En Cosmo de Julio concé a Katy Perry a fondo, en una entrevista imperdible.

Katy fue parte de la campaña y usó sus redes sociales para contarle al mundo lo contenta de estaba de ser parte de las tapas de las 62 ediciones mundiales de Cosmopolitan en simultáneo. ¡Gracias Katy!

Conocela a fondo en revista Cosmopolitan de junio.

LEÉ LA NOTA COMPLETA EN COSMO DE MAYO.

AQUÍ, EL VIDEO DE UNA PRODUCCIÓN A PURO RITMO.

Y las fotos de todo el back…

CAMINO A LA FAMA
Desde muy chica, Oriana supo que quería dedicarse al canto y a la actuación. “Me deprimía en la escuela. Todo el tiempo le decía a mi papá: ´Por favor, llevame a los castings´. Pero, como iba al colegio en doble turno, era muy difícil. Así que actuaba y cantaba en mis horas libres. ¡Esos años fueron un parto, porque no podía dedicarme a lo que realmente quería! Pero llegó el momento”, cuenta. A los siete, comenzó a estudiar canto y piano. Asegura que las clases de teatro “en serio” llegaron hace poco, porque no le gustaba la idea de estudiar en grupo. “Estudié dos años con Julio Chávez, y otros dos en el Performing Arts Studio. Me gustaría prepararme un tiempo en otro país, porque te abre la cabeza y conocés culturas”, dice. En 2013, por su papel en Aliados, recibió el premio Revelación en los Kids Choice Awards Argentina. Ahora, se prepara para la segunda temporada del programa, que, según ella misma promete, “tendrá más romanticismo y acción”. Admite que es fanática de los blogs artísticos y de las series (sus favoritas son Skins, Pretty Little Liars y The Vampire Diaries): “Me fascinan todas las que tengan un poco de acción y misterio. Puedo pasar horas mirando un capítulo tras otro”, dice. Como si fuera poco, pinta. “En Tumblr busco pinturas y fotografías. También, leo muchos libros por Internet y veo desfi les”, agrega.

COSMO: ¿Cómo te llevás con la exposición que te da la fama?
ORIANA: Muy bien, aunque es raro que alguien que no conocés sepa tanto de tu vida. Pero si les gusta lo que hacés, es porque reconocen tu trabajo y eso me indica que estoy yendo por un buen camino.

C: Hace poco, te vincularon sentimentalmente con Francisco Stoessel, el hermano de Violetta. ¿Cómo reaccionás ante ese tipo de rumores?
O: Con Francisco somos amigos. Por suerte, no existieron rumores malintencionados. A veces siquiera conozco, pero no me hago mayor drama.

C: Siempre te están buscando novio. ¿Te enamoraste alguna vez?
O: Enamorarme… mmm, creo que nunca me enamoré. Sí hubo dos chicos que me gustaron mucho. Mi problema es que no tengo grises: o me gustan mucho y me mueven todo el piso, o cero. Y eso me da fiaca. Igual, no estoy buscando enamorarme. Quizá, ahora que estoy de vacaciones, estaría bueno conocer a alguien. El tema es que cuando empiezo a trabajar, ya es más complicado.

C: ¿Tus padres son muy controladores?
O: Cero. Confían muchísimo en mí.

C: ¿Qué heredaste de tu mamá y qué de tu papá?
O: De mi papá heredé el interés por las cosas más espirituales y su carácter. ¡No la paciencia, soy cero paciente! Supongo que de mi mamá, la pasión por lo artístico, aunque no creo que me parezca demasiado a ella.

C: ¿Cómo ves a las chicas de tu generación?
O: Creo que hay muchas que no saben lo que les gusta o lo que quieren hacer. Como yo siempre supe lo que deseaba, es algo que no puedo entender.

C: Tenés un estilo muy definido a la hora de vestirte. ¿Sos una fashion victim?
O: No. No me copa la gente que se produce demasiado. Para mí, tener estilo es estar cómoda con lo que te ponés. Como a toda mujer, me fascina la ropa, pero me da fiaca ir a los desfiles. Por eso, los veo por Internet. No me gustan los lugares con mucha gente.

C: ¿Con tu mamá comparten la ropa?
O: Ella usa la mía (ríe pícara)… Yo no me pongo la de ella.

C: ¿Sos fanática del gym como ella?
O: ¡Cero! Voy al gimnasio con amigas para divertirme. No sigo ninguna dieta, porque odio que me digan lo que puedo o no comer. No le doy mucha importancia. Obvio que trato de estar bien, hago vida sana, no más que eso.

