Cosmopolitan Argentina » Palabra de Hombre http://www.cosmo.com.ar Revista Femenina. Fri, 11 Apr 2014 22:03:06 +0000 es-ES hourly 1 http://wordpress.org/?v=3.8.1 Maduritos sexy http://www.cosmo.com.ar/2014/04/maduritos-sexy/ http://www.cosmo.com.ar/2014/04/maduritos-sexy/#comments Wed, 09 Apr 2014 22:38:51 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=4765 Por qué te conviene salir con un cuarentón
Chica Cosmo que estás cansada de los histeriqueos propios del joven argentino promedio: es el momento de probar nuevos terrenos. Concretamente, buscate un hombre hecho y derecho, como uno de las cuatro décadas. Siendo yo mismo un exponente de esa franja de la vida –es decir, con conocimiento de causa–, puedo contarte varias razones por las cuales tenés que empezar a mirar con otros ojos a los que te llevan varios otoños.
Para empezar, olvidate de que un cuarentón vaya a engañarte, salvo que te hayas enganchado a un pariente directo de Cacho Castaña. Para él, vos sos el premio mayor, ¿para qué va a buscar a alguien más, si ya consiguió a una péndex? Vas a evitar el desgaste de hacerte la cabeza cada vez que le llegue un tuit, o que te suspenda algún encuentro, ya que las fichas están puestas en vos. Relacionado con eso, es muy difícil que te sientas amenazada por la ex de tu novio maduro: ella no es competencia. Lo más probable es que tenga la cola caída y esté encerrada en el gym tratando de levantarse al profe de la sala de aparatos.
Los hombres de 40 estamos más curtidos emocionalmente, ya nos pasaron casi todas, y no tenemos ganas de meternos en un bolonqui. Es decir, no vamos a  cambiarte los tantos ni a plantearte dudas existenciales sobre la pareja cada fin de semana, para que tengas que ir llorando a la casa de tu mamá. Sí vamos a querer el sofá despejado para ver el partido del fin de semana, pero eso no creo que te complique mucho.

Un as en la cama
Cualquier macho alfa de 40, solo por el millaje acumulado, ya tiene una cierta idea de lo que hay que hacer, y lo que no, en un encuentro amoroso. Por ahí, no es un depredador de las sábanas, pero sería raro que siga siendo el torpe o ansioso de los 20. Y tampoco está tan cascoteado como para no rendir lo suficiente, che.
Además, el hombre es orgulloso en lo físico. Si tiene la suerte de engancharse a una de veintipico o de treintaytantos, va a querer emparejar la situación haciendo deportes. Se va a anotar en el gimnasio o va a volver a correr un par de veces por semana. Capaz, hasta suspende las medialunas. Resultado: va a estar mejor de como lo conociste.
Por último, pero no menos importante, tu novio mayor va a ser solvente. Se supone que a esa edad ya se hizo de una posición, salvo que sea un hippie eterno. Tendrá su autito y una tarjeta de crédito para salvar cualquier situación o contingencia (por caso, una abultada cuenta en un restó de Puerto Madero). Basta de esos pibes con los que tenés que subir al colectivo, o peor aún, bajarte porque la tarjeta SUBE tiene saldo negativo. Y mejor no mencionar a los que te dicen: “¿Pagás vos? Es que mi viejo no me tiró ningún billete…”.

Te canto los 40
Supongo que con estos contundentes argumentos ya mirarás con otros ojos a los que puedan llevarte una década o más –salvo, claro, que sea panzón, pelado y le cueste agacharse–. Si te encara uno así, tipo Homero Simpson, tenés todo el permiso para decirle: “Te agradezco la propuesta, pero a mí me gusta sufrir con los más chicos. Amo a Justin Bieber”.

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Él no quiere remar más http://www.cosmo.com.ar/2014/03/el-no-quiere-remar-mas/ http://www.cosmo.com.ar/2014/03/el-no-quiere-remar-mas/#comments Fri, 14 Mar 2014 17:02:01 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=4551 Nena, a vos que pensás que tu pareja es incondicional y que va a estar en las buenas, en las malas y en las peores, debo darte una noticia dura: no es así. Para nada. Muchas veces, nosotros decidimos dejar de remar y bajamos la guardia. Es cuando la relación corre serio riesgo. Como este columnista (yo) es muy bondadoso, acá tenés todos los posibles casos. ¡Atenti!

Comentarios de más
No hace falta que tu chico te mencione la terrible frase “¿Te pido un remís?”, después de un momento de pasión, para que te des cuenta de que está cansado de lo que hasta ese momento era un noviazgo. Es como cuando vos te mirás al espejo y le preguntás: “¿Estoy gorda?”, buscando la respuesta reconfortante, y te responde un frío: “Sí, estás gorda”, con tono de sincericidio. Esta es la clase de línea de comentarios en la que está él: “¿Cómo me queda este vestido nuevo?”, y de parte del muchacho, sin ningún tipo de titubeos, se escucha un “Como el cu…”. O cuando volvés de la peluquería con un raro peinado nuevo, y te recibe con un “¿Pero qué catzo te hiciste? ¿Cuánto te salió eso? Yo en cinco minutos me lo corto, y me sale menos”.

