagina. Luego, fruncí y relajá los músculos pélvicos.

 

5- IMAGINÁ QUE SU PROSTATA ES... TU PUNTO G

SECRETO Y PODEROSO, el Punto G es una zona de la anatomía femenina de difícil acceso (está ubicada entre tres y cinco centímetros arriba de la entrada del canal vaginal), y capaz de generar estallidos de placer. La razón: es una zona de tejido eréctil que responde de manera extraordinaria a los estímulos. Algo similar sucede con las próstata, que está ubicada a cinco centímetros de la entrada del ano, sobre la vegija. La mejor manera de estimularla (a muchos hombres no les gusta que introduzcas tu dedo en su back door) es realizar distintos tipos de presiones y de maniobras en su perineo (la zona comprendida entre la base de los testículos y el orificio anal), ya que las terminaciones nerviosas del área llegan hasta la próstata.

? Mientras le das sexo oral, deslizá tu dedo desde el ano hasta la base de los gemelos. Te conviene mojarlo antes con saliva o untarlo con gel lubricante.

? Doblá los dedos de la mano y deslizá los nudillos por la zona, ejerciendo presión gradual. Si querés que delire de placer, hacé esta movida en plena sesión oral.

? Lamé su perineo y jugueteá con tu lengua alrededor de su puerta trasera.

? Durante el misionero, ya cerca del final, presioná el perineo como si fuera el botón del ascensor, con insistencia e intensidad. Su alarido de placer se escuchará en diez cuadras a la redonda.

 

 

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