C: En un futuro, ¿querés focalizarte en la actuación o en el canto?
O: Las dos carreras me interesan por igual. Mi papá siempre me insiste en que me dedique al canto, porque hay menos cantantes que actrices. Además, las cantantes desarrollan mejor su personalidad. Tienen que ser muy fuertes para estar arriba de un escenario y mostrarse frente a miles de personas. Las  actrices, en cambio, se ocultan más detrás de un personaje… Pero el tiempo lo dirá.

LEÉ LA NOTA COMPLETA EN COSMO DE ABRIL.

No te pierdas el back de una nota muy cool.

Cosmo: Tenés 28 y estás con Nico desde hace seis y medio… Casi una vida, ¿no?
Gimena: Sí, es la relación más larga que tuve. Me fui de mi casa para irme a vivir con él. Nico me dice: “Pasan los años y te veo convertirte en mujer”.

C : ¿Tuviste prejuicios a la hora de salir con un actor?
G: No, porque él es muy parecido a mí. Trabaja hace mil, pero tampoco pertenece demasiado al ambiente; su círculo íntimo no es del medio. Salgo con un actor sin sentir que lo sea.

C : ¿Cómo te conquistó?
G: Me pareció un pibe familiero, amiguero, como otra onda. No veía que los sábados se fuera de fiesta en fiesta…

C : ¿Cuál es la fórmula para durar tanto y estar tan bien?
G: No hay fórmulas para todo. A veces, es encontrar la persona correcta. Nuestra convivencia es hermosa. Ahora no me imagino viviendo sola. Para mí, llegar a casa a la noche y  contarnos todo es mágico. Después, el amor y el respeto tienen que estar intactos.

C : ¿Que encuentres al hombre indicado tiene que ver con un mérito tuyo o con el azar?
G: Una no hace nada para encontrar al amor de su vida. Yo no hice nada, no estaba buscándolo. Estaba todo predestinado.

C : Son muy románticos al hablar el uno del otro…
G: Sí, somos muy extremistas. Los dos somos geminianos (risas).

C : ¿Seguís pensando que es el único por el que darías la vida?
G: (Risas) Lo dije una vez en una nota como algo que para mí era relógico y después, cuando lo leí, pensé: “Epa, qué fuerte”. Igual, creo que si estoy en una situación en la que un tipo me dice “Te mato a vos o lo mato a él”, le digo “Matame a mí”… Sin dudar.

C : ¿Y por qué no se casan, entonces?
G: Nunca fue mi sueño, pero no es que no vayamos a casarnos. No haría el casamiento típico con 300 invitados, porque no es mi estilo, pero sí algo más íntimo. Seguramente, se dé en algún momento.

C : Decís que no imaginaste nada de lo que tenés: ni la profesión ni enamorarte de un actor, y que las cosas se fueron dando. ¿En qué creés?
G: Creo en Dios, en el Universo, en los ángeles, en las energías y en que todo se mueve de acuerdo a nuestros actos. Las cosas suceden por algo e intento buscarles el lado bueno. Si pasa algo malo, es porque algo mejor va a venir, aunque suene trillado. Atravesé cosas fuertes en mi vida y siempre intenté encontrarles un sentido.

C : ¿Qué fue lo más fuerte que viviste?
G: Mmm… muchas cosas. La muerte abrupta de mi mamá, tan joven, cuando yo tenía 18, es algo que me marcó en cómo seguir, en cómo ser, en cómo superar los problemas. Lo tomé como una enseñanza. Más allá del dolor, me hizo más fuerte y creyente. Mi vieja era muy creyente.

C : Por algo te llamás María Gimena de los Milagros.
G: Sí, mi mamá había perdido dos bebés antes de que yo naciera, y el médico le había dicho que no podía tener hijos. Ella le rezó a la Virgen de la Medalla Milagrosa y quedó embarazada. Los nueve meses fueron de reposo absoluto y yo nací un 27, que es el día de la Medalla Milagrosa.

C : El año pasado, también te tocó perder un embarazo. En ese momento, con Nico dijeron que habían salido fortalecidos como pareja.
G: Sí, totalmente. Las cosas fuertes te desunen o te unen. En nuestro caso, nos unió más. Yo intento hacer el duelo que corresponda. Puedo pasarme días o meses llorando, pero después la vida sigue. Son cosas que suceden, llorás y pataleás, aunque hay que encontrarles el aprendizaje, levantarse y seguir.