Actitudes reveladoras
Ojo, tampoco hace falta que diga nada. Hay actitudes que revelan todo, por ejemplo, en lo que se refiere al reparto de los espacios. Antes, te dejaba más de la mitad del placard, como corresponde en toda relación, pero ahora te desayunás con que deposita sus remeras (incluso las usadas en el fútbol semanal) sobre tus propias prendas, con total desaprensión… O está haciéndote un reclamo territorial o ya no le interesa más nada. Ni hablar de que antes te  esperaba hasta que terminaras de arreglarte y dieras dos vueltas a la casa porque te habías olvidado de la mitad de las cosas, mientras que ahora te banca, pero en la puerta de calle, en el auto… o directamente en el lugar al que van a ir. Más palpable aún es que en los primeros meses te quería impresionar haciendo flexiones en el living. Ahora, hace provechito durante una película y tiemblan hasta los actores. Incluí en el listado la clásica visita al shopping, que tantas veces soportó. De repente, empezó a inventar excusas para no estar dos horas mirando vidrieras.
Por último, antes te acompañaba a la casa de tu mamá los domingos. Sorpresivamente, te dice que le agarró un tirón en el aductor (¿?) y que no tiene más remedio que quedarse en la cama viendo seis o siete partidos de fútbol.

Epílogo remero
Si bajó los brazos y parece que ya no le importa nada, tampoco le interesaría que no pudieras salir más con él porque tenés otras cosas para hacer y… No. Ojo: eso sí le puede llegar a afectar. Esos son los momentos en que a nosotros, casualmente, nos vuelve el interés. Y te decimos, otra vez, con tono sincero: “Pero no, mi amor, estás reflaca”.

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El mensaje oculto http://www.cosmo.com.ar/2014/02/el-mensaje-oculto/ http://www.cosmo.com.ar/2014/02/el-mensaje-oculto/#comments Thu, 06 Feb 2014 10:00:09 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=4327 Aveces, lo que nosotros expresamos dista muchísimo de lo que vos interpretás. O el mundo actual es muy complejo o los hombres somos unos vivos bárbaros que decimos algo, cuando en realidad pensamos todo lo contrario. Por eso, te traigo este breve diccionario de frases, para que sepas la que te espera…

“Tenés razón”
Frase de altísima ironía que un chabón expresa cuando ya no quiere discutir más o, como pasa siempre, sabe que va a perder la discusión con su chica. Es como una banderita blanca para que dejes de sopapearlo con equis tema, y pueda pasar la página para hablar o hacer algo que de  verdad le importe. Caballero como es, hace que sientas que tenés la razón. (Lo cual, además, probablemente sea cierto).

“I love you”
Sonaste. El que te responde en otro idioma cuando le decís “¿sabés que te amo?” en realidad busca zafar de la situación diciendo algo similar, sin comprometerse tanto. Además, “I love you” tiene resonancias de film de Hollywood, por lo que podría estar citando una escena rosa entre Ryan Gosling y  Rachel McAdams, en vez de jugarse con sus sentimientos.

“Ajá”
Esta interjección, probablemente, va acompañada de una mirada perdida, como si estuviera jugando a la Play (quizá, lo esté haciendo). Como lo cansaste con tus comentarios sobre lo que pasó en el día o con lo que te dijo el encargado sobre la invasión de cucas, te hace creer que te escucha con esa breve palabra. Probá con preguntarle qué le dijiste seis segundos antes, y vas a ponerlo en problemas. O, seguramente, te diga “ajá”.

“Ahí voy”
Con este solemne anuncio, quiere ganar unos minutos más sentado en el sofá, que está supercómodo. Acordate de cuando eras chica y tu mamá te pedía que pusieras la mesa. Vos le gritabas “Ya voy”, desde el living, pero te quedabas viendo a Mariano Martínez en la tele. Con tu chico es igual: le pedís que cumpla misiones de alta dificultad, como cambiar un foquito, correr un mueble o, peor aún, hacer una compra, cuando él está hundido entre los  almohadones. Como  es la segunda o tercera vez que le pedís lo mismo, quiere calmar tu impaciencia con estas dos palabritas, que tienen menos credibilidad que una promesa de campaña electoral…

“Yo te llamo”
En este caso hay dos mensajes claros. El primero es que no lo  llames vos, por eso te marca bien el “yo” al inicio de la oración. Y segundo, si dice que va a llamarte, lo más probable es que no lo haga. El sexo fuerte (bueh, es un decir) no dice, sino que hace. O sea: te está sugiriendo lo que querés escuchar, y después verá qué hace. Que en este caso puede ser llamar… ¡A otra!

Conclusión sincera
Ahora que sabés qué queremos decir cuando expresamos tal o cual cosa, podés utilizarlo a tu favor. Por ejemplo, cuando te llame porque estás retrasada, decile “Ya voy”, y cuando te rete porque llegaste tarde, decile “Tenés razón”… Si te hincha mucho: Bueno, ya sabés qué decirle: “I love you”.