C : ¿Pero te permitís estar mal?
G: Sí, yo quiebro en el instante, soy muy sensible. Puedo estar 15 días encerrada sin hablar con nadie, y después vuelvo.

C : ¿Lo dejás entrar a Nico en esos momentos?
G: Me cuesta, porque soy de meterme adentro con el dolor, no soy de exponerlo. Cuando se viene un duelo largo… dejame encerrada, que cuando esté bien, salgo.

C : ¿Lo lográs sola?
G: Sí. Lloro a mares, escribo lo que siento, lo dejo guardado y ya está. Intento hablarlo, aunque me cuesta.

C : ¿Sos de las que saben escuchar?
G: Mucho, es lo que más hago. Me resulta más cómodo escuchar que hablar. Para hablar boludeces, soy una máquina, pero cuando tengo que contar algo más personal, prefiero escuchar. Tengo los secretos de casi toda la Argentina (risas). Digo “Basta, no me cuenten más secretos”.

C : ¡Se ve que te consideran confiable!
G: Sinceramente, me los olvido, te juro. Me dicen: “¿Recordás que te conté que…?”, y yo contesto: “¡Me había olvidado!”. Debo guardar bien los secretos porque me los olvido, no porque no quiera contarlos, soy un desastre. A veces, hasta me olvido de que estoy peleada con alguien, lo saludo y después pienso: “Che, pará, este me hizo tal cosa” (risas). Y lo que no me olvido, hago de cuenta de que me olvidé, porque no me gusta estar peleada con alguien o con mala onda. Si me peleo con una persona que no es muy importante en mi vida, ya está, listo, no pierdo tiempo en recomponer vínculos que no me interesan. Necesito profundizar mis vínculos.

C : ¿Hoy conseguís esa profundidad?
G: Sí, el otro día hablaba con Nico sobre que ahora somos mucho más selectivos, tanto con los amigos individuales como con los grupales. Estamos con la gente que queremos, hablamos de lo que queremos. Me parece que tiene que ver con la edad.

C : Y con una decisión, porque esta es la era de lo superficial, ¿no?
G: Sí, soy la primera en engancharme con las redes sociales, qué loco, no sé qué hay que hacer, ¿tirar el celular? Estamos leyendo y escribiendo huevadas todo el día, no está bueno, pero no sé cómo zafar. Este año, voy a intentarlo.

C : ¿Qué más te proponés para 2014?
G: Quiero hacer teatro a full. Si Dos pícaros sinvergüenzas va bien en Buenos Aires, la idea es hacer temporada el año que viene en Mar del Plata.

C : Francella y Suar son dos pesos pesados, ¿te sorprendió que te convocaran?
G: Claro, jamás lo había imaginado. Acepté apenas me lo propusieron.

C : ¿Te sentís cómoda en el ambiente?
G: Aprendí a no involucrarme. Yo tengo dos amigas de verdad del medio. Intento no hacer lazos muy fuertes, pero siempre le pongo onda para llevarme bien con los elencos, porque no me gusta pasarla mal. Si la paso mal, me voy. Pasarla mal en esta vida es perder el tiempo.

C : ¿De dónde te fuiste?
G: En el laburo, nunca la pasé tan mal como para irme. En la vida, me ha pasado con exnovios. En el momento en el que empezaban los roces, cortaba la relación, no aguantaba.

C : ¿Eso no es huir?
G: Sí, puede ser. Huir de situaciones malas, en algún punto, es cuidarse. Ojo, a veces tenés que estar ahí, superarlo y luchar, porque si no, huís de todo y no aprendés nunca. Igual, no estoy cinco años al lado de un tipo que no quiero o cuatro años en un trabajo que no me gusta. La lucho hasta donde puedo. Más, me parece perder el tiempo.

C : En lo laboral, venís siendo contrafigura, ¿no te morís por ser protagonista?
G: Protagonizaría con todo gusto, pero no es mi anhelo. Aunque tampoco era mi sueño trabajar en la tele ni salir con un actor, pero…

C : ¡O sea que no te podemos creer nada!
G: (Risas) No digo que no lo haría, el tema es que no trabajo para eso. No trabajo para ser la número uno ni una estrella.

C : ¿Para qué trabajás?
G: Para tener al amor de mi vida todos los días al lado mío y para ser buena persona y estar rodeada de gente que me quiera.

No te pierdas el back de esta producción.