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¿Él vale la pena… o es un cobarde? http://www.cosmo.com.ar/2014/01/el-vale-la-pena-o-es-un-cobarde/ http://www.cosmo.com.ar/2014/01/el-vale-la-pena-o-es-un-cobarde/#comments Tue, 07 Jan 2014 19:57:34 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=4145 Chica Cosmo: quiero dirigirme a vos, que ahora estás en la playa con un muchacho que conociste hace poco evaluando si vale la pena o si, por el contrario, tiene fecha de vencimiento más pronta que un yogur. Debo decirte que pequeñas conductas como las que siguen son más que reveladoras del carácter del susodicho. Prestá atención, porque vas a enterarte si él es un valiente que te cuidará para siempre o si es un cobarde que no te va a defender ni cuando te arrojen espuma en el Carnaval.

Sacá el iPad y anotá
Tu chico es un cosaco de las estepas siberianas si, después de darte un beso, se lanza corriendo al mar, aunque las aguas de nuestras costas marquen -10º.
Muy por el contrario, será un pobre de espíritu si avanza lentamente hacia las aguas para ingresar solo hasta la altura de los muslos, con el fin de emprender la retirada al ratito con cara de circunstancia. En esa línea lógica, debés saber que un hombre con todas las letras NUNCA recurre a una toalla para secarse cuando sale del mar. Simplemente, sale, exhibe su piel erizada
por el frío y espera a que el sol y el viento lo sequen, mientras contempla el horizonte.
En el rubro deportivo, esta dicotomía se aprecia más claramente: estás en presencia de un valiente si después de un año de no hacer un pomo, él comienza a jugar al voley playero durante siete horas, aunque le duela el cuerpo los próximos doce meses.

Signos alarmantes
Empezá a hacer las valijas en caso de verlo regresar a la lona a los cinco minutos, acusando un “tirón” en el aductor, o muchísimo peor, en el caso de que se acerque a los partidos de bochas con cara de interesado, lo cual revelaría que tiene alma de septuagenario.
Pocos advierten que la gallardía se expresa en el contacto con los centenares de vendedores playeros. Será efectivamente un sujeto de valía si le grita al vendedor de pirulines, cual Coco Basile, para que se acerque. Otro cantar será que, cual cadete de oficina, sea él quien se aproxime al “pirulinero” o, peor aún, lo corra por varios médanos dando grititos locos.
Un dato distintivo es que el galancete, para combatir los rayos solares, porte solo una gorrita con el torso desnudo, a costa de quedar más colorado que un tomate. Va muy para atrás que lo encuentres todo encremado, con factor 120, para cubrirse del sol, del agua y hasta de la gripe A.
Propio de soldado legionario es caminar descalzo por la arena ardiente, como si no pasara nada, hasta llegar al agua. Todo lo opuesto es un flojo que da saltos de ballet, como si anduviera en zapatillas de punta.
Signo inequívoco de hombría con mayúsculas es cuando aparece un pez muerto en la costa, de esos que flotan cada tanto, y él lo levanta y te lo muestra como si fuera un volante de supermercado.
Debés decirle sin miramientos “adiós para siempre” en el caso de que el candidato vea un aguaviva, dé un salto, caiga en tus brazos y se excuse diciendo: “Es que tiene filamentos largos y puede picarte”.

Conclusión
El verano, por el tiempo libre, es un buen escenario para apreciar a la otra persona con todos sus pros y sus contras… ¡Y darlo de baja si lo ves ponerse crema para peinar para armarse los rulos cada vez que sale del agua!

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Por qué somos tan insistentes http://www.cosmo.com.ar/2013/10/por-que-somos-tan-insistentes/ http://www.cosmo.com.ar/2013/10/por-que-somos-tan-insistentes/#comments Tue, 08 Oct 2013 16:59:09 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=3347 Seguro te pasó, o te está pasando, o te pasará: algún hombre con pretensiones de galán insiste en tener algo con vos, pese a que lo bochaste repetidas veces y no llegás a entender cómo puede ser tan persistente. Lo primero que debo decirte es que ustedes y nosotros tenemos sensibilidades diferentes. Por eso, se generan cortocircuitos comunicacionales serios. Más precisamente, tu negativa nos entra por una oreja y nos sale por la otra. Paso a explicarte.

Posibles hipótesis
El famoso axioma de que cuando la mujer dice “no”, en realidad, quiere decir “sí”, nosotros lo convertimos en una hipótesis de alto optimismo. Por ese motivo, siempre creemos que hay un “sí” al final del camino.
También hay muchos hombres que razonan de la siguiente manera: “Si pasó algo una vez, ¿por qué no va a volver a suceder?”. Esa es la clase de tipo con el que cometiste un desliz, después te quisiste matar y ahora arremete como loco. No advierte que una dama puede estar con alguien sin proyectar nada o que incluso salió defraudada del “encuentro”.
Preparate: este homo-densus puede atosigarte con mensajes de texto (al mejor estilo María Teresa, la del contestador del video Ni una sola palabra de amor), mandarte emoticones por Facebook apenas te ve conectada o proponerte vacaciones con todo pago a las Islas Seychelles (pero con él incluido).

Una cuestión cultural
Otro punto fundamental es que nosotros estamos acostumbrados, por cuestiones culturales, a ser los que debemos tomar la iniciativa en la conquista. Eso, tarde o temprano, nos endurece ante el rebote (como diría Nietzsche: “Lo que no te destruye, te fortalece”). Y siempre pensamos que la podemos remontar. Las chicas, a lo sumo, tiran una línea, ven que no picamos y se retiran rápidamente con su equipo de pesca.
Por otro lado, nosotros no registramos las indirectas. Si nos cortás con un “Mirá, tengo que trabajar”, pensamos que efectivamente tenés que trabajar, y no que tenés menos onda que el pelo de Johnny Allon. Tenés que saber que la consabida frase “no sos vos, soy yo” con la que despedís a un noviecito es un arma de doble filo. Él razonará que si sos el problema, es porque estás confundida. Entonces, permanecerá cerca hasta que aclares tus ideas. Resulta difícil, en este caso, hacerle entender que tus pensamientos son clarísimos y que no lo soportás más.
En general, el hombre con cierta autoestima cree que si le das la chance, te va a convencer de darle bolilla. Por eso insiste tanto con el famoso café en el bar de la esquina, donde podrá desplegar sus encantos y seducirte con las tres o cuatro frases filosóficas que se acuerda de la facultad. Ni que hablar si aceptás ir a un pub, en el que después de compartir unas cervezas, va a desatar su lujuria contenida.

Cierre no tan denso…
Cuando te hartes de la insistencia de ese muchacho, te sugiero que lo cites en el lugar que más te guste. Ahí, muy seria, decile que querés presentarle a toda tu familia, incluido el perro Pepe, a más tardar mañana, o que estás preocupada por un atraso, ya bastante prolongado. Acto seguido, con tu celular, sacale una foto de la expresión que haga con su cara, si es que todavía está ahí…

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¿Por qué regalan flores? http://www.cosmo.com.ar/2013/09/por-que-regalan-flores/ http://www.cosmo.com.ar/2013/09/por-que-regalan-flores/#comments Tue, 17 Sep 2013 18:16:30 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=3202 Llega la primavera, y florecen el amor y los ramos de jazmines o de fresias que llegan a tus manos. Es preciso desentrañar los motivos por los cuales un chico te regala flores. Partamos de la base de que ningún hombre es fan de las flores: son incómodas de llevar, no sabemos cuáles son los claveles, los jazmines o las plantas carnívoras, y nuestro olfato no está preparado para tan sensibles aromas (preferimos el olor a chori de la cancha). Por eso, prestá atención al mensaje que hay detrás de ese regalo tan romántico.

Tiene cargo de conciencia
Siempre que tu pareja te regale f lores, manejá la hipótesis recontraprobable de que quiere tapar una macana que se mandó. Le carcome la conciencia y eso lo lleva a recurrir a dos docenas de azucenas salvadoras. Es decir, quiere sumar porotos antes de que le restes varios cientos. Además, su cara culposa lo vende solo. Te sugeriría, luego de olerlas, que lo sometas a un duro interrogatorio, del tipo: “¿Hay algo que debería saber?”, “¿Perdiste a mi caniche toy?”, “¿El auto está en la vereda o fue compactado?”.

Ojo, puede pasar que te haya comprado flores por el mero hecho de que sabe que te gustan. Pero para nosotros es como una encomienda que se entrega y se olvida. Ni siquiera sabemos llevar las flores por la calle y hasta las hacemos chocar contra todos los obstáculos posibles. Convengamos que tampoco son fáciles de transportar las muy perras.

Quiere pedirte perdón
El ramo es un recurso apropiado cuando queremos zanjar una pelea que tuvimos con vos y no nos salen las palabras adecuadas (bueno, casi nunca nos salen). A buen entendedor, salimos en busca de unos claveles como símbolo de paz y como forma de admitir que tuvimos una parte de la culpa en el entuerto. (Y ojalá te gusten los claveles, porque por ahí la empeoramos…).

Desea sumar puntos y marcar territorio
También, es posible que haya llegado alguna fecha importante (tu cumpleaños o el aniversario de la pareja) y tu amorcito no tenga la más remota idea de qué obsequiarte. Ahí se agradecen los puestitos de rosas que f lorecen por todas las esquinas y nos salvan de caer con las manos vacías, ya que nos acordamos a dos cuadras de llegar a casa que era un día clave en nuestras vidas.

Por último –pero no menos importante– hay que mencionar el regalo de flores como un modo de marcar territorio en tu oficina frente a tus compañeros masculinos. Todos sospechamos que nuestra chica trabaja rodeada de aves rapaces que la merodean con lujuria y que le ofrecen traerle el café de máquina, solo para generar cercanía. Por eso, celosos, aprovechamos cualquier fecha –puede ser tu cumpleaños o el día del bonsai (?)– para enviarte 16 ramos de todos colores que rebalsen sobre tu escritorio y que demuestren claramente que tu estado civil es “in a relationship”.

Conclusión aromática: flores son flores. Vos tomalas, sea cual sea la excusa, causa o circunstancia. Después, con tu intuición femenina, adiviná las reales motivaciones. Igual, yo te puedo anticipar lo más probable de todo: él te quiere mucho.

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¡Queremos volver con vos! http://www.cosmo.com.ar/2013/08/senales-de-que-queremos-volver-con-vos/ http://www.cosmo.com.ar/2013/08/senales-de-que-queremos-volver-con-vos/#comments Thu, 01 Aug 2013 16:26:49 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=2885 Como sabrás, los hombres tenemos el modus vivendi de dejar siempre la puerta entreabierta en las relaciones afectivas.
Por eso, muchas veces cantamos el tango “Volver” con nuestra frente marchita y empezamos a tirar líneas para lograr un posible reencuentro. Pero, como ya nos cortaste el mambo alguna vez, hacemos ciertos movimientos sigilosos. Vos quizá no te des cuenta, pero llegaste a la columna indicada para deschavar el truco. Prestá atención.