FOTOS: MARCELLO MOLINARI. PRODUCCIÓN: LUCÍA DI NUCCI. MAQUILLÓ: LULI DE LA VEGA PARA DE LA VEGA MAKEUP.
PEINÓ: CLARA GONZÁLEZ PARA DE LA VEGA MAKEUP. VESTUARIO: RIE Y PARUOLO. AGRADECIMIENTOS: HOTEL DAZZLER RECOLETA (DAZZLERRECOLETA.COM).

Marcela es bella, sin artificios. Eso es lo que se ve al tenerla enfrente. Y, también, al escucharla hablar. Aunque creció en la tevé, asume lo suyo como un mero trabajo y está inmunizada a los brillos y a la fama. Kloosterboer ya no se resiste a usar tacos y a producirse, pero tiene la actitud de ir descalza por la vida. Se enorgullece por rodearse de sus amigas de siempre, sus “guardaespaldas”, que le hacen el aguante en su afán por mantener el anonimato y disfrutar de una despedida de soltera en un boliche, y con las que participa en carreras de aventura. El otro pilar es Fernando Sieling, su novio desde hace cinco años y con quien convive desde hace dos. En él -licenciado en Administración de Empresas y rugbier aficionado, que la conoce desde siempre- se refugia.

Cosmo: Siempre definís la actuación como “un trabajo cualquiera” y pretendés que tu entorno lo viva de esa manera, sin cholulaje…
Marcela: Sí, nada de cholulaje. No me gusta lo que se genera alrededor de la televisión ni convertirme en el centro de atención de mis reuniones. Me parece que, también, es divertido lo que puede contar mi amiga abogada, o la que es periodista, o la que es médica. Al ser actriz, está bueno no perder de vista esas otras cosas. Si no, te encerrás mucho.

C: ¿En algún momento te cansó el mundo artificial de la televisión?
M: No, porque no es tan artificial si no querés. Si tenés Twitter y estás todo el día hueveando con eso, es muy artificial. En cambio, si te quedás charlando con los técnicos, te das cuenta de que somos personas que trabajamos. Es una profesión buenísima, y lo mejor es que, con los años, puedo elegir roles que representan un desafío.

C: Tal vez, por tu imagen, vos tenés un poco el karma de ser la heroína de las novelas, ¿no?
M: Claro. Con la cara de buena siempre me llaman para lo mismo. Por eso me divirtió hacer de una guacha en Los vecinos en guerra. En Señores papis, no hago de mala, pero soy una hippie que es profesora de yoga, hace esculturas y viene a Buenos Aires luego de vivir en la montaña. Además, está de novia con el personaje de Luis Luque, que hace de padre de Luciano Castro y que la dobla en edad.

C: Tenés 30. ¿Te pegó la crisis del cambio de década?
M: No. Me agarró muy bien y me encanta decir que tengo 30.

C: Confesaste que creías en el amor y en el matrimonio para toda la vida, ¿mantenés esa idea?
M: ¿Ves? ¡Antes de eso no creía! No resisto un archivo (se sonríe). Cambiar de ideas tiene que ver con evolucionar y con madurar.

C: Entonces, ¿seguís siendo promatrimonio?
M: Puedo ser promatrimonio, pero no soy idealista. Me gustaría casarme por el hecho de compartir ese momento con mi novio, más que por una imposición social. En mi casa tampoco existen esos mandatos. Mi hermano se casó en la playa, en Hawai, donde vive.

C: ¿Te resulta difícil confiar en la gente?
M: Sí. Soy desconfiada y muy intuitiva. Sé cuando alguien se acerca por mi profesión. Por eso, mi mundo real son mis afectos y mi novio.

C: Siempre te preguntan por el casamiento y la maternidad, ¿cierto?
M: Sí, tal cual. Te casás y te preguntan: “¿Y el hijo para cuándo?”. Después: “¿Y el segundo?”, y luego: “¿Cuándo te separás?”… (se ríe). Preguntan con mucha liviandad, porque creen que mi vida privada debe ser pública, entonces todos opinan y hablan. Pero aprendí de esa situación. Antes me enojaba, ahora comprendí que tengo el poder de contestar lo que quiero.

C: ¿Cuándo lo entendiste?
M: Una vez que me enteré de que, como no contestaba, me puteaban en los programas de Jorge Rial. Pensé: “¿Para qué enojarme si con una sonrisa divina puedo no responderles y evitar que me critiquen?”. Es un gasto de energía sin sentido.

C: Ser la figurita del momento tendrá sus cosas buenas, no debe ser todo a pérdida…
M: (Pone cara seria). Mmm, no sé, eh. A mí me gusta estar tranquila, resguardada. Me pasó de chica que me perseguían porque salía con un famoso, con Mariano (Martínez), y lo sufrí.

C: Ahora, ¿la estabilidad sentimental te pone en otro lugar para la prensa?
M: Sí, ni hablar. Aunque el otro día escuché que rumoreaban cosas sobre mí y no podía creer que volvieran con lo mismo.

C: ¿Rumores con Luciano Castro?
M: Sí, exacto. Van a inventarme romances con todos los actores solteros de la tira, vas a ver.

C: ¿Tu novio ya entendió el juego?
M: Sí. La verdad es que salgo en la tapa de una revista, la dejo una semana arriba de la mesa y recién ahí le pregunto si la vio. “Ah, sí, miré la tapa, está buena”, me contesta. Entonces, le digo: “Pero la nota, ¿leíste la nota?” (se ríe). “No, vi las fotos, después la leo”, me responde. ¡Eso es lo que me encanta de él!

C: ¿Cómo mantenés la pasión con el paso del tiempo?
M: Hay que laburar. La otra vez escuché algo cierto en la radio: que cuanto más sexo tenés, más querés hacerlo, y cuanto menos tenés, menos ganas te dan. Hay que ponerle onda y no dejarse estar.

C: En la pareja, ¿estás en los detalles?
M: Sí, recontra. Soy de Cáncer, muy maternal, de estar pendiente y hablar mucho. Soy analítica y reflexiva.

LEÉ LA NOTA COMPLETA EN COSMOPOLITAN DE ENERO.

C : ¿Sos de hacer balances de fin de año?
CR: En realidad, los hago constantemente, no espero a fin de año. Es como un parámetro para las elecciones que tomo. También, trato de agradecer y de ser consciente de cada cosa que me sucede. Llegar a fin de año es ver en qué etapa me encuentro. Casi siempre me agarra empezando algo nuevo, como ahora con la tira.

C : ¿Creés que hay cierto poder en el acto de agradecer?
CR: Para mí, es fundamental ser agradecida, es un vaivén de energías. Creo que tiene que ver con esto de que uno da (se corrige), uno recibe lo que da.

C : Ibas a decir que uno da lo que recibe, pasa eso también, ¿no?
CR: Sí. Cuando estás en un formato automático, das lo que recibís. Cuando lográs estar en un aquí y ahora más presente, das sin pensar en lo que vas a recibir. Que venga lo que tenga que venir.

C : ¿Siempre tuviste en claro hacia dónde querías ir?
CR: Sí. Tuve mucha suerte, porque le hice mucho caso a la intuición y nunca me equivoqué. Además, me lo tomo muy relajado cuando algo no sale, no me frustro. Desde chiquita me enseñaron, hasta con las pruebas del colegio, que si me iba mal, todo bien: volvía a rendir, nunca era tan grave.

C : La música es tu refugio, ¿qué melodía tendría este momento de tu vida?
CR: Eh… estoy… eh, creo que un hip hop (se ríe). No estoy ni en un jazz enamorada, ni tampoco en un reggaetón, ni en nada muy arriba. Me identifico con esto que tiene el hip hop de decirle a la gente lo que pensás, de comunicarte.

C : ¿Cómo lograste pasar de ser una chica de pueblo a convertirte en lo que sos?
CR: Fue el no tener miedo, el ser muy lanzada.

C : ¿De dónde sale tu seguridad?
CR: De que no hay mala leche en eso, de confiar. Para mí, en cómo suceden las cosas, tiene que ver la energía que uno le pone.

C : Sos difícil de clasificar, ¿cómo te definís vos?
CR: Carnavalera…Primero pienso en divertirme y en conocer, soy una esponja, de cada experiencia trato de llevarme algo. No lo hago porque me dé plata. Las veces que lo hice por plata, dije “nunca más”. Capaz más adelante, cuando me harte de jugar… (risas).

C : Llegás a fin de año habiendo terminado tu noviazgo con el Chino Darín…
CR: Sí. Tampoco es que digo “Este príncipe azul no es más azul” y me voy. No vivo en una fantasía. Ya aprendí que el príncipe azul no existe (risas).

C : ¡Qué bueno que lo aprendiste!
CR: Lo aprendí. Además, conozco mis límites muy bien.

C : ¿Cuáles son tus límites?
CR: Respetar las decisiones que uno toma y respetar la independencia de uno, más allá del noviazgo. No estaría con una persona que no pueda respetar eso o mi forma de ser, es difícil mi forma de ser…

No te pierdas el back de una producción ¡explosiva!

Leé la entrevista completa en Cosmo de diciembre.