“Me gusta” mucho
La primera sintomatología del hombre regresado se detecta por una verdadera avalancha de “Me gusta” en el Facebook. Vos comentás que tuviste un gran día y él te pone “Me gusta”, compartís una frase de Osho y él cliquea “Me gusta”, subís una foto de tu mascota mordiendo una media y él indica “Me gusta”. Claramente, hace actos de presencia para que empieces a registrarlo otra vez. Puede ser que dé un paso más y que empiece a ahondar en tus comentarios. Vos opinás algo, y él, inmediatamente, te apoya con otro post. En realidad, está jugando al Candy Crush, el tema no le importa en lo más mínimo y hasta opina todo lo contrario, pero quiere ganarse tu simpatía.

Muy sospechoso
No dudes ante el viejo truco de la llamada perdida. De repente, después de un tiempo de silencio, te suena el celular. ¡Chan! Atendés y te dice: “Tengo una llamada tuya perdida”. Cuando le aclarás que no lo llamaste (¡ni pensabas hacerlo!), cambia el ángulo de la charla y te dice: “Debe haber sido un error… Che, ¿estás bien?”. En esa lógica, también está el tan mentado SMS equivocado. El muchacho te avisa que a la noche hay partido de fútbol. Vos no entendés nada. Al rato, te manda otro mensaje, te aclara que se confundió de destinatario y que Pablo –el compañero de equipo– está abajo de vos en el listado de contactos. Salvado el “error”, te escribe: “Ya que estamos, ¿cómo va lo tuyo?”. Obviamente, se trata de una vil argucia para arrimarte el bochín. Forma de confirmarlo: si lo rebotás de forma contundente, vas a ver que no se confunde más.

Manotazo de ahogado
Un recurso más desesperado es llamar para contarte qué vio por la calle. Por ejemplo, que se cruzó con fulano, un pariente tuyo, como si eso ameritara un llamado. Vos le comentás que ese sujeto vive en Moscú hace años, con lo cual es difícil que lo haya visto pasar por Parque Chas, pero te sale con un: “Ah, pero mirá que era parecido… ¿Todo bien, vos?”. No te extrañe que te aparezcan invitaciones a “eventos” en tu Facebook y en tu e-mail. Lo que aparenta ser general y casual es particular y causal: quiere ver si te enganchás en esa propuesta y si tendrá un lugar físico donde verte.
Sospechá más si se trata de una muestra de esculturas pakistaníes. Finalmente, pero no menos importante, está la clásica frase: “Tengo un libro en tu casa y quiero recuperarlo. ¿Nos  vemos en un bar y me lo das?”. Desconfiá de esa súbita pasión por la lectura de un mamotreto que yace en tu biblioteca desde hace ocho meses. Si fuera un clip, también te lo pediría. Lo que quiere es recuperar tu presencia, no ese efecto personal… Corolario detectivesco: ahora que tenés el manual masculino de approach, sabrás cómo actuar en consecuencia. Podés aceptar el tan mentado café que, según la filosofía amorosa, no se le niega a nadie o pedirle a Facebook una innovación revolucionaria: que exista el “No me gusta” ante cada señal de semejante paparulo.

 

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5 clases de mujeres que nos espantan http://www.cosmo.com.ar/2013/06/5-clases-de-mujeres-que-nos-espantan/ http://www.cosmo.com.ar/2013/06/5-clases-de-mujeres-que-nos-espantan/#comments Mon, 17 Jun 2013 12:35:27 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=2321 Vos, que llamaste a 14 amigas para lamentarte porque un hombre te dejó, te cuento que de este lado del mostrador no estamos exentos de esa situación. A veces, comentamos nuestros sinsabores amorosos y hasta podemos ingresar a Twitter para hacer la “Gran Calamaro”, que llora por la ex. A continuación, te doy las cinco clases de mujeres que más nos hacen sufrir y a las que les escapamos…

La colgada

Es una suerte de antítesis de la vulgarmente denominada “hinchapelotas”. Es decir, nunca está encima de nosotros, porque apenas se acuerda de lo que tiene que hacer en el día. Es  impuntual y puede equivocarse de esquina, y hasta de barrio, cuando se trata de una cita. Pierde el celular seis veces al año, y por eso no responde los mensajes. Si la agarramos con las defensas bajas, hasta puede dudar de nuestro nombre. Pero no lo hace a propósito: ¡es así! Y de esa manera, construye un personaje susanesco que nos enamora… Hasta que se olvida de querernos.

La dominante

A los dos minutos de conocerla, nos hace saber que su tiempo vale oro, y nosotros le creemos. No nos deja pasar una ironía ni un destrato, de esos que tenemos más por brutos que por otra cosa. Puede definírsela como cabrona, pero la verdad es que se hace respetar. Es el estilo que atrapa fácilmente al pollerudo, ese sujeto de escasa voluntad que pasa del mandato materno al mandato conyugal. Imaginen su desamparo si la susodicha aparece un día con la frase: “Ya no me alcanza con que me esperes con la comida”

La dubitativa

Es la peor. Con ella nunca sabemos si somos su plan A, B o C. Es la que ayer nos dijo que nos amaba, la que hoy nos llama porque tenemos que hablar, y la que mañana quizás nos convoca nuevamente a su vida. Tiene más dudas que testigo de causa de lavado de dinero. Y también tiene nuestro corazón colgando en sus manos, como le pasa a Carlos Baute. Cuando finalmente nos eyecta de su vida, nos juntamos con nuestros amigos y la llamamos “la bipolar”, aunque nunca terminemos de borrarla del Facebook, ni de nuestra memoria rígida.

La independiente

La señorita, además de trabajar, estudia una carrera, o se anota en cursos, cursillos y cursetes. O va al gimnasio todos los días y hace tres clases seguidas. En resumen, tiene una vida propia que no negocia con nadie. Entonces puede quedarse a dormir en casa, pero a las 6:30 se levanta para entrenar porque piensa correr una mountain race. Y para participar del evento, se va una semana a esa cumbre. Cuando vuelve, nos dice que nos ama, pero que mañana tiene dos exámenes dificilísimos. Y así, la única chance de estar más con ella es volverse un asistente personal, lo cual nos deja más devaluados que el dólar oficial.

La amiguera

Es el Vía Crucis del hombre celoso. Siempre está rodeada de amigos, que a cada rato la llaman para contarle sus cosas, y nosotros nos sentimos con menos garantías que un banco griego. Pero cuando le hacemos un planteo por un fulano que la abrazó, se mata de risa y nos dice: “Bobo, es gay”. Nuestra suspicacia nos hace pensar que todos son fogosos ex que pretenden un revival, o que la van de amigos para invitarla a la cama o, aunque sea, a una hamaca paraguaya. Al décimo planteo, nos pega un shot de salida y terminamos aspirando a ser su amigo, entre los centenares que ya tiene.

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Tareas que amamos… (Y otras que detestamos) http://www.cosmo.com.ar/2013/05/tareas-que-amamos-y-otras-que-detestamos/ http://www.cosmo.com.ar/2013/05/tareas-que-amamos-y-otras-que-detestamos/#comments Wed, 08 May 2013 15:16:14 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=2036 Como este mes se celebra el día del trabajador, aprovecho para contarte que nosotros amamos hacer ciertas tareas, aunque el 85% del tiempo libre nos veas tirados en el sofá, con menos   vida que una mancha en la pared. Hay obligaciones que cumplimos con placer y en las que jamás permitiríamos que te involucres porque son bien nuestras… O, al menos, eso creemos. Prestá atención.

Lavar el auto

Paradojas masculinas, podemos dejar ocho camisas tiradas en el piso y una media colgada del picaporte, pero nos desvela el estado sanitario de nuestro móvil de exteriores. No podemos acercarnos a él sin el trapo en la mano para dejarlo reluciente. Cuando no estás cerca, incluso, le hablamos, para que se sienta acompañado. Que el auto esté impecable hace a nuestro bienestar emocional y jamás dejaríamos que vos te encargaras. Podemos llevarlo al lava autos con pronóstico de lluvia, tormenta, granizo y tsunami, y mirar con recelo a los que se encargan de la tarea.

Arreglar artefactos

Todo hombre que se respeta va a querer arreglar cualquier desperfecto técnico que se produzca en la casa y alrededores. Para empezar, el control remoto de la tevé. Nosotros tenemos una notable habilidad para conocer absolutamente todas las funciones de ese aparatito, por el hecho de ser lo que más tenemos en nuestras manos, además del vaso de cerveza. Por otro lado, jamás permitiríamos que venga un técnico a reparar la computadora. Antes, nos adentramos en el software cual Indiana Jones del Windows hasta descubrir qué pudo haber pasado.
De igual forma, podemos avanzar sobre el microondas hasta inspeccionar el platito donde queremos calentar la comida. O reclinarnos para chequear el equipo de música (si lo hacemos con el pantalón estilo plomero, ojo con el espectáculo que damos). No hay mayor placer masculino que desarmar estos aparatejos.
En todos estos casos, lo más razonable es que nos dejes tranquilos. Ni se te ocurra decirnos (como en la publicidad de una compañía de celular): “¿Querés que lo llame a papá?”, por más que no demos pie con bola.

Tareas tediosas

Por el contrario, hay trabajillos que no haremos jamás. Así de simple y concreto. Nunca un ser viviente de género masculino va a limpiar una bañadera, por ejemplo. Posiblemente, porque ni nos damos cuenta de que está sucia o porque nuestras duchas no exceden los ocho minutos.
Otra actividad que odiamos es la de las compras. Podés mandarnos al supermercado, pero no pretendas que volvamos con eso que nos pediste. No podemos estar frente a una góndola más de un par de segundos sin caernos dormidos, así que ni locos vamos a comparar marcas o fijarnos si es “light”, “larga duración” o “bajo en colesterol”, advertencias que no fueron hechas para nosotros.

Conclusión: sé astuta

Siempre es bueno tener a un hombre contento y entretenido en la casa. Por eso, dejá nomás que meta mano en el control remoto o en esa tablet con problemas de conexión. Con poca cosa se sentirá más capo que un operario de la NASA. Y, de última, si no lo aguantás más, es simple: comentale que el auto tiene mucho polvo, y en dos minutos lo vas a tener en la calle con la gamuza y el balde de agua.