Fotos: Marcello Molinari. Producción: Lucía Di Nucci. Peinó: Fabi Blanco para Roho. Maquilló: Bettina Frúmboli con productos LancÔme. Vestuario: Etiqueta Negra, Getien y Ona Sáez. Agradecimientos: 1828 Sm art Hotel (1828smarthotel.com) y agencia Multitalent.

Nos reencontramos en nueva york, unas semanas más tarde, en el Hotel Plaza. JLo recibe el premio “Humanitario” de la Fundación para la Investigación del SIDA (amfAR), en honor a su trabajo con la Fundación de la Familia Lopez, una organización sin fines de lucro que trabaja para que mujeres y niños puedan acceder a una obra social. Los flashes se centran en ella, que luce un vestido de Tom Ford y lleva una cola de caballo ultraelegante. Posa para las fotos y sonríe mientras recibe elogios. La sala se oscurece y la imagen de Ricky Martin (íntimo amigo de JLo) aparece en una pantalla. Él cuenta que Jennifer y su hermana, Lynda, tuvieron sus bebés al mismo tiempo y que, desde ese momento, las dos decidieron hacer caridad para ayudar a otras mamás. Cuando Ricky la nombra, ella respira profundamente, se dirige hacia el podio y, sin leer una sola palabra, pronuncia un largo y elocuente discurso acerca del trabajo de su fundación. Después, me revela que hizo un gran esfuerzo para no llorar. “Soy muy sensible. Eso se nota en American Idol”, afirma. Solo titubea al hablar de Lynda. “La quiero y la respeto tanto. Ella es madre soltera. Yo tengo mucha ayuda, ella no. Siempre le pregunto: ‘¿Necesitás algo?’. Y ella me responde: ‘Estoy bien’. Pero en el fondo, sé que está agotada”, agrega.

Aquí, el video del back de esta nota. ¡No te lo pierdas!

Leé la nota completa en Cosmo de noviembre.

“Los reclamos de paternidad hacia mi  papá, es un tema delicado. Y a la vez es injusto, porque mucha gente ve a mi papá diciendo: ´Mis únicas hijas son Dalma y Giannina´, y nosotras quedamos bajo una presión fuerte porque no le pedimos que diga esas cosas”.

Leé la entrevista y conocela a fondo en Cosmo de este mes. ¡No te pierdas el video del back!

Cosmo: Hace poco dijiste que no querías casarte porque tener una hija era el lazo más fuerte que podías establecer con Adrián. ¿Cuándo decidieron ser padres?
Griselda: Siempre tuvimos ganas de tener hijos, pero yo lo postergaba por trabajo. Y en un momento ya no aguantábamos más, dijimos “probemos”, y en dos meses quedé embarazada. Fue natural, sentíamos que teníamos un compromiso que daba como para tener un hijo. Incluso, podríamos haberlo tenido antes.

C: ¿Seguís pensando que el amor es un accidente?
G: El amor es una fatalidad, no en el sentido negativo, sino que es algo que no se puede evitar. Si es amor, es inevitable. Podés decir: “No nos veamos por tres años, yo me voy a la India, vos hacete cura”, pero pasan esos tres años, y si es amor, no podés evitarlo… Esa es mi teoría.

C: ¿Vos resististe mucho la relación amorosa con Adrián?
G: Sí. Creo que los dos tratamos de evitarla, yo intenté no meterme en tremendo berenjenal.

C: ¿Cuáles eran tus prejuicios?
G: El de estar con alguien tan conocido. Yo venía de otro palo, estaba en un momento en el que no manejaba lo que creía que me podía llegar a pasar, como la exposición pública. Después  descubrí que la exposición depende de uno, el que se expone mucho estará muy expuesto; y el que no, no.

C: Viniendo del teatro under, esa exposición repentina podría haberte convertido en la típica actriz cool y renegada, ¿no?
G: Es que hay algo de la renegada que es falso. La renegada es una que muere por salir en todas las revistas, y hay muchos ejemplos de eso.

C: Eso es un gran logro tuyo: seguir siendo vos, pese a “ser la mujer de”. Deben haber sido complicados los comienzos de la relación con un hombre como Suar…
G: Sí, yo tengo un ego muy grande. Estar al lado de Adrián, que es alguien tan reconocido, es un desafío para mi ego. Pero me hace bien para dominarlo. Adri es muy querido en la calle.  Cuando salimos, pasa algo muy fuerte con la gente. Pero también lo admiro mucho,

C: Profesionalmente, ¿cuál es tu techo?
G: ¡No tengo techo! (risas). Sí tengo cosas que me gustaría hacer… Almodóvar, por ejemplo, que suena casi cercano, porque una la ve a nuestra chica Almodóvar que es Cecilia Roth y…

LEÉ LA NOTA COMPLETÁ EN REVISTA COSMOPOLITAN DE SEPTIEMBRE.

Estilismo: Jazmínn Rodríguez. Peinó: Ale Campos. Maquilló: Agustina Caparra para Betina Frúmboli Estudio con productos Lancome. Ropa: Josephine B. Bimba Vintage, Maria Cher y Debbie Macdonald. Agradecemos a: 1828 Smart hotel (www.1828amarthotel.com).

Cosmo: ¿Te molesta que te recuerden todo el tiempo tu pasado?
Celeste Cid: Me parece antiguo. Mi vida cambió muchísimo desde ese momento, y pasaron un montón de cosas. Obviamente es más llamativo enfocar las cosas desde ahí. No van a poner que estoy nominada al Premio Cóndor por una película que hice en Alemania. Pero lo que te demuestra eso es que hay una falta de límites absoluta y que cualquiera puede decir cualquier cosa y que no pasa nada. Se metieron con temas de salud e involucraron las enfermedades de mis padres. Y la verdad es que mi vida es muy transparente.

C : ¿Y cómo estás hoy?
CC: Bien, muy bien. En familia, de novia, con mi hijo. Viste cómo es: una vez que tenés un hijo, armás tu vida en función de los horarios de él. Y si te sobra media hora, capaz te vas a pintar  las uñas. Los chicos te ponen un poco los horarios, te acomodan la vida. Porque André tiene que ir al colegio todos los días, tiene que hacer los deberes, tiene amiguitos. Mi casa los fines de semana está llena de nenes que vienen a jugar o a dormir, y yo con ellos.

C : Ahora, además de ser conocida, estás con alguien también famoso, como Chano. ¿Cómo fue eso?
CC: Fue simple: nos conocimos, nos gustamos y nos enamoramos. Yo ni sabía quién era él, pero acá estamos y superbién. Nos apoyamos muchísimo entre los dos.

C : Y con las fans de tu novio, ¿qué te pasa?
CC: No, todo bien. Ojo, yo soy celosa. ¡Pero él también! Así que estamos a mano. Igual, las fans a veces se pasan un poco. Imaginate: el otro día había una chica a caballito de otra, ¡y en lolas! Yo pensé: “Todo bien, linda, pero ponete la remera, por lo menos” (risas).

C : ¿Estás más madura y te tomás las cosas con otra calma o me parece a mí?
CC: Es que hay edades para todo. Las edades y las necesidades de formar tu propia experiencia para que después eso se asiente. Es necesario que eso suceda, y las cosas que te pasan a determinadas edades (incertidumbres y todo eso) son como inevitables. Cuando una se siente una mierda, se junta con gente de mierda. El tema es que eso pase para permitir que otras cosas lleguen.

C : Sos piadosa con vos misma. No te juzgás.
CC: Ojo, no creas. Soy bastante autocrítica y me doy con un palo también. Pero salgo de ese lugar rápido, porque me parece que si una pasa por algunos lugares, es porque tenía que aprender algo.

C : ¿Alguna vez hiciste una regresión?
CC: No. Me da mucha curiosidad, pero medio desconfío de los que me puedan llegar a decir algo. Además, hay mucho chamuyo con eso, y prefiero preservarlo y fantasear. No sé quién habré sido en la vida pasada. Por ahora, solo me interesa averiguar quién soy en esta. Yo creo que hay cosas que viniste a cerrar acá, a la Tierra. Una vez, recuerdo que había leído que hay siete planos o realidades. Entonces, Celeste acá es esta persona y tiene un novio, pero hay otra Celeste en otro plano que no consigue novio, que está reenroscada. ¿Entendés? Hay siete posibles caminos, siete Celestes distintas, y entre las siete nos vamos rotando. Entonces, cuando yo estaba sola, la otra estaba casada y feliz. Vas pasando por esos siete grados de comprensión en los que, si todo va bien, terminás  desarrollándote en un plano más holístico.

C : Me encantó esa teoría…
CC: Sí, no está mal. Puede funcionar, pero también es una manera de tranquilizarse y pensar: “Bueno, en este momento está todo mal, pero va a pasar”. La idea es ir con calma y sabiendo que el cambio está en la naturaleza de las cosas.