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Enterate de por qué tu chico es tan desordenado http://www.cosmo.com.ar/2013/04/enterate-de-por-que-tu-chico-es-tan-desordenado/ http://www.cosmo.com.ar/2013/04/enterate-de-por-que-tu-chico-es-tan-desordenado/#comments Tue, 16 Apr 2013 14:13:35 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=1867 Quizá ya fuiste a su departamento o vas a conocerlo en breve. Por eso, es importante que te lo advierta: el 85% de los hombres que viven solos son altamente desordenados, y el 15% restante padece una neurosis grave. Si todavía tenés expectativas de convivir con él, voy a explicarte por qué su casa parece la Franja de Gaza.

La ley primera

El tipo que vive solo toma esta situación como transitoria, es decir, está en estado de “mudanza potencial permanente”. Por eso, él cree que no es tan importante pasar la franela por los  muebles, ya que este escenario cambiará algún día (aunque no sepa cuándo).
Es simple: nosotros no nos llevamos bien con la soledad y desayunamos en bares para estar cerca de otros seres (aunque sea ese mozo gallego al que le pedís servilletas y te da un trapo rejilla).
Además, no olvidemos que, en cualquier momento, hay una madre lista para ir una vez por semana a ayudar al nene (que ya pasó los 28) con las cosas de la casa. Con semejante respaldo, nadie que se precie de macho va a cometer la locura de agarrar la aspiradora por sus propios medios.

¿Todo en orden?

Si ya entraste en la casa de tu chico y te chocaste con varios elementos colgados, incluso del ventilador del techo, o pisaste objetos que permanecen en el piso desde hace meses, no pienses que todo es realmente un caos. De ese desorden nosotros extraemos nuestro verdadero orden, y puedo asegurarte que sabemos dónde está exactamente cada cosa. Hasta podemos  explicarte la función que cumple la aceituna que está tirada en el living desde mayo.
Como nos movemos con habilidad en nuestra lógica de desorden=orden, tenemos en claro que la única camisa planchada que nos queda está en la cuarta percha desde la derecha. Simplemente, sabé que podemos dejar la bicicleta en el living o la pelota arriba del bidet…

Sobreviví al caos

Ojo, también puede pasar que perdamos el celular porque quedó sepultado debajo de las sábanas o tapado por una sartén, de una forma que nunca entenderemos. Pero tenemos un gran justificativo: si el universo mismo es un gran caos –así dicen las revistas científicas–, ¿por qué no iba a serlo un modesto dos ambientes, contrafrente, con balcón?
Ni hablar si tu chico vive en una casa, ya que ahí se multiplican los espacios (y los objetos fuera de lugar). De hecho, el patio, que necesita de un cuidado diario por no estar cubierto por un techo, puede transformarse en un ecosistema, con impensadas consecuencias. Sugerencia: no mires para ningún lado y pensá que tu límite debe ser que se derrumben las paredes. En definitiva, tu novio seguro les da bolilla a las cosas que le resultan imprescindibles. Por eso, le va a importar principalmente que el imán del delivery y el control remoto del plasma estén en sus lugares, y no que haya en el medio del patio una cáscara vieja de banana arrojada por un vecino.

Conclusión:

Intentá que la selva de la vivienda de tu chico no te intimide, ni que sea un motivo de conflicto, porque vas a chocar contra su naturaleza. Lo mejor es que, de a poco, vayas guardando tus cosas en su inhóspita morada, de modo que cuando quiera acordarse, el 90% del espacio del placard va a ser tuyo, mientras todos sus jeans duermen apilados en un feo estante…

 

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¿Tu chico hace deporte? ¡Atenti! http://www.cosmo.com.ar/2013/03/tu-chico-hace-deporte-atenti/ http://www.cosmo.com.ar/2013/03/tu-chico-hace-deporte-atenti/#comments Mon, 11 Mar 2013 15:23:43 +0000 http://www.cosmo.com.ar/?p=1531 En el fondo, se cree Messi
¿Él juega al fútbol? Tenés ahí a un hombre que hace deporte por decantación, porque es “lo que juegan todos”. Es probable que vaya más interesado en la cena pospartido que en otra cosa. Al regreso, agarrate con todos los dolores que va a traer, porque él solo agita las piernas una vez por semana. No descartes que no pueda agacharse y que hasta te pida que le ates los cordones.

Run Forrest
Imaginate si un día te dice que quiere hacer running, una disciplina bastante adictiva. Quizá empieza corriendo siete minutos hasta tirarse al pasto con un ataque de asma, y termina  anotándose en una megamaratón en la Patagonia. Ventaja: va a estar flaquiiito. Contra: las carreras suelen ser los domingos a las nueve de la matina… Adiviná quién va a tener que acompañarlo.

Match point
Compartir tu vida con un aficionado al tenis tampoco te asegura bienestar. El jugador de tenis es muy individualista: que no te extrañe si le presta más atención al encordado de su  raqueta que a tu fecha de cumpleaños. Y si una pelota se le queda en la red, puede insultar a todo el gabinete nacional. Como remate, puede suceder lo peor: que te llene toda la casa de polvo de ladrillo.