C : ¿El cambio te asusta?
CC: No. No digo: “Quiero que lo mío sea así y así”. No. Dejo que las cosas pasen porque… ¡Igual pasan! (risas). Esa es la ironía: una no puede hacer tanto. Y a veces lo mejor es bajar el copete.

C: Con un espíritu tan inquieto, ¿por qué te casaste a los 22?
E: Porque en las emociones soy diferente, no soy cambiante. En el amor, soy romántica, no aventurera. A mí me apasionan las relaciones largas, poder hacerlas madurar cada vez más, crecer. Ahí está el desafío, no en “corto y me voy con otro”. Con los años, te vas fusionando con la otra persona, al punto de que toma partes de tu corazón. Para mí, ese es el dibujo del amor con el tiempo.

C: ¿Qué porcentaje del corazón tenés “tomado” hoy?
E: Mi marido es una persona que me hace sentir absolutamente plena y feliz. Mi lugar preferido en el mundo es su pecho, te juro. Ese es mi lugar en el mundo (sonríe hasta con los ojos).

C: ¿Con él aprendiste el verdadero arte de amar?
E: Sí, aprendí miles de cosas… Pensá que estoy con Naim desde los 18. Yo era mucho más chiquilina, impulsiva e inocente. Siempre fui inocente y atrevida, las dos cosas juntas… algo peligroso. Pero estoy muy bien criada, por suerte, y nunca caí en nada raro. Creo que lo bueno es que focalicé en mi carrera esa parte de animarme a todo, en sentir que era capaz de todo. En el amor también sabía que podía conquistar a la persona que quisiera, por más que él tuviera 20 años más, no me importaba. Con Naim, yo tomé la iniciativa, él dudaba porque me veía tan chica que pensaba: “Es un tiro al aire”. No entendía que aun en esa locura yo era muy centrada y sólida.

C: ¿Nunca pensaste que se podría acabar?
E: No me persigo con eso. Por supuesto, soy consciente de que podría suceder, pero no es algo que lo intuya en nuestra relación, ni que ocupe mi mente. Siento una conexión muy fuerte.

C: ¿Qué pasa con la pasión después de tantos años de convivencia?
E: Creo que es clave tener piel. Y yo con él tengo mucha piel. Obviamente que no es la misma intensidad que antes, pero nosotros tenemos una pasión impresionante desde el principio.

C: ¿La trabajan o simplemente fluye?
E: Por ahora, no tuvimos que trabajarla. Fluye. Sí cambia la forma del sexo, porque cambia el amor. El tiempo modifica las cosas para bien o para mal. En mi caso, es para bien. Nuestro amor crece tanto que nos vamos amando más, incluso en los errores y los defectos. Es un amor tan integral que el sexo también termina siendo así, y sumado a la química que tenemos… Cuando tenés piel es porque el otro te enciende con la manera de hablar, con su aroma, con su forma de tocarte. Además, mi marido es muy viril, es un encanto.

C: Y vos muy femenina…
E: Claro. Pese a la impronta fuerte que tengo, en el amor soy superfemenina y sensual. Soy coqueta y me gusta cuidarme, pero jamás me aproveché de mi belleza para obtener algo. Me entrego, aunque mi marido se queja de mi terquedad y de que es difícil manejarme. Soy un espíritu libre, pero ante el amor pierdo la autoridad. (No te pierdas el back de esta fabulosa tapa en el ítem VIDEO).

C: Creés que es posible atraer las cosas buenas que una quiere en la vida. ¿Nos regalás tu fórmula para el éxito?
E: Las cosas no tienen que agarrarte desprevenida, hay que prepararse ahora para aquello que deseás que venga. Y después, si trabajás, eso tiene que darse. No hay que trabar la cabeza con miedos y con dudas, hay que sentirse segura de poder hacerlo, hay que escuchar la voz interior, sacar los “no” e ir por lo positivo y por lo bueno, y confiar en que todo está por venir.

FOTOS: MARCELLO MOLINARI. ARCHIVO EDITORIAL TELEVISA ARGENTINA. PRODUCCIÓN: INÉS CHAVANNE Y LUCÍA DI NUCCI. PEINÓ: WALTER PAMPIN CON PRODUCTOS ALFAPARF MILANO. MAQUILLÓ: GABRIELA DONAIRE PARA ESTUDIO NOVILLO CON PRODUCTOS YVES SAINT LAURENT. ROPA: GINEBRA, BLACKMAMBA, JOSEPHINE B Y DOLORES IGUACEL. AGRADECEMOS A: PATIOS DE SAN TELMO HOTEL URBANO (WWW.PATIOSDESANTELMO.COM.AR).