Adicto a la bici
Tal vez puedas convencerlo de dedicarse a una actividad más tranquila –por no decir monocorde– como el ciclismo. Seguramente, su carácter se aplacará con el andar de las dos ruedas. El peligro es que se vuelva un aburrido o que, gracias a las bicisendas, quiera ir a todos lados con ese vehículo, incluso al casamiento de tu mejor amiga.

Peloteo fuera de moda
Si insiste en jugar al pádel, estás en presencia de un hombre del siglo pasado. Elegiste a un sujeto demodé, lamento decirte. Mejor, que se suba a su cupé Fuego y que viaje de regreso a la época del secundario de los chicos de Graduados.

Polos opuestos
Ponele que se anota en Pilates: se trata del típico vago que pretende que otro haga gimnasia por él. Ojo, también le puede gustar estar cerca de las cincuentonas. Distinto es si se zambulle en el boxeo… Quizá quiera descargar tensiones, hacer que le pega al jefe o emular a Maravilla Martínez. El boxing es muy completo y va a darle un lindo físico… aunque su cara quede irreconocible.

Artes marciales
En este caso, lo más probable es ue tu chico se la pase en kimono  por toda la casa, lanzando patadas a los veladores. Vos lo querés matar, pero él te responde con frases sacadas de la vieja serie Kung Fu. Ah, pequeño saltamontes, probá ahorcarlo con el cinturón amarillo (obviamente, ni siquiera llegó al negro).

Conclusión: Si te hartás de tu homo-sportivus, tenés un remedio casero: una potente picadita, unos mimos y un partido de fútbol por tevé. Así vas a cortarle las piernas…. Eeeh, mejor dicho, así vas a cortarle cualquier ímpetu olímpico.

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Descubrí su lado oculto en las vacaciones http://www.cosmo.com.ar/2013/02/descubri-su-lado-oculto-en-las-vacaciones/ http://www.cosmo.com.ar/2013/02/descubri-su-lado-oculto-en-las-vacaciones/#comments Thu, 14 Feb 2013 13:47:30 +0000 http://www.virtualdemo.com.ar/cosmo/?p=174 Creías que conocías por completo a tu chico y, de golpe, te salió con un martes 13? El verano es cuando más nos relajamos y nos mostramos tal y como somos. Por eso, podés descubrir facetas que desconocías de tu hombre, como las siguientes.

Se hace habitué del casino
Vos habías planificado unas vacaciones tranquilas en la costa y, de repente, él quiere ir todas las noches a apostar unas fichitas. Incluso, te deja en la heladería, degustando un cucurucho de pistacho, para meterse en ese reducto del juego. Puedo asegurarte que estás viendo el costado más riesgoso de su personalidad: su adicción por estar al filo de las situaciones. Podría tratarse del síndrome “Fiódor Dostoyevski”, el escritor que produjo sus mejores obras para pagar deudas en la ruleta. Pero fijate si tu novio escribe como el ruso…

Fanático de los juegos en red
Seguramente, conocías su lado ultra responsable con su trabajo, pero ahora, de vacaciones, lo encontrás embobado con esos jueguitos interminables de Internet, que te dejan afuera. Diagnóstico: el muchacho, sin saco y sin corbata, se conecta con la faceta más infantil de su personalidad y da rienda suelta a lo lúdico. Posiblemente, también sea bastante inmaduro en otros aspectos, que ya irás advirtiendo en el transcurso de la relación. Su variante ochentosa: correr en kartings o jugar al scalectric. Tenele paciencia o esperá a que choque.

Pegado en la lona
Cuando aspirabas a unas vacaciones adrenalínicas, te encontrás con que él solo quiere quedarse acostado en la lona playera, sin otro despliegue de acción más que cebar mate. Una primera impresión indica que desea ver chicas en la arena, sin que te des cuenta. Pero esta inacción, además de hacerlo parecer una ameba, se prolonga en los ámbitos generales de su vida. Tené en cuenta que ante una convivencia, primero deberás hacerte cargo de la mudanza y, después, alcanzarle todo mientras mira tevé en el sofá, cual Homero Simpson. Dicho esto, deberías empujarlo afuera de la lona para que se queme con la arena o mojarlo con el agua de mar, que suele estar en los 5 grados. ¡Despabílate amor!

Quiere hacer surf
Tu chico, que juega al fútbol una vez por semana y tiene que ponerse una crema muscular para reponerse, llega a la playa y pretende volverse un avezado surfista. Claramente, quiere impresionarte y piensa que su físico puede soportar el embate de las olas. Se mezcla en un  grupete de expertos en la materia y se adentra en el mar con su nueva tabla. Como es de esperar, el más mínimo movimiento del agua lo derrumba, después choca su cabeza contra la tabla y tiene que ser rescatado por media docena de guardavidas. Antes de que muera ahogado, avisale que no hace falta hacer este tipo de cosas para conquistarte. Y que, encima, los guardavidas estaban bárbaros…

Remate optimista:
No te enojes con tu enamorado, porque después de todo, los hombres nunca crecemos. ¿Lo más importante? Aclarale que puede hacer todo lo dicho antes, pero solo en enero y febrero. Y que en marzo se acabó la joda…